Más de 150 profesores de la Universidad de Salamanca exigen que su rector no se investigue a sí mismo

Los firmantes denuncian “el claro conflicto de interés” de Juan Manuel Corchado y solicitan que sean expertos independientes los que inspeccionen el caso

El rector Juan Manuel Corchado, con camisa azul, en un acto en el paraninfo de la Universidad de Salamanca, el 5 de junio.Raquel J. Santos / USAL

Una de las universidades más antiguas del mundo, la de Salamanca, vive una situación insólita. El Comité Español de Ética de la Investigación urgió el 11 de junio a la institución a ejercer “sus potestades de inspección y sanción” ante “las presuntas malas prácticas” de su propio rector, ...

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Una de las universidades más antiguas del mundo, la de Salamanca, vive una situación insólita. El Comité Español de Ética de la Investigación urgió el 11 de junio a la institución a ejercer “sus potestades de inspección y sanción” ante “las presuntas malas prácticas” de su propio rector, Juan Manuel Corchado. Más de 150 profesores han firmado ahora un comunicado para exigir que su rector no se investigue a sí mismo, para “salvaguardar el prestigio de la Universidad de Salamanca y eliminar cualquier sospecha de malas prácticas o de permisividad con las mismas por parte de la institución”, según reza el texto, al que ha tenido acceso EL PAÍS.

Corchado, catedrático de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial, presumía de ser uno de los 250 científicos más citados del mundo en su campo, gracias a un currículum hinchado con miles de autocitas, decenas de perfiles falsos y órdenes por escrito a sus trabajadores para que le citasen 20 veces en cada trabajo. Los 151 firmantes —134 profesores en activo y 17 jubilados— consideran “imprescindible la constitución de una comisión formada por expertos independientes ajenos a la Universidad de Salamanca” con el fin de verificar los hechos.

“Debido a que la investigación interna debería ser iniciada y supervisada por el rector, y ante el claro conflicto de interés que ello supone, pedimos a la Universidad de Salamanca que realice las gestiones oportunas para que la Junta de Castilla y León, como administración responsable del sistema universitario de la comunidad autónoma […], abra con carácter de urgencia un procedimiento de verificación con las garantías jurídicas pertinentes de transparencia e imparcialidad”, prosigue el comunicado.

Los firmantes del comunicado ponen una propuesta sobre la mesa. “Como estos hechos pueden afectar al prestigio del sistema universitario y científico español, recomendamos que se contacte con la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE) con el fin de que proponga expertos independientes ajenos a la Universidad de Salamanca para la comisión investigadora”, apuntan. La comunidad científica contempla con estupefacción la situación en el rectorado salmantino, como explica Alfonso Valencia, director del departamento de Ciencias de la Vida en el Centro Nacional de Supercomputación, en Barcelona. “Este es un caso tremendamente grave que socava la imagen del país. Estoy en un meeting en Bruselas con científicos de todo el mundo. ¿Cómo les explico que esto pasa delante de nuestros ojos y nadie lo para?”, se pregunta Valencia.

El biólogo José Aguilar Rodríguez, de la Universidad de Stanford (Estados Unidos), también muestra su indignación. “Me resulta increíble que Corchado siga en posiciones de gran poder académico y científico, considerando la magnitud de sus prácticas fraudulentas, que están bien documentadas y han alcanzado niveles francamente ridículos. Si no fuera por lo serio del asunto, todo lo que ha hecho sería hasta cómico”, opina el científico.

“Estamos hablando de alguien que no debería estar enseñando ni supervisando como mentor a futuros investigadores. ¿Cómo puede ser que alguien que ha traicionado de manera tan flagrante los ideales científicos esté formando a las futuras generaciones de investigadores? Me preocupa mucho el daño que ya haya causado y el que podría seguir causando a investigadores jóvenes. Es una situación muy triste”, lamenta Aguilar Rodríguez.

Este es un caso tremendamente grave que socava la imagen del país
Alfonso Valencia, Centro Nacional de Supercomputación

El presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, arropó a Corchado en su ceremonia de entronización, el 31 de mayo. “Es un honor para mí participar en este acto de toma de posesión. Enhorabuena, rector. Enhorabuena, querido Juan Manuel”, declaró entonces Fernández Mañueco. Los presentes ovacionaron durante un minuto a Corchado, pese a que sus trampas ya eran conocidas. EL PAÍS publicó pruebas de sus malas prácticas el 15 de marzo, el 26 de abril y el 30 de mayo. Dos años antes, la organización estadounidense Retraction Watch, especializada en fraudes científicos, ya documentó las miles de autocitas de Corchado y la existencia de extraños perfiles de científicos dedicados a citarle compulsivamente. Pese a ello, el catedrático ganó las elecciones a rector el 7 de mayo, con 474 votos a favor entre los profesores permanentes (titulares y catedráticos), 401 en blanco y otros 48 nulos. Él era el único candidato.

La editorial Springer Nature también ha iniciado una investigación sobre Juan Manuel Corchado, tras la publicación en EL PAÍS de mensajes internos que muestran que el catedrático organizó un cártel de citas: un grupo de investigadores organizados para mencionar sus estudios aunque no viniese a cuento. Sus trampas son fácilmente verificables: hay multitud de trabajos en actas de congresos publicadas en Springer Nature en los que más del 90% de las referencias son citas irrelevantes a Corchado. Con la ayuda de este prestigio artificial, el catedrático ha logrado proyectos de millones de euros para su grupo en la universidad o para su entidad privada, el AIR Institute.

El mayor organismo público de financiación de la ciencia en España, la Agencia Estatal de Investigación, suspendió el 14 de junio de forma cautelar su colaboración con el catedrático salmantino, que hasta ahora había tenido un papel de evaluador, con influencia en el reparto de dinero público de la institución, que maneja un presupuesto de 1.420 millones de euros anuales.

El nuevo comunicado pide que el caso de Corchado no salpique al resto de la institución. “Las profesoras y profesores que suscribimos este manifiesto consideramos que la sospecha sobre las mencionadas prácticas científicas no puede extenderse a la totalidad de una institución con el prestigio y la historia de la Universidad de Salamanca, ni puede ser ignorada por los miembros de la comunidad universitaria”, subrayan. Entre los firmantes hay 41 catedráticos en activo, como Juan Santos Vara, de Derecho internacional, y José María Díaz Mínguez, de Genética; y profesores como Ana Cuevas, de Filosofía; José Manuel Bustos, de Traducción; y Nuria del Álamo, de Trabajo social. El listado completo de firmantes, al que ha tenido acceso este periódico, no es público porque muchos tienen miedo a represalias. Las más de 150 firmas se han reunido en apenas un día.

Fe de errores: En una versión anterior de este artículo se decía que la presidenta del Comité de Ética de la Investigación de la Universidad de Salamanca es Bertha Gutiérrez, que ha apoyado a Corchado y es una de sus vicerrectoras. Bertha Gutiérrez ya no es presidenta del Comité de Ética de la Investigación de la USAL desde hace unos días.

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