Mensajes internos revelan que el nuevo rector de Salamanca organizó un cártel de citas a sí mismo

El catedrático Juan Manuel Corchado exigió durante años a sus trabajadores que le citasen hasta 20 veces en cada estudio

Juan Manuel Corchado, en el centro, recibió una ovación tras ganar las elecciones a rector en las que era el único candidato, el 7 de mayo.Raquel J. Santos (USAL)

Juan Manuel Corchado presumía hace tres años de ser el cuarto mejor científico de España y uno de los 250 mejores del planeta en el campo de la informática, pero logró este fulgurante ascenso en los rankings haciendo trampas a escala industrial. El catedrático, que acaba de ser nombrado rector de la Universidad de Salamanca, se convirtió en uno de los más citados del mundo porque, entre ...

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Juan Manuel Corchado presumía hace tres años de ser el cuarto mejor científico de España y uno de los 250 mejores del planeta en el campo de la informática, pero logró este fulgurante ascenso en los rankings haciendo trampas a escala industrial. El catedrático, que acaba de ser nombrado rector de la Universidad de Salamanca, se convirtió en uno de los más citados del mundo porque, entre otras prácticas fraudulentas, organizó lo que se denomina un cártel de citas: un grupo de científicos conchabados para citarse unos a otros. EL PAÍS ha tenido acceso a mensajes internos del grupo de Corchado que desnudan sus malas prácticas.

Sus trampas son tan burdas que las detecta cualquiera que mire. En la ciencia, las referencias incluidas al final de los estudios funcionan como una moneda. Cuanto más te citen otros científicos en sus trabajos, mayor es tu prestigio, que se convierte en ascensos, subidas de sueldo e incluso proyectos millonarios. A Corchado le citan muchísimo, pero solo unos pocos colaboradores cercanos. El matemático Roberto Casado Vara firmó el 9 de enero de 2019 una publicación sobre la seguridad informática en redes de distribución eléctrica. El 94% de las referencias (29 de 31) eran citas a trabajos de Corchado, aunque no tuviesen nada que ver: estudios sobre el riesgo de cáncer de vejiga, el CO₂ en el océano, vertidos de petróleo, mareas rojas de microalgas.

Durante años, Corchado ha dado instrucciones a sus trabajadores para que incluyan en cada publicación referencias a sí mismo o a la revista que él edita: Advances in Distributed Computing and Artificial Intelligence Journal (ADCAIJ). Así falseaba su propio impacto científico y el de su revista en los rankings. El 7 de junio de 2017, una ayudante de Corchado escribió a sus subordinados este mensaje: “Recopilad todo lo que tengáis (trabajos de fin de máster, proyectos de fin de carrera, trabajos de fin de grado, tesis, etcétera) e incluid en los mismos 20 referencias de entre las que os adjunto en el documento Word y 10 artículos de ADCAIJ”. El archivo adjunto incluía casi medio centenar de publicaciones de Corchado. La colaboradora insistió un rato después: “Como sé que andamos todos ahora a tope, para que sea más fácil, os adjunto las referencias ya solo para copiar y pegar”.

Mensajes similares eran constantes. El 26 de julio de 2017, otra ayudante diferente escribió al grupo: “Buenas a todos. Por favor, me dice Juan Manuel que referenciemos estos artículos suyos en los próximos papers [estudios] que vayamos a enviar a revistas o conferencias. Os pongo aquí la lista, no os olvidéis de añadir alguno”. A continuación, adjuntaba un listado de trabajos de Corchado, encabezado por uno sobre vertidos de petróleo.

Solo el 9 de enero de 2019, Roberto Casado Vara publicó tres trabajos en los que entre el 97% y el 100% de las referencias eran citas a Corchado o a ADCAIJ. El catedrático, nacido en Salamanca hace 53 años, es uno de los científicos más citados del mundo según el ranking elaborado cada año por la Universidad de Stanford. Lo más sorprendente es que Casado Vara, mucho más joven, también entró en esa prestigiosa clasificación en 2022, apenas tres años después de presentar su tesis doctoral, dirigida por Corchado. Este periódico ha preguntado a ambos por estas prácticas, sin recibir respuesta.

Los mensajes eran a menudo multitudinarios. El 1 de febrero de 2018, la instrucción de una de las ayudantes fue: “Corchado me ha pedido que citéis artículos de ADCAIJ cuando escribáis vuestros artículos sean de lo que sean (conferencias, trabajos de fin de máster, de revista, etcétera)”. El 12 de marzo de 2018, una de las colaboradoras más cercanas al catedrático envió un mensaje de correo electrónico a 40 personas para manipular unas publicaciones de unos congresos recientes organizados por ellos mismos: “Os indicaremos esta semana qué agradecimientos, referencias y autores finales tenéis que subir en las versiones Camera_ready [listas para imprimir]”. En todos estos mensajes estaba Corchado en copia. Decenas de los destinatarios, muchos de los cuales se sintieron coaccionados, acabaron abandonando el grupo.

El matemático Roberto Casado Vara firmó una publicación sobre la seguridad informática en redes de distribución eléctrica, en la que el 94% de las referencias (29 de 31) son citas a trabajos de Corchado, incluso sobre el cáncer y el CO₂ en el océano.

El catedrático ha utilizado las actas de congresos publicadas en la editorial Springer como coladero para incluir ristras de citas a sí mismo. Informado por este periódico, el director de integridad científica de Springer Nature, Chris Graf, afirma que van a examinar “minuciosamente” el caso del catedrático salmantino. “Si corresponde, tomaremos medidas editoriales una vez que esta investigación haya concluido”, asevera Graf. Otra editorial, Elsevier, ya retiró un estudio de Corchado y tres colaboradores en 2019 por plagiar un trabajo de fin de máster.

El investigador hacía distintos tipos de trampas para amañar diferentes rankings. Publicaba en el repositorio científico de la Universidad de Salamanca documentos plagados de autocitas, para que los registrase el motor de búsqueda de Google Académico, de cuyos indicadores se nutrían rankings como Guide2Research, en el que Corchado rozaba el podio nacional. “Ocupar el cuarto lugar en España y 247 en todo el mundo me llena de orgullo, ya que representa el buen trabajo que estamos realizando como grupo”, publicó el 25 de mayo de 2021 en sus redes sociales. Corchado llegó a publicar un único párrafo con 227 citas a sí mismo y otras 139 a su revista ADCAIJ.

El rector salmantino, tras las noticias sobre sus trampas publicadas en EL PAÍS desde marzo, está siendo investigado por el Comité Español de Ética de la Investigación, según anunció el viernes 17 de mayo el Ministerio de Ciencia. Aquel mismo día, Corchado utilizó el canal oficial de la Universidad de Salamanca para emitir un comunicado sin firma, a las 22:22, en el que defendía su “honorabilidad e integridad científica” y animaba a valorar el impacto de sus publicaciones en dos de las bases de datos más usadas por la comunidad científica: Scopus, de la editorial holandesa Elsevier, y Web of Science, de la multinacional londinense Clarivate.

Un análisis de quién cita a Corchado en Scopus revela que en solo 75 publicaciones sus colaboradores mencionan casi 1.700 veces al catedrático salmantino y 520 a su revista ADCAIJ. Uno de esos trabajos está firmado por Pedro Tomás Nevado-Batalla, profesor de Derecho de la Universidad de Salamanca y exconsejero de Administración Pública de la Junta de Extremadura con el Partido Popular. En su publicación, sobre la necesidad de modernizar la administración pública, aparecen 42 citas a Corchado y siete a ADCAIJ, incluyendo estudios sobre el cáncer de vejiga, los vertidos de petróleo y las mareas de microalgas. El 92% de las citas son al catedrático salmantino o a su revista. Nevado-Batalla asegura que ignoraba que le hubiesen añadido esas referencias y afirma que va a solicitar una aclaración. “Necesariamente debe existir alguna explicación para algo tan extravagante”, apunta.

Juan Manuel Corchado, con gafas, con el alcalde de Salamanca, Carlos García Carbayo (derecha), en un acto en la ciudad el 23 de mayo.Raquel J. Santos / USAL

El matemático Domingo Docampo, exrector de la Universidad de Vigo y experto en los cárteles de citas, muestra su indignación. “Es mezquino y deleznable. Son publicaciones insustanciales, sin contenido real, que constituyen vehículos para el acarreo de citas en una red que muestra claramente el carácter piramidal de una granja de citas comandada por alguien que tiene influencia sobre los que firman los trabajos”, lamenta. “Corchado nunca se debería haber presentado a un cargo de esta categoría, para representar a una institución del prestigio de la Universidad de Salamanca”, sentencia.

La ceremonia solemne de toma de posesión del nuevo rector se celebrará este viernes en el paraninfo universitario. Corchado ganó las elecciones el 7 de mayo, tras aprovechar la extraña dimisión por sorpresa del anterior rector para presentarse como único candidato. Recibió el apoyo del 6,5% de los 33.000 universitarios que estaban convocados a votar, con la mitad del profesorado votando en blanco en señal de protesta. El catedrático creó en 2018 el Air Institute, una entidad privada con la que maneja proyectos de millones de euros de la Junta de Castilla y León.

Docampo insta a actuar al Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, a las autoridades académicas y a los responsables de las revistas científicas. “Tenemos un problema serio. Hay que proteger las carreras de los más jóvenes, que se pueden ver contaminados. Esto está ocurriendo a nivel mundial”, advierte.

El epidemiólogo Alberto Ruano, experto en mala conducta científica, lo tiene claro: “Esto es un caso de libro de cártel de citas”. Ruano, catedrático de la Universidad de Santiago de Compostela, también invita a Corchado a renunciar. “Es probable que deba dimitir, porque está haciendo daño a la institución a la que representa, un daño que afecta a la credibilidad de la Universidad de Salamanca y nos está salpicando a todos los profesores universitarios españoles”, opina el epidemiólogo, que insta al Ministerio y a la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE) a tomar medidas para evitar casos como el de Corchado.

Esto es un caso de libro de cártel de citas. Es probable que deba dimitir”
Alberto Ruano, catedrático de la Universidad de Santiago de Compostela

El catedrático de Salamanca, además de añadir miles de autocitas a sus propias publicaciones y de exigir a sus trabajadores que también le citasen, se ha beneficiado de multitud de perfiles falsos de científicos inexistentes, como Devika Rout y Marcus Ress, dedicados a mencionar compulsivamente sus estudios en el repositorio ResearchGate. Desde marzo, Corchado ha ejecutado un borrado masivo de estos perfiles fraudulentos y también de las publicaciones con trampas burdas que subió al repositorio científico Gredos de la Universidad de Salamanca.

Corchado ha denegado desde el 23 de abril múltiples peticiones de EL PAÍS para que explique sus prácticas, pero el 13 de marzo sí concedió una entrevista a este periódico. En aquella conversación telefónica, el salmantino afirmó que había “20 o 30″ perfiles falsos dedicados a citarle y, en apenas dos minutos, ofreció dos explicaciones contradictorias: que los habían creado extrabajadores para hacerle daño y que los había fabricado “un chico” para demostrar que ResearchGate se podía amañar. A continuación, Corchado aseguró que había borrado esos perfiles gracias a sus conocimientos en ciberseguridad. Un portavoz de ResearchGate, sin embargo, explica que no les consta ningún ataque informático y que solo el autor de un perfil puede borrarlo con su clave.

Uno de los referentes internacionales en métodos de evaluación de los científicos, Ismael Ràfols, señala al sistema. “Esta corrupción ocurre porque hay un determinado sistema de evaluación, que valora publicar mucho y que te citen. En Europa hemos empezado una reforma y España tiene muchos deberes por delante”, afirma Ràfols, de la Universidad de Leiden (Países Bajos).

La entidad guardiana de la calidad de la universidad española es la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (ANECA), dirigida desde hace un año por una nueva directora, Pilar Paneque, que está impulsando cambios para dejar de medir a los investigadores al peso. “La ANECA va en la buena dirección, pero tiene resistencias de catedráticos tradicionales que han llegado arriba, como este señor. El caso de Corchado parece una parodia y demuestra que es necesario reformar el sistema de evaluación que genera la corrupción”, zanja Ràfols.

La propia Pilar Paneque cree que sus reformas desincentivarán las malas prácticas y reducirán la presión sobre los investigadores, sobre todo los más jóvenes. “Tenemos mucho que avanzar en integridad científica y ética en la investigación y todo tiene que empezar por el compromiso y el control de la propia institución. Cada universidad sabe perfectamente lo que produce cada uno de sus investigadores y puede detectar cualquier tipo de comportamiento anómalo con facilidad”, opina Paneque. En el caso de Corchado, este viernes será su coronación como rector en el paraninfo de la Universidad de Salamanca.

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