Anton Zeilinger, Nobel de Física: “No puedes demostrar que la Luna está ahí cuando nadie mira”
El científico austriaco, pionero del teletransporte cuántico, reflexiona sobre Dios y la esencia de la realidad
El sentido común es inútil en el mundo de lo extremadamente diminuto, allí donde rigen las normas de la mecánica cuántica. Una de las diferencias más asombrosas es que dos partículas —como dos fotones de luz— pueden estar entrelazadas, de tal manera que lo que le ocurra a una de ellas determinará lo que le pase a la otra, aunque estén muy alejadas. Es lo que Einstein, escéptico, denominó “una fantasmagórica acción a distancia”. El físico Anton Zeilinger, nacido en la pequeña localidad austriaca de Ried im Innkreis hace 78 años, l...
El sentido común es inútil en el mundo de lo extremadamente diminuto, allí donde rigen las normas de la mecánica cuántica. Una de las diferencias más asombrosas es que dos partículas —como dos fotones de luz— pueden estar entrelazadas, de tal manera que lo que le ocurra a una de ellas determinará lo que le pase a la otra, aunque estén muy alejadas. Es lo que Einstein, escéptico, denominó “una fantasmagórica acción a distancia”. El físico Anton Zeilinger, nacido en la pequeña localidad austriaca de Ried im Innkreis hace 78 años, lleva un cuarto de siglo demostrando que las predicciones más absurdas de la física cuántica son correctas. Hace poco más de una década, su equipo logró teletransportar un estado cuántico entre dos fotones de luz entrelazados. Uno estaba en la isla canaria de La Palma y otro, en Tenerife. Había 143 kilómetros entre ellos.
Zeilinger, de la Universidad de Viena, ganó el Nobel de Física de 2022 por teletransportar información y allanar el camino hacia los ordenadores cuánticos, exponencialmente más rápidos y más seguros. El físico austriaco responde a las preguntas de EL PAÍS con un café con leche y mirando al mar Mediterráneo, en la terraza de un hotel de Valencia, durante una pausa en su actividad como jurado de los Premios Rey Jaime I.
Pregunta. Usted escuchó hablar por primera vez del entrelazamiento cuántico en una conferencia en 1976. ¿Qué pensó?
Respuesta. No entendí nada. Solo comprendí que debía ser interesante.
P. ¿Cómo explica qué es el entrelazamiento a la gente sin conocimientos previos?
R. Nadie carece por completo de conocimientos previos. El entrelazamiento de dos partículas es como si tienes un par de dados. En un dado sale el tres y en el otro también sale el tres. Si en un dado sale el seis, en el otro también aparece el seis. Y siempre sale el mismo número en los dos dados.
P. Einstein dijo precisamente que Dios “no juega a los dados”.
R. Creo que Dios pone los números para que creamos que juega a los dados, pero no juega a los dados. Dios dice: ahora es tres, ahora es dos, ahora es seis. Y nosotros creemos que Dios juega a los dados.
P. En su conferencia del Nobel, afirmó que “ni Dios” sabe qué información hay en la partícula.
R. Quizá lo sabe. O quizá no. Nosotros no podemos saberlo.
P. ¿Utiliza a Dios como una metáfora o cree en Dios?
R. Sí, creo. ¿Por qué no creer? El célebre Isaac Newton publicó libros sobre muchos temas, pero escribió mucho más sobre religión que sobre física. Era una persona religiosa.
Podemos observar la realidad, podemos hacer mediciones, pero no podemos decir nada sobre la esencia de la realidad
P. Dos partículas entrelazadas se pueden imaginar como dos hermanos gemelos que se comportan de manera similar a distancia porque comparten el mismo ADN, pero no es así como funciona.
R. En el entrelazamiento, los dos hermanos cuánticos se comportan igual, pero sin ADN.
P. Es más que contraintuitivo. Es una locura.
R. Es una locura, sí.
P. Einstein definió el entrelazamiento como “una fantasmagórica acción a distancia”. ¿Le parece fantasmagórica?
R. Einstein utilizó la palabra alemana geisterhaft, que significa algo así como espiritual. Es un fenómeno fantasmagórico si pretendes explicarlo con las normas habituales. Pero en la física cuántica sabes cómo funciona.
P. En su conferencia del Nobel proyectó una pregunta en la pantalla: “¿Está ahí la Luna cuando nadie la mira?”. ¿Usted qué responde?
R. Lo importante es que para demostrar que la Luna está ahí tienes que mirarla. Si no la miras, solo puedes recurrir a tu experiencia y a tu lógica para decir que está ahí. Pero, con las partículas cuánticas, tú no puedes decir que el sistema está ahí si nadie mira. Einstein preguntó: “¿De verdad crees que la Luna no está ahí cuando nadie mira?”. Y [el físico danés Niels] Bohr respondió: “¿Puedes demostrar lo contrario? ¿Puedes demostrar que la Luna está ahí cuando nadie mira?”. Y no, no puedes.
P. Niels Bohr afirmó: “Es un error pensar que la tarea de la física consiste en averiguar cómo es la naturaleza. La física se ocupa de lo que podemos decir sobre la naturaleza”.
R. Yo iría un paso más allá y diría: Lo que se puede decir sobre la naturaleza, en principio, también define lo que puede existir. Así que nada puede existir sin la posibilidad de decir algo sobre ello.
P. ¿Qué es la realidad entonces?
R. En física siempre hemos hecho grandes progresos sin responder la pregunta de qué es esto. Solo respondemos a la cuestión de qué se puede medir y cómo podemos observar algo. Podemos observar la realidad, podemos hacer mediciones, pero creo que no podemos decir nada sobre la esencia de la realidad.
P. ¿Usted es cristiano?
R. Sí, me crie en el catolicismo, pero mi madre era protestante, así que aprendí de los dos. A veces iba a la iglesia protestante con mi madre y a veces a misa católica con mi padre. Era interesante.
P. Cuando observa este mundo de partículas haciendo cosas loquísimas, ¿cómo encaja esa locura con la idea de un Dios organizado?
R. El teólogo y filósofo jesuita Karl Rahner dijo: “El cristiano del futuro será un místico o no será”. Yo estoy de acuerdo. No se puede decir que Dios es organizado o es así o asá. Dios no está sujeto a nuestras definiciones.
P. Quizá Dios tampoco existe sin la mirada del observador.
R. Es un tipo de observación diferente: no es con los ojos, es una observación con el alma.
Tendremos ordenadores cuánticos en el teléfono móvil dentro de 50 o 100 años
P. Tras su experimento en Canarias afirmó que el teletransporte de información “desempeña un papel vital en la visión de una internet cuántica global, ya que proporciona una comunicación segura sin restricciones [...] y un aumento exponencial de la velocidad de computación”. ¿Cuándo veremos esas promesas?
R. Buena pregunta. Respecto a cuándo tendremos computación cuántica completa, no lo sabemos. De hecho, hoy sería más cauto con mis afirmaciones, porque el reto es enorme. En pequeños sistemas de computación cuántica hay mucho trabajo en marcha, pero para los grandes ordenadores aún queda mucho por hacer.
P. Google ya hace grandes anuncios sobre computadores cuánticos inminentes.
R. Tienen un ordenador cuántico, pero es pequeño y solo se puede utilizar para problemas muy especializados, no para problemas más generales. Para tener una computadora cuántica completa necesitas unos 1.000 bits cuánticos. Y ahora estamos hablando de sistemas con 30 o 50 bits cuánticos.
P. Usted pronosticó en una entrevista en 2010 que en 15 o 20 años tendríamos un ordenador cuántico interesante.
R. Hoy hago el mismo pronóstico [risas]. Es imposible hablar a 20 años vista.
P. También dijo, quizá con ánimo provocativo, que en el futuro tendremos ordenadores cuánticos en el teléfono móvil.
R. Eso será en 50 o 100 años. No lo dije para provocar, sino como desafío. Cuando se construyeron las primeras computadoras, eran enormes, ocupaban una habitación entera. Y entonces nadie pensaba que podías tenerla en un teléfono móvil.
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