Un estudio destapa multitud de ilegalidades en el mercado chino donde pudo originarse la pandemia
Los puestos de Wuhan vendían animales salvajes vivos, incluidas especies protegidas y otras que pueden transmitir el coronavirus
Científicos chinos acaban de desvelar que la mayoría de mercados de Wuhan, la ciudad en la que comenzó la pandemia de covid, vendían animales salvajes vivos de forma ilegal, lo que refuerza la teoría de que el virus pudo saltar de animales a humanos en los puestos de venta de productos frescos de este tipo.
El trabajo toca de lleno la mayor incógnita sobre la covid: ¿Cómo comenzó todo? Más de un año y medio después de la detección de los primeros casos en China aún se desconoce quién fue el paciente cero. El primer foco estaba en la ciuda...
Científicos chinos acaban de desvelar que la mayoría de mercados de Wuhan, la ciudad en la que comenzó la pandemia de covid, vendían animales salvajes vivos de forma ilegal, lo que refuerza la teoría de que el virus pudo saltar de animales a humanos en los puestos de venta de productos frescos de este tipo.
El trabajo toca de lleno la mayor incógnita sobre la covid: ¿Cómo comenzó todo? Más de un año y medio después de la detección de los primeros casos en China aún se desconoce quién fue el paciente cero. El primer foco estaba en la ciudad china de Wuhan. Según la Organización Mundial de la Salud, de los primeros 168 casos detectados en diciembre de 2019 en Wuhan, 47 habían visitado el mercado de marisco de Huanan, considerado hasta ahora el posible origen de la pandemia, probablemente a través de la venta de animales que portaban el SARS-Cov-2. Además, otros 38 infectados habían visitado otros mercados de alimentos de la ciudad.
Hasta apenas unas semanas antes de que se detectasen los primeros casos, cuando el mundo aún vivía ajeno al coronavirus, un equipo de científicos chinos realizó entrevistas con vendedores de 17 mercados de Wuhan. Llevaban haciéndolo desde 2017 como parte de una investigación que intentaba frenar la expansión de otro virus de alta letalidad y potencialmente pandémico: el SFTS, siglas en inglés de fiebre severa con síndrome trombocitopénico. El virus se transmite a través de la picadura de garrapatas y puede saltar de animales a humanos, aunque según los científicos chinos no hay pruebas de contagio de persona a persona. A principios de 2020 hubo un brote en el este de China que infectó a 60 personas y mató a otras siete. Los científicos chinos analizaron los mercados de la ciudad en los que se venden animales salvajes para comida o como mascotas en busca del origen del brote.
Sus datos, publicados esta semana en la revista Scientific Reports, demuestran que en el mercado de marisco de Huanan y muchos otros de la ciudad se vendían animales salvajes, incluidas especies protegidas por las leyes chinas. ”Casi todos los animales se vendían vivos, enjaulados”, estaban “amontonados” y en “malas condiciones”, relata el estudio. Muchos tenían heridas de bala o marcas de cepos. “En la mayoría de los puestos se ofrecía sacrificar y despiezar la compra con las implicaciones que eso tiene para la higiene y el bienestar animal”, detalla el trabajo. Ninguno de los puestos analizados aclaraba bien el origen de la carne o de los animales que allí se vendían. “Casi toda la venta de animales salvajes era ilegal”, añaden los investigadores.
En los mercados de Wuhan se vendían estorninos muy preciados por saber imitar la voz humana por unos 300 euros, víboras venenosas a unos 70 el kilo y perros mapache a 25 el kilo. Estos últimos están entre los mamíferos que pueden infectarse de SARS-CoV-2 y transmitirlo. Algunas de las especies son también reservorio de otras enfermedades peligrosas como la rabia y la gripe aviar H5N1. Hay un último dato destacable: entre todas las criaturas a la venta no había ni murciélagos ni pangolines, considerados hasta ahora los reservorios más probables desde los que el coronavirus pudo llegar hasta los humanos.
La venta ilegal de animales salvajes se registró en los mercados de Wuhan, incluido el de Huanan, hasta que los científicos hicieron su última inspección en noviembre de 2019, apenas un mes antes del estallido de la pandemia, explica a este diario Zhaomin Zhou, investigador del Laboratorio para la Conservación de la Fauna Salvaje del Suroeste de China y autor principal del estudio.
El trabajo no aporta detalles de qué patógenos estaban presentes en qué especies en los mercados analizados. “Fue muy difícil asegurar qué especies había a la venta a partir de los datos de las autoridades responsables de los mercados. Habitualmente se confunden los nombres”, añade Zhou. El investigador advierte de que los datos de su estudio han sido confidenciales hasta ahora, con lo que ni las autoridades locales ni nacionales los conocían.
Los nuevos datos cuestionan el trabajo del equipo de expertos independientes que la Organización Mundial de la Salud llevó a China el invierno pasado para intentar esclarecer cómo comenzó la pandemia. En su informe contaron que los responsables del mercado de Huanan les aseguraron que “todos los animales a la venta eran de granjas legales” y que no había animales salvajes vivos. Pero el mismo trabajo advertía de que de las casi mil muestras tomadas entre enero y marzo de 2020 de los diferentes puestos en el mercado de Huanan y otros similares, 73 tenían SARS-CoV-2.
“Este es un estudio muy importante”, explica Ian Lipkin, uno de los mayores expertos del mundo en virus emergentes. “Aporta una explicación sobre el brote de Wuhan que es por lo menos igual de plausible que el escape de un laboratorio. También destaca la importancia de cerrar los mercados que venden animales salvajes vivos y de que no reabran”, resalta.
El trabajo no ofrece pruebas concluyentes de que la pandemia se originase a partir de animales infectados, pero apunta a ello. La otra posibilidad, que el virus escapase del Instituto de Virología de Wuhan, con laboratorios de alta seguridad en los que se trabaja con coronavirus, y que está a 14 kilómetros del mercado de Huanan, sigue siendo plausible, según aseguraron en mayo un grupo de investigadores de élite en SARS-CoV-2 en una carta publicada en Science. Los firmantes pedían “una auténtica investigación” sobre el origen de la pandemia y criticaban abiertamente el trabajo de la misión de la OMS, en parte porque el equipo chino se encargó de preparar la información y las muestras que luego fueron analizadas por los expertos de la OMS.
A finales de mayo, The Wall Street Journal citó un informe de los servicios de inteligencia estadounidenses que aseguraba que tres investigadores del laboratorio de Wuhan cayeron enfermos en otoño de 2019 y necesitaron cuidados hospitalarios, aunque en China no es infrecuente acudir a hospitales por enfermedades comunes o estacionales. Expertos en virología como Robert Garry, de la Universidad de Tulane, y Alina Chan, encomendada por el Instituto Tecnológico de Massachusetts a encontrar el origen de la pandemia, han cuestionado la credibilidad de esa información y recuerdan que pudo ser una simple gripe. Joe Biden, presidente de EE UU, anunció hace unas semanas que las agencias de inteligencia federales están haciendo una investigación más profunda sobre los orígenes del coronavirus. Sus nuevos datos se esperan dentro de tres meses.
China prohibió en febrero toda la venta de animales salvajes terrestres y también el consumo de su carne. Pero los autores del trabajo advierten de que esto tal vez no sea suficiente, pues puede incentivar la venta de estas especies en el mercado negro. El trabajo recuerda que los animales exóticos en países como China o Japón no son una fuente de alimento barata, sino más bien un producto de lujo que sirve para marcar estatus. Prueba de ello son los altos precios registrados durante sus visitas a los mercados de Wuhan.
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