El Gobierno recomienda airear las aulas a pesar del frío o usar aparatos de ventilación contra la covid
Una guía realizada por el CSIC detalla cómo renovar el aire de las clases abriendo puertas y ventanas, “disponiendo de ropa de abrigo cómoda”, o utilizando sistemas que algunas autonomías desaconsejan
El riesgo de contagio en lugares cerrados es uno de los principales quebraderos de cabeza de la pandemia de covid, sobre todo ahora que bajan las temperaturas en España y el resto del hemisferio. Y surge la disyuntiva: ¿ventilar o pasar frío? “En los periodos de frío, si se opta por ventilación natural, habrá que elegir entre reducción de riesgos sanitarios o confort térmico”, expone una guía preparada para los colegios por el C...
El riesgo de contagio en lugares cerrados es uno de los principales quebraderos de cabeza de la pandemia de covid, sobre todo ahora que bajan las temperaturas en España y el resto del hemisferio. Y surge la disyuntiva: ¿ventilar o pasar frío? “En los periodos de frío, si se opta por ventilación natural, habrá que elegir entre reducción de riesgos sanitarios o confort térmico”, expone una guía preparada para los colegios por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), impulsado por el Ministerio de Ciencia. Y añade: “Disponer de ropa de abrigo cómoda para interiores permitirá no abusar de la calefacción con ventanas parcialmente abiertas”. Es decir, conviene ventilar a toda costa, aunque provoque incomodidades térmicas.
La guía (formato PDF), que se fundamenta en buena medida en la elaborada por la Universidad de Harvard, también ofrece alternativas mecánicas para ventilar y purificar el aire en caso de no contar con la posibilidad de realizar una ventilación manual. “La ventilación es la renovación de aire, es decir, sustitución del aire interior potencialmente contaminado, con aire exterior libre de virus. Y la purificación del aire consiste en la eliminación de las partículas en suspensión, susceptibles de contener virus”, asegura en una nota del ministerio la investigadora María Cruz Minguillón, del IDAEA-CSIC, con ayuda de la Conselleria d’Educació de la Generalitat Valenciana.
“La ventilación natural, si bien es la primera opción en esta guía, puede no ser viable debido a condiciones meteorológicas adversas”Guía para aulas del CSIC
El protocolo covid para las escuelas del Ministerio de Educación, pactado con Sanidad y con las autonomías, recomendaba únicamente ventilar al menos durante 10 o 15 minutos al inicio y al final de la jornada y “todo el tiempo posible”, pero sin instrucciones claras. Estas nuevas recomendaciones, que han sido remitidas al Ministerio de Educación para que se difunda entre los colegios, se basan en que el riesgo de contagio de covid es mucho mayor en ambientes interiores, en buena medida por culpa de los aerosoles. Estas partículas microscópicas con virus, que expulsa un enfermo al respirar, hablar, cantar o toser, pueden permanecer en suspensión en espacios cerrados y provocar el contagio de quien las respire.
Por eso, como señala la guía, “las actividades en exterior son siempre preferibles”. El riesgo se puede reducir mediante la disminución del número de personas, reduciendo el volumen del habla o permaneciendo en silencio, ajustando bien la mascarilla, reduciendo el tiempo de exposición, manteniendo la distancia y ventilando, que es en lo que incide este manual del CSIC. Pero sus indicaciones son perfectamente aplicables a otros tipos de espacios interiores como oficinas.
“La ventilación natural, si bien es la primera opción en esta guía, puede no ser viable debido a condiciones meteorológicas adversas”, reconocen los autores del documento, además de problemas de ruido o de contaminación del exterior. “En ese caso”, añaden, “se puede empezar a implementar ventilación forzada y/o purificación de aire antes de que estas condiciones se alcancen”. Y advierten: “Es preferible reducir el ruido en pasillos que cerrar puertas”, porque es necesaria una ventilación cruzada de ventanas y puertas: todo abierto, todo el tiempo posible.
“La ventilación necesaria para reducir el riesgo de contagio depende del volumen de la sala, el número y la edad de los ocupantes, la actividad realizada, la incidencia de casos en la región y el riesgo que se quiera asumir”, aclara la guía, antes de entrar en cuestiones técnicas que deberán analizar los centros educativos. Ahí es donde entran los aparatos que ayudan a conseguir ventilación suficiente, como “equipos extractores o impulsores individuales con un caudal de aire adecuado”. Si se dispone de sistemas centralizados de ventilación, la tasa de aire exterior se debe incrementar y la recirculación se debe reducir, porque puede provocar que se reconcentren los virus en suspensión.
“Cuando todo lo anterior no es posible o no es suficiente, se debe purificar el aire con equipos provistos de filtros HEPA”, recomienda la guía. Algunas comunidades autónomas, como Galicia, desaconsejan estos equipos de purificación, que pueden llegar a ser muy caros. Además, el manual sugiere el uso de medidores de CO2 en el ambiente como pista para saber si en un aula se está renovando el aire lo suficiente. En todo caso, la ventilación no es una solución por sí sola, sino que debe sumarse al resto para reducir el riesgo, que nunca será cero: “El uso de mascarillas, el mantenimiento de la distancia y las medidas de higiene siguen siendo necesarias en todas las soluciones”, avisan los científicos.
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