“Es importante evaluar la gestión porque la pandemia no ha terminado, estamos ante un futuro incierto”
Carmen Vives-Cases, presidenta saliente de la Sociedad Española de Epidemiología, analiza los motivos por los que se reclama una auditoría independiente de la gestión española de la covid
La carta firmada en The Lancet por una veintena de especialistas de primer nivel en salud pública y epidemias ha puesto encima de la mesa la posibilidad de responder a la gran pregunta: ¿qué ha pasado en España? Las terribles cifras de enfermos y fallecidos, que podrían llegar hasta los 45.000, han sido un gran trauma para la sociedad, pero también una sorpresa para buena parte de la ciudadanía que creía vivir bajo el parag...
La carta firmada en The Lancet por una veintena de especialistas de primer nivel en salud pública y epidemias ha puesto encima de la mesa la posibilidad de responder a la gran pregunta: ¿qué ha pasado en España? Las terribles cifras de enfermos y fallecidos, que podrían llegar hasta los 45.000, han sido un gran trauma para la sociedad, pero también una sorpresa para buena parte de la ciudadanía que creía vivir bajo el paraguas de un sistema de salud robusto. La epidemióloga Carmen Vives-Cases (Villajoyosa, 1976), presidenta saliente de la Sociedad Española de Epidemiología y una de las firmantes del texto, explica en esta entrevista los motivos por los que cree que es necesario este examen de lo ocurrido en España. Por su línea habitual de investigación, a esta catedrática de Salud Pública de la Universidad de Alicante le parece que el análisis permitirá mostrar la importancia de las desigualdades para entender cómo se ha desarrollado la pandemia, con ejemplos tan evidentes como el de los temporeros y los trabajadores precarios en los mataderos: “Las circunstancias sociales, como el empleo, la inestabilidad y las desigualdades de género están influyendo en la expansión de la epidemia”.
Pregunta. ¿Por qué firmó la carta?
Respuesta. Hay algunos que no lo están interpretando bien. Lo que pedimos es una evaluación. Esto no es ninguna novedad: cuando se ha gestionado algo tan serio como la pandemia que hemos sufrido, es importante hacer una evaluación para identificar fortalezas y debilidades, sobre todo de cara al futuro. No es nada del otro mundo, al menos no en el ámbito de la salud pública. Es imprescindible.
P. Pero ¿por qué es importante evaluar la gestión que se ha hecho?
R. A la vista están los datos. Es una epidemia que ha afectado a todos los países y la respuesta que se ha dado aquí tiene cosas en común con otros. Pero tiene otras diferentes, que también tienen que ver con el contexto, y lo que proponemos es que España se muestre como un ejemplo de buenas prácticas, para que sea algo que se produzca también en otros países que lo requieren. ¿Por qué es importante? Primero porque la pandemia no ha terminado, es evidente, estamos ante un futuro incierto y no sabemos si llegado el otoño van a empezar a darse casos con la severidad que se dieron en marzo y se van a requerir medidas que de nuevo van a hacer peligrar otros intereses. Y luego porque nada nos dice que esta sea la única. Estoy convencida de que de lo que podamos aprender de esta experiencia se van a sacar buenas prácticas para el futuro.
España ahora mismo tiene la oportunidad de liderar a otros países con una buena práctica que debería extenderse a otros lugares
P. Pero existe la sensación de que seguimos sin saber tener información concreta para saber gestionar lo que está sucediendo ahora mismo.
R. Depende de las fuentes de información. Nosotros planteamos una evaluación cuantitativa y cualitativa. Yo creo que los datos que tenemos son los que se pueden proporcionar con la rapidez y la exhaustividad con la que se pueden dar. Los informes que se hacen sobre cualquier problema siempre son con un año vista y nosotros aquí estamos pidiéndolos al día. Pero considero muy importante la evaluación cualitativa, hecha por personas clave que han estado en diferentes niveles tomando decisiones y que pueden aportar también una reflexión sobre lo que ha ocurrido, lo que se podría mejorar y sobre lo que hay que fortalecer. Porque hay cosas que se pueden haber hecho bien y también hay que visibilizarlas.
P. Es difícil imaginar un consejero autonómico reconociendo errores ante un experto internacional.
R. En este tipo de trabajo no es relevante revelar quién dice qué, porque además atentaría contra los propios principios éticos de la investigación. En las entrevistas que tenemos en mente lo relevante es poder decir que esa información ha sido proporcionada por personas que han estado en la toma de decisiones en el primer nivel, en un nivel medio y en uno más técnico. Es más importante la información que puedas extraer. Tenemos que ser conscientes de que se ha gestionado una situación inédita, donde se han dado prácticas guiadas por el conocimiento, pero ha habido otras en las que no. Se ha ido innovando. Y de ahí se pueden sacar cosas buenas y otras que con la reflexión y el tiempo uno se da cuenta de que podrían mejorar. Se trata de hacer eso a nivel nacional, con la experiencia de cada una de las autonomías, porque estamos hablando de un país con 17 sistemas sanitarios.
Nuestro Sistema Nacional de Salud tiene ejemplos de coordinación muy buenos, pero lo que se ha se ha visibilizado frente a esta pandemia es que hay aspectos que hay que revisar
P. ¿Ha salido tocada la imagen de esos 17 sistemas? ¿Ha habido falta de coordinación?
R. La coordinación siempre hay que mejorarla, siempre es un problema en todos los ámbitos. Nuestro Sistema Nacional de Salud (SNS) tiene ejemplos de coordinación muy buenos, que no vienen de ahora, de hace muchos años y para muchos temas. Lo que se ha se ha visibilizado frente a esta pandemia es que hay aspectos que evidentemente hay que revisar, no tanto en el gobierno de las comunidades autónomas, sino más bien por competencia del SNS a nivel central. Me refiero a que cuando se está en situaciones de emergencia, hay que coordinar pero al mismo tiempo reforzar la capacidad que tiene el Estado para tomar decisiones. Es una de las cosas que puede salir, porque es verdad que esta manera de organizar nuestro sistema de salud es bastante particular. Merecería la pena revisar la coordinación, porque los problemas de salud pública necesitan una respuesta a escala de país o incluso global.
P. Mencionaba antes el contexto español, que también se cita en la carta, ¿cómo han afectado factores propios de España como el turismo, la movilidad, la relación con la tercera edad?
R. No podemos analizar la gestión de esta pandemia únicamente teniendo en cuenta lo habilitados o preparados que se encontraban los servicios sanitarios en cuanto al personal, infraestructura tipo mascarillas, PCR, y demás. Sí, esto es importante, pero no puede ser lo único. También hay que tener en cuenta las características de nuestro país en cuanto a los indicadores como la movilidad, la tercera edad y también las desigualdades sociales. Una medida tan extrema como el confinamiento es mucho más efectiva entre colectivos de personas que cuentan con una cierta estabilidad, con un hogar seguro y bien acondicionado, que no cuando no cuentas con esas facilidades. En el confinamiento hay situaciones extremas de pobreza, inseguridad y violencia, que no te permiten cumplir con esa norma aunque sea por una medida de salud y eso también hay que analizarlo. No estamos en un país en el que no existan desigualdades, donde no haya precarización: esta situación claro que ha influido. Esto es medir la efectividad de una medida: si funciona cuando se pone en práctica con las condiciones reales y no las ideales.
También hay que tener en cuenta las características de nuestro país en cuanto a los indicadores como la movilidad, la tercera edad y también las desigualdades sociales
P. En la carta dicen que se debería “construir un sistema de salud resistente, con la evidencia científica en su núcleo”, ¿ha fallado la comunicación entre las autoridades y la ciencia?
R. Los problemas son complejos, la covid y su expansión es un elemento muy complejo. Evidentemente la toma de decisiones políticas ha influido en la gestión de la pandemia, pero luego han entrado en juego otra serie de elementos que no son necesariamente la falta de sintonía con la ciencia. Yo no creo que fuera ese el problema o lo que nos haya diferenciado. Tanto los gobiernos autonómicos como en el central lo primero que han tenido es un grupo de expertos que les han ido asesorando. Asesorando, es decir, la toma de decisión política luego también atendía a otros intereses. Pero esa sintonía tiene que continuar y hay que plantearse la necesidad de evaluar lo realizado, con una recogida de información que se puede hacer en dos o tres meses y teniendo en cuenta la opinión de personas que han estado tomando decisiones en distintos niveles. Y con eso poder estar más preparados para lo que nos venga. Para el otoño, si es que se recrudece, o para el futuro con futuras pandemias.
P. Como epidemióloga, ¿hay algo que le haya sorprendido de la respuesta a la pandemia?
R. Cuando trato de explicar en clase cómo han evolucionado las teorías que explican las enfermedades, siempre empiezo hablando de la teoría del germen, donde se trata de reducir el problema a que hay un agente, ese microbio. Pero los problemas no pueden reducirse únicamente a la actuación de un agente externo. Hay otra serie de elementos que favorecen que ese microbio se multiplique. Ves que hay unas personas que enferman y otras que no. En otras enfermedades puede influir el estado nutricional de las personas, si tienen otras complicaciones de salud. Pero comenzamos a investigar y vemos que esos otros problemas de salud tienen que ver con las circunstancias sociales de las personas. Porque no es lo mismo nacer en un contexto de hambruna que en otro de abundancia. Por eso me sorprendió que en pleno siglo XXI tenga lugar esta pandemia y las primeras informaciones y estudios vuelven a esta visión única del microscopio, biologicista. Me sorprendió que se quisiera explicar de una manera tan reduccionista un problema tan grave, cuando ya están muy asentadas otras teorías. No se puede tratar una pandemia como si estuviera aislada de circunstancias sociales, como el empleo, la inestabilidad, las desigualdades de género. Todos esos elementos también están influyendo en la expansión de la epidemia. Si dices esto parece que es algo ideologizado, pero no, también forma parte de la explicación del problema y surge de los datos.
P. ¿Cree que se realizará esta auditoría?
R. Estoy convencida de que es muy posible y por eso he participado en la carta. Hemos hecho una llamada de atención que me parece muy pertinente. Además, España ahora mismo tiene la oportunidad de liderar a otros países con una buena práctica que debería extenderse a otros lugares. Creo que sí se va a hacer la evaluación y no únicamente por la reacción de la gente, que está diciendo que lo que planteamos es algo muy sensato, sin intención de que se utilice como instrumento político. Cuando uno reclama una evaluación no se debe interpretar como una crítica, simplemente se hace para mejorar la gestión de la pandemia en lo venidero. Porque tenemos pandemia para rato.
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