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‘Antares de la Luz’: la macabra historia del líder de una secta chilena que llegará a Netflix

Un documental sigue la huella de Ramón Gustavo Castillo Gaete, el líder de la secta de Colliguay, que quemó vivo a un recién nacido como parte de un ritual

Antares de la Luz
Ramón Gustavo Castillo Gaete, también conocido como Antares de la Luz, en un cartel de búsqueda.PDI
Sebastián Dote

Hace más de una década, Ramón Gustavo Castillo Gaete (1977-2013), un músico de género andino, fue el hombre más buscado de Chile. La prensa y todo el país sudamericano lo conoció como Antares de la Luz, nombre que recibió por su papel como líder de una secta ubicada en la localidad de Colliguay, en la región de Valparaíso, a unos 128 kilómetros de la capital Santiago. Supuestas sanaciones, consumo de ayahuasca, sexo y un bebé recién nacido que fue quemado vivo. Todos estos acontecimientos protagonizados por este supuesto “Dios reencarnado” serán llevados a la pantalla de Netflix.

Antares de la Luz: La secta del fin de mundo, un largometraje dirigido por Santiago Correa y realizado por la productora chilena Fábula, repasará algunos hitos del macabro caso, con la promesa de mostrar detalles inéditos. El documental, que se estrenará este 25 de abril, intentará aproximarse al mundo de abusos, manipulación y muerte armado por este profesor de música que cayó acorralado por sus crímenes y su delirio místico.

Quién fue Antares de la Luz

Ramón Castillo Gaete creció entre los municipios de La Reina y Peñalolén, donde fue un activo participante de los grupos boy scouts de su comunidad. Tras finalizar su educación primaria y secundaria, y siguiendo su vocación como músico, se integró a la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación (UMCE), una institución estatal especializado en pedagogía. Entre 2001 y 2006 trabajó como profesor en el Liceo Antonio Hermida Fabres del barrio de Lo Hermida. De manera paralela, Castillo participó como artista en el grupo de género andino Amaru, donde tocaba instrumentos como el clarinete, la zampoña y la quena. En 2007, y luego de un viaje a China, el músico y docente mostró actitudes extrañas que terminaron por apartarlo de la agrupación.

Aunque el viaje a China habría sido clave para reforzar la faceta “espiritual” de Antares de la Luz, también existieron otros elementos que influyeron en su comportamiento. Un artículo publicado en mayo de 2013 en el diario La Segunda, menciona el interés de Castillo con el libro La rueda del tiempo, del autor peruano Carlos Castaneda (1925-1998), en el que se describe la realización de ritos, consumo de alucinógenos y el establecimiento de una disciplina para trascender, lo que más tarde reforzaría su acción de sometimiento como líder de la secta.

La secta de Colliguay

El camino de Antares de la Luz para encabezar un grupo espiritual en donde subyugaba a todos sus integrantes comenzó con un supuesto grupo de sanación que durante el año 2009 operaba en el municipio de Las Condes, en el sector oriente de Santiago. Durante los siguientes años Castillo se denominó como “el enviado de Dios en la Tierra”. Sus seguidores —varios de ellos de origen acomodado y con estudios superiores—, con su voluntad totalmente dominada por este líder espiritual, debían alejarse de sus familias y participar de sacrificios de animales. Todas las mujeres de la secta mantenían relaciones sexuales con Ramón Castillo. Quienes desobedecieran a estas órdenes se exponían a duros castigos físicos, los que según el expediente judicial, llegaban hasta los 45 golpes a palos.

El sacrificio humano

En 2012, cuando la secta ya operaba en un predio de la región de Valparaíso, Natalia Guerra, una de las seguidoras de Antares de la Luz, quedó embarazada. El 21 de noviembre de ese año, la mujer fue llevada a una clínica Reñaca para que le practicaran una cesárea, sin embargo, tuvo a su hijo por parto natural y lo bautizó como Jesús, según lo descrito en el libro Cinco gotas de sangre: Historia íntima de Antares de la Luz de la periodista Verónica Foxley. De acuerdo a los designios de Ramón Castillo, un hijo que naciera producto de sus relaciones con sus seguidoras sería el Anticristo que traería el fin al mundo. El día 23 de noviembre, el bebé recién nacido fue quemado vivo y desmembrado en un ritual.

El final del líder y el proceso judicial

La promesa de Antares de la Luz a sus seguidores era que el 21 de diciembre de 2012 ocurriría el fin del mundo, una fecha determinada por una creencia del calendario maya. Aquello no se cumplió, lo que provocó las primeras fisuras en la secta. El principio del fin del líder ocurrió a inicios 2013, cuando un seguidor que era el principal sostén económico de la agrupación decidió salir. Una vez conocido el homicidio del bebé, la Policía de Investigaciones de Chile, PDI, activó una búsqueda internacional para hallar a Ramón Castillo, que a esas alturas se había trasladado a Perú. El 1° de mayo de 2013, el hombre fue encontrado muerto al interior de una casa en Cusco. Los peritajes en el lugar determinaron que se había suicidado.

Los integrantes de la Secta de Colliguay que presenciaron el asesinato del niño recién nacido enfrentaron a la justicia. En 2017, el Tribunal de Quilpué estableció que Natalia Guerra, la madre de la víctima, era culpable del delito de parricidio en grado de consumado; mientras que Pablo Undurraga, el brazo derecho de Ramón Castillo, era culpable por homicidio calificado. Ambos recibieron una condena de cinco años de cárcel. La mujer permaneció prófuga por dos años, tiempo en el que organizó reuniones para formar otro culto. En mayo de 2021, Guerra recibió la libertad condicional.

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Sobre la firma

Sebastián Dote
Es encargado de redes sociales y SEO de la edición chilena de EL PAÍS. Es licenciado en Comunicación Social de la Universidad Santo Tomás de Chile. Trabajó en medios regionales de 'El Mercurio' y en el diario digital 'El Dínamo'.
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