Las biógrafas de Sebastián Piñera: “Le gustaba el desafío, estirar hasta el límite, en los negocios y en la vida”
Las periodistas Bernardita del Solar y Loreto Daza, que en 2010 publicaron la primera y más completa investigación que existe de la vida del fallecido expresidente chileno, entregan a EL PAÍS su mirada sobre sus luces y sombras
En 2008 Sebastián Piñera Echenique era un empresario y político de la derecha chilena que había disputado, sin suerte, la presidencia en 2005. Aunque nadie creía que realmente tuviera opciones para llegar a La Moneda, las periodistas Bernardita del Solar y Loreto Daza, decidieron indagar en el personaje y escribir su biografía. Pero, aunque golpearon varias puertas, ninguna editorial se interesaba. Solo cuando la carrera presidencial empezó a abrirse y la opción Piñera volvió al ruedo, lograron encontrar casa editorial: Debate de Penguin Random House.
El libro, que en su primera edición se tituló Piñera, historia de un ascenso y que en 2017 fue actualizado y relanzado por sus autoras bajo el título Piñera, biografía no autorizada, ya va en su cuarta edición. La última se está empezando a imprimir por estos días.
La repentina y trágica muerte el martes del que terminó siendo dos veces presidente de Chile en un accidente aéro, ha devuelto el interés por conocer los recovecos de un hombre complejo y enigmático, que así como alcanzó poder y riquezas –se transformó la quinta mayor fortuna de Chile con 2.900 millones de dólares, según Forbes–, atravesó duras crisis políticas.
La investigación, basada en unas 90 entrevistas que las periodistas realizaron a amigos y detractores, colaboradores, familiares y al mismo Sebastián Piñera, narra las historias que marcaron la vida del exmandatario desde su niñez hasta que asumió su segundo Gobierno.
“Creíamos que Piñera era el personaje que mejor encarnaba la evolución política y económica de Chile, representaba muy bien lo que había pasado en el país, porque él era liberal en lo económico, pero políticamente tenía credenciales democráticas por haber votado por él NO [en el plebiscito de 1988 para derrocar al dictador Augusto Pinochet]. Esa combinación también era muy atractiva de interpretar”, cuenta Bernardita del Solar.
Pregunta. ¿Cómo era la personalidad de Sebastián Piñera?
Loreto Daza. Yo diría más que pertenecer y mantenerse en círculos cerrados, él era muy libre de trazar su camino. Y ahí le era muy útil su racionalidad, su afán de cuestionar todo. Él era de raíces demócratacristianas por su papá, en su casa almorzaba Aylwin (Patricio, expresidente de Chile entre 1990-1994), pero él cuestionó los planteamientos económicos de la Democracia Cristiana cuando empezó la apertura económica. Tenía esa libertad para no permanecer encasillado en los dogmas.
Bernardita del Solar. Eso lo hizo ser bastante solo porque nunca representó la figura de los partidos, aun cuando fue presidente de Renovación Nacional. Su libertad tenía consecuencias y es una libertad que tenía mucho que ver con la libertad espiritual de su papá, José Piñera, que era un libre pensador y agnóstico.
L.D. Los Piñera Echenique eran intelectualmente muy libres. Cuando la familia vivió en Nueva York y José Piñera [el padre del exmandatario era embajador], Sebastián y Pablo [su hermano] trabajaban moviendo cosas, haciendo mudanzas. Y en el ambiente de Chile no se estilaba eso, no se veía bien que los hijos de un embajador trabajaran.
P. Otra cosa que también se ha mencionado estos días es sobre las salidas lúdicas de Piñera, en las que sacaba a relucir su lado más infantil
L.D. Yo creo que tenía un gran sentimiento de humor y su inteligencia apoyaba eso. Se reía mucho de situaciones y nada lo veía como tan tremendo. Pero así también era capaz de reírse de él mismo. Y tenía un humor con sus amigos muy infantil.
B.DS. Imagínate que jugaban en los asientos del estadio con el Choclo Délano (Carlos Alberto, empresario, dueño de Grupo Penta) a quién podía llegar más adelante, pasándose los asientos por arriba. Cuestiones de cabro chico [niño] realmente.
P. ¿Cuáles eran sus principales contradicciones?
L.D. Era un gran amigo, estaba en los momentos duros, y tenía mucha sintonía con el dolor de sus amigos. Pero en forma paralela los podía invitar y quedarse dormido, o no sentarse a la mesa e irse a hacer otra cosa. Estaba en las cosas importantes, pero en la cosa chica pasaba harto a llevar a los demás y dejaba hartos heridos en el camino.
B.DS. Otra cosa es que le gustaba mucho ganar, pero no era por tener plata, sino que por el logro. La plata de verdad no le importaba demasiado. No se compraba autos nuevos y a los hijos no les compraba auto cuando salían de la universidad, cosa que en su medio es habitual. Esa mezcla de la austeridad con la riqueza es curiosa.
L.D. Era extremadamente gozador, muy gozador, pero al mismo tiempo extremadamente avaro o austero, no sé bien qué palabra usar. Iba a Europa, pero arrendaba un auto chiquitito.
P. Siempre se hablaba de su falta de empatía ¿En qué se veía eso?
L.D. Sí, su sentido del humor a veces era cruel. Cuando estuvo en La Moneda la primera vez le preguntamos por eso, que si se daba cuenta de que dejaba muchos heridos en el camino con su sentido del humor. Y él dijo algo así como “estoy consciente, me lo me lo dicen muchos mis amigos y yo trato de controlarlo, pero uno tiene su propio ADN”.
P. Una de las partes más interesantes del libro es cuando cuentan cómo era su infancia y la dinámica al interior de la familia Piñera Echenique, donde la competencia entre los hermanos era feroz
L.D. José Piñera, el padre, tenía esta tesis de que la inteligencia se va formando en el camino y en la medida que la ejercitas eres más inteligente. Y así como las personas se ejercitan en gimnasia, él los desafiaba en la racionalidad.
B.DS. Todo el tiempo los desafiaba con preguntas capciosas, entonces, la verdad es que Sebastián estaba sometido permanentemente al estrés de tener que saber contestar. Y creo que le quedó eso de tener que saberlo todo desde esta desafiante niñez.
P. ¿Cómo marcó a Sebastián PIñera ese ambiente de competencia?
L.D. Creo que eso define a Sebastián Piñera, la competencia. Y eso tiene virtudes y defectos. A su equipo los super exigía y a veces los destruía, pero la virtud era que sacaba lo mejor de ellos.
B.DS. Y eso tiene mucho que ver con el tema de cómo funcionaba él. Creía siempre que había que ponerse la meta máxima, que esa era la manera de avanzar. Y en ese sentido nunca estaba conforme, siempre había más. Esa es una característica fundamental de su personalidad.
P. ¿Cómo tomaba decisiones Piñera?
L.D. En los momentos difíciles Piñera siempre tomaba las decisiones solo. Lo que él hace es escuchar en silencio y tomar la decisión en soledad.
B.DS. Y además fue valiente en sus decisiones. En su campaña puso a dos hombres tomados de la mano, lo que refleja su libertad para salirse del cuadrado donde uno supondría que tenía que estar. Y también cuando habló de los cómplices pasivos para la conmemoración de los 40 años del golpe.
P. Le costó mucho separar el tema de los negocios de la política, aún cuando era presidente, y eso le trajo costos ¿Por qué le pasaba eso?
B.DS. Creo, personalmente, que él creía que lo podía hacer mejor y le costaba dejarle a otros. Y al final quería tener todo bajo su control.
L.D. Pero creo que es una incógnita. Él entendía el costo altísimo que tenía para su Gobierno, y sus asesores se lo dejaron sumamente claro. Son esas contradicciones del alma que no se explican en términos racionales.
P. ¿Qué es lo que más les sorprendió de Piñera?
L.D. Yo creo que descubrir esta veta más humana de él, que sus amigos lo querían.
B.DS. Una cosa que me llamó mucho la atención fue descubrir que había formado una muy buena familia. En eso tiene que haber tenido mucho que ver Cecilia (Morel, su esposa). Me acuerdo de una frase que nos dijeron, que lo más destacable que tenía Piñera no era la plata o la inteligencia, sino que su familia. Y es algo que hemos visto estos días.
P. ¿Le tenía miedo a la muerte?
B.DS. No me acuerdo haber hablado del tema. Pero lo que a él le gustaba era el desafío, estirar hasta el límite, en los negocios, en la vida y en los deportes. Todos los deportes que le gustaban eran tirarse en parapente, bucear, no era nada tranquilito.
P. ¿Creen que murió en su ley, como dijo su hermano Pablo Piñera?
B.DS. Murió en acción, haciendo algo que le gustaba, que le encantaba, desafiando un poco la naturaleza. Él era muy optimista, yo creo que él pensaba que no le iba a pasar nada, porque no tengo noción que alguna vez le haya pasado algo extremo. Y no me imagino a Piñera enfermo o viejito.
L.D. Era un hombre de acción, que tomaba riesgos, que tenía mucha confianza en sí mismo y que en esta ocasión la vida le jugó en contra.
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