Las múltiples facetas de Sebastián Piñera como empresario

¿Visionario, innovador, negociador, arriesgado? Las miradas sobre el Sebastián Piñera empresario varían dependiendo de la perspectiva. Lo que sí está claro es que el exmandatario chileno tenía una habilidad innegable para hacer dinero. Y mucho.

Son pocas las actuales fortunas en Chile que se forjaron a partir de casi cero. En su familia no había dueños de empresas ni le heredaron grandes fortunas. Su padre, el ingeniero José Piñera Carvallo, fue uno de los fundadores de la Democracia Cristiana.Y fue embajador en Bélgica durante el gobierno del democristiano Eduardo Frei Montalva (1964-1970).

Fue tras terminar sus estudios que Sebastián, el tercero de los seis hermanos Piñera Echenique, fue amasando un patrimonio que con los años llegó a transformarse en la quinta mayor fortuna del país: 2.900 millones de dólares, según el ranking Forbes.

Su olfato para los negocios, sumado a su poco temor al riesgo, fueron su mayor bendición. Pero también su principal talón de aquiles en el mundo de la política, donde era observado por los conflictos de intereses con los que cargaba.

Tras egresar en 1964 del colegio Verbo Divino, de formación católica, ingresó a la carrera de ingeniería comercial en la Facultad de Economía de la Universidad Católica de Chile, donde fue distinguido como el mejor alumno de su promoción. En 1973, el año del golpe militar en Chile, partió a vivir con su familia a Estados Unidos donde continuó sus estudios en la Universidad de Harvard y obtuvo un doctorado en Economía.

A su regreso a Chile trabajó como profesor en diversas escuelas de Economía. Entre 1974 y 1976 fue consultor del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), entre 1975 y 1978, del Banco Mundial y en 1976 en la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). Pero en 1977 su ingreso al mundo de la actividad privada marcó el inicio de una carrera ascendente como empresario. Ingresó como miembro de la Infinco, empresa que prestaba asesorías al Banco de Talca. En 1979 llegó a asumir 1978 la gerencia general de esa entidad, cargo que dejó en 1980 luego que el directorio pidiera su renuncia. Es una gestión que le siguió pesando en su vida.

Tarjetas de crédito y aviones

Desde Infinco el empresario viajó a Estados Unidos y trajo a Chile la representación de las tarjetas Master Card y Visa al país. Fue el inicio de su fortuna. A través de sociedad Bancard, que hasta hoy funciona como el conglomerado que agrupa a todas sus inversiones, llegó a ser la mayor emisora de tarjetas de crédito del país. En 1989 vendió ese negocio a Transbank, la empresa propiedad de los bancos que hasta hoy funciona como el principal actor de medios de pago en Chile.

Luego vendría su ingreso al negocio aeronáutico. En 1994, compró el 16% de la aerolínea Lan Chile a la empresa sueca SAS y se asoció a la familia Cueto, con quienes lograron obtener el control de la compañía. Es un negocio del que tuvo que deshacerse cuando asumió como presidente. A fines de marzo de 2010, a pocas semanas de asumir su mandato, enajenó su parte al grupo Bethia, el fondo de una rama de la familia propietaria de Falabella en 425 millones de dólares. El gran negociador de la venta fue su gran amigo José Cox.

Durante los años 90 incursionó junto a los Cueto en diferentes negocios inmobiliarios, e inició su ingreso a empresas de diferentes rubros a través de participaciones minoritarias. Telecomunicaciones, salud, tecnología, comercio, eléctricas y navieras se transformaron en parte de su portafolio. Hoy sus negocios son manejados por su oficina de inversiones Bancard. En paralelo, siguió dedicando su tiempo a la política como senador en algunos períodos, presidente del partido Renovación Nacional y eterno candidato presidencial.

Su interés por lo público lo llevó a comprar el canal de televisión CHV en 2005 y a entrar como accionista a la sociedad anónima controladora del club de fútbol Colo Colo en 2006. Se desprendió de ambos negocios durante el año de su primer mandato presidencial cuando delegó sus inversiones en sociedades anónimas abiertas a un fideicomiso ciego voluntario manejado por cuatro administradoras de fondos. Sus negocios en el extranjero quedaron en manos de Bancard, liderada por Nicolás Noguera, quien fue su mano derecha en la gestión de sus negocios.

“La pena por el amigo que se va se mezcla con el orgullo por la figura que deja un legado imborrable. Lo recordaré siempre como una buena persona, amante de su familia, de su país y de Dios. Preocupado de sus amigos. Inteligente y visionario. Enérgico e inquieto. Le agradezco infinito”, publicó Noguera en sus redes sociales tras la muerte de su mentor.

Tras el empresario Andrónico Luksic, quien anunció su retiro del día a día de los negocios a fines de septiembre de 2023, dedicó unas palabras a Piñera en X. “Fue un hombre comprometido con Chile hasta el final de sus días, que contribuyó al retorno de la democracia y que fue un activo protagonista de la política y la historia de la República en las últimas décadas. Fue también un empresario, trabajador inagotable y creativo”, indicó.

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