La relación Piñera-Guerrero-Cox, una amistad unida por los negocios y, a veces, por la política
Ignacio Guerrero y José Cox son los dos grandes amigos y consejeros que estuvieron junto al expresidente Sebastián Piñera poco antes de su muerte. Una amistad que comenzó en los años 70, se afianzó en los 80 y que fue clave en su primer mandato en La Moneda
En el primer Gobierno de Sebastián Piñera, Ignacio Guerrero y José Cox eran conocidos como parte del Tercer Piso. No cumplían roles en el Gabinete, y tampoco eran parte del grupo de asesores, conocido como el Segundo Piso de La Moneda, el palacio de Gobierno. Pero sus consejos eran clave para el mandatario, quien acudía hasta sus casas para consultar asuntos de Estado. Eran dos de las personas a las que Piñera escuchaba y confiaba en sus observaciones.
Los tres se conocieron en los años 70. Cox y Guerrero eran compañeros del hermano del expresidente, Pablo Piñera, en la carrera de ingeniería comercial en la Universidad Católica. Y desde un primer momento congeniaron.
Fueron más de 50 años de amistad en los que trabajaron, hicieron negocios en conjunto, compartieron viajes, se gastaron bromas y se aconsejaron mutuamente. Y que terminaron este martes con la muerte del exmandatario en un accidente en Ranco. Piñera, que veraneaba en su casa en el sector de Bahía Coique, en un costado del lago, fue en helicóptero a visitar a su amigo José Cox al otro lado del lago, en la zona de Ilihue. Tras despegar para regresar a su casa, el helicóptero en el que además viajaba su hermana Magdalena Piñera e Ignacio Guerrero junto a su hijo Juan Bautista, se precipitó al lago. Los tres acompañantes pudieron salvarse, pero no el exmandatario.
Fue en 2010 que Cox construyó su casa en Ranco. Con Piñera también eran vecinos en Cachagua, un balneario de la Región de Valparaíso. Desde ese entonces, era común ver al expresidente atravesar el lago para ir a visitar a su amigo o viceversa: Cox también pilotea helicópteros.
El vínculo Cox-Guerrero-Piñera se afianzó en los años 80. En esos años el exmandatario asumió la gerencia general de Citicorp Santiago, un banco de inversión formado por Citibank y el Banco Santiago y llamó a Cox para que fuera parte de su equipo, el que integraron varios empresarios que son hoy parte de lo que se conoce como la generación dorada que lidera las principales empresas de Chile. Pero en 1986 decidieron emprender y armar su propio negocio e invitaron a participar a Ignacio Guerrero, quien por esos años era vicepresidente de Citibank en New York y de NMB Bank.
Los tres, junto a Ricardo Bachelet, primo lejano de la expresidenta Michele Bachelet, crearon CMB, una firma de inversiones que funciona hasta hoy como la administradora de fondos de infraestructura CMB Prime. Con los años, la amistad y los vínculos de confianza se fueron consolidando, ayudados también por la amistad de sus esposas -Cecilia Morel y la esposa de Cox, Loreto Alcaíno, son muy cercanas- y continuaron haciendo negocios en el rubro inmobiliario y entrando como accionistas minoritarios a compañías.
Al regreso de la democracia, tanto Cox como Piñera empezaron a acercarse a la política. Pero mientras el primero, más cercano a la Democracia Cristiana, trabajó para los gobiernos de la Concertación en el Ministerio de Hacienda, en la Corporación de Fomento de la Producción (Corfo) y en el ministerio de Obras Públicas, Piñera se plegó a la derecha e inició una carrera en cargos de elección popular como senador de Renovación Nacional (RN).
Aunque continuaron haciendo negocios en conjunto, los intereses de Piñera se empezaron a decantar cada vez más en la política, mientras Guerrero y Cox optaron por mantenerse en un segundo plano en el mundo de los negocios. Cuando Piñera fue electo presidente, muchos especulaban que sus dos grandes socios y consejeros asumirían algún cargo público. El mandatario, sin embargo, decidió mantenerlos en la esfera privada, pero como consejeros y amigos.
A Cox, de hecho, le encargó una tarea relacionada con sus inversiones. Hacerse cargo de la venta de su paquete de acciones en la aerolínea nacional Lan, en el canal de televisión Chilevisión y en el club de fútbol Colo Colo. Piñera no quería que su gestión presidencial se viera empañada por el evidente conflicto de interés y nombró a su amigo como su principal negociador.
Cox cumplió la misión. A fines de marzo de 2010, a días de asumir Piñera, Cox acordó con el el grupo Bethia, liderado por Liliana Solari, una de las socias de Falabella, la venta del 8% de las acciones que Piñera tenía en la aerolínea en 425 millones de dólares. Chilevisión, en tanto, fue vendido cinco meses después al grupo estadounidense Time Warner, mientras que la enajenación de su parte en Colo Colo se cerró a fines de diciembre de ese año.
Pero no todos fueron beneficios para los empresarios y amigos del mandatario. Cuando Guerrero, Cox y Bachelet obtuvieron la aprobación ambiental para levantar la central hidroeléctrica Mediterráneo en el río Puelo, en la Región de Los Lagos, fueron acusados de haber obtenido “favores” de parte del Gobierno. Finalmente, desistieron del proyecto.
Por lo mismo, en el segundo Gobierno de Sebastián Piñera, su impronta como asesores del Tercer Piso cambió. Las reuniones en sus casas para consultar asuntos de Estado desaparecieron y Piñera decidió mantener separados los caminos de la amistad y la política.
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