_
_
_
_

Tres secuestros extorsivos en menos una semana marcan un hito en la criminalidad en Chile

Hasta 2016 eran delitos escasos perpetrados solo entre miembros de bandas criminales. En 2023 la Policía de Investigaciones ha pesquisado 45 casos solo en la Región Metropolitana

crisis de delincuencia en Chile. Carabineros
Carabineros en el lanzamiento del programa Calles sin violencia, en Santiago (Chile), el 24 de abril.Esteban Felix (AP)
Ana María Sanhueza

En menos de una semana, en Chile se han registrado tres secuestros extorsivos que han impactado al país, entre ellos el de Rudy Basualdo, de 50 años, un empresario metalúrgico de Rancagua, ciudad ubicada a unos 85 kilómetros de Santiago, que fue liberado el 10 de noviembre luego de 40 horas desaparecido y tras el pago de una millonaria suma. Sin embargo, casi en paralelo hubo otro dos casos de similares carecterísticas en el extremo norte del país, en Tarapacá. En octubre, un adolescente fue secuestrado, y luego liberado, en lllapel, en la zona centro norte.

Los secuestros extorsivos son un tipo de delito en Chile que, aunque no son inéditos pues a comienzos de los años 90, cuando regresó la democracia tras 17 años de dictadura, fueron cometidos por grupos subversivos de extrema izquierda, a partir de mediados de 2021 han tenido un alza exponencial. Por ejemplo, si entre 2016 y 2020 hubo entre seis a ocho casos por año en la Región Metropolitana de Santiago, en 2021 llegaron a 26. Pero el salto fue en 2022, pues se registraron 46 casos y, en lo que va de 2023, ya suman 45, según indica a EL PAÍS el subprefecto y jefe de la Brigada de Investigaciones Policiales Especiales y Antisecuestros (BIPE) de la Policía de Investigaciones (PDI), Hassel Barrientos.

Rudy Basualdo, el empresario chileno secuestrado en Rancagua
Rudy Basualdo.

Se trata de secuestros en los que los captores piden dinero a los familiares para la liberación, pero que han tenido una evolución. Si en 2016 eran cometidos solo entre bandas criminales chilenas de narcotraficantes, a partir de 2022 también han comenzado a afectar a personas comunes, aunque en menor proporción, y que no están ligadas a la criminalidad. El primer caso de ese tipo, y que marcó un hito, ocurrió en enero de 2022, cuando el comerciante chileno Nelson Murúa Páez, de 67 años, fue secuestrado en la región de Tarapacá, unos 1.800 kilómetros al norte de Santiago mientras iba camino a su trabajo. Cuando sus captores, que enviaban audios y videos a su familia no recibieron el monto que pedían, unos 45.000 dólares, lo torturaron y asesinaron.

La irrupción de los secuestros, además del alza en la tasa de homicidios y que la Fiscalía Nacional ha situado en 6,7 por cada 100 habitantes en 2022 en comparación a la tasa de 4,6 de 2021, ha empujado al Ministerio Público ha impulsar una nueva unidad, Equipo contra el Crimen Organizado y Homicidios (ECHOH), que implicará turnos 24/7 de 70 fiscales además de analistas y abogados para trabajar en la reacción temprana de homicidios y secuestros en el contexto de crimen organizado. “Hemos observado nuevas tendencias delictivas que, hasta la fecha, resultaban atípicas o poco frecuentes, como extorsiones, secuestros, trata de personas, tráfico de migrantes, armas y narcotráfico de dimensiones que no conocíamos”, ha dicho el fiscal nacional, Ángel Valencia, al presentar el nuevo departamento el lunes.

Sin embargo, son los secuestros, como nuevo fenómeno, los que han marcado la agenda de país. “Efectivamente ha habido un aumento significativo, importante”, dijo el martes Valencia en radio Cooperativa. “Es difícil advertir en qué punto de la línea nos encontramos, en relación si esto es una situación circunstancial, si esto va a crecer o se va a reducir. Lo que sabemos es que entre 2021 y 2022 hubo un crecimiento muy importante, y que lo que hemos estado haciendo en el pasado no puede ser repetido en el futuro”, agregó.

Pese al aumento de los asesinatos con armas de fuego, que se asocian directamente al crimen organizado, y a la irrupción de una nueva criminalidad, Valencia ha dicho también en una entrevista a Tele 13 Radio que “Chile sigue siendo el país más seguro de la región y tiene una tasa de homicidios más baja que la de Uruguay”.

Nueve bandas desarticuladas

Fue a mediados de 2021, explica el subprefecto Barrientos, que se empezaron a registrar los primeros casos de autores de secuestros extorsivos que tenían en común “la condición migratoria irregular y con ingreso clandestino al país. Las víctimas también eran personas extranjeras. Junto a ese fenómeno empezó a aumentar la estadística, por ejemplo, a 26 casos solo en un año en Santiago, pues antes en provincias casi no existían estos delitos”.

Barrientos señala que una complicación que tuvieron para abordar estos casos de secuestros fue que los autores eran personas indocumentadas que habían ingresado al país por pasos clandestinos. “Junto al Ministerio Público tuvimos que idear nuevas estrategias que permitieron desbaratar bandas criminales”. Así, en 2022, fueron desarticulados nueve bandas que se dedicaban a los secuestros extorsivos y hubo dos grandes operaciones, una se denominó Clandestino y otra Caracanas, ambas en la Región Metropolitana.

En la primera operación, Clandestino, fueron detenidas 10 personas que habían cometido tres secuestros extorsivos. En la segunda, Caracas, fueron apresadas doce por cinco secuestros. Entre las víctimas, cuenta Barrientos, había un comerciante chileno de origen chino que fue finalmente fue liberado.

Barrientos dice en 2022 han sido detenidas 76 personas como autoras de secuestros extorsivos y que, de ellas “dos tercios corresponde a ciudadanos extranjeros con condición migratoria irregular e ingreso clandestino al país”.

Una dinámica que comenzó a desarrollarse, agrega el policía, fue que en los secuestros entre personas extranjeras los autores pedían dinero tanto a la familia de su país de origen como a la que vivía en Chile. “Ese es el fenómeno que se ha dado en este tipo de bandas”, agrega.

Pese al impacto que han provocado en Chile los últimos secuestros, entre ellos el del empresario Rudy Basualdo, Barrientos señala que se trata de casos “muy puntuales”. Sin embargo, agrega que, en 2022, entre las víctimas de las dos bandas que desarticularon, también hubo casos de víctimas chilenas. Menciona uno en especial por la forma en que actuaron sus captores, pues un hombre fue contactado por redes sociales por una mujer desconocida y, cuando llegó a la cita, fue secuestrado.

secuestro de empresario en Rancagua
El secuestro del empresario Rudy Basualdo y a la derecha el vehículo utilizado tras ser abandonado en Rancagua.

También pidieron rescate a su familia pero, además, “retiraron dinero de su cuenta personal. Ese es uno de los modus operandi que usan, por por lo que hay que tener ojo. El otro es que hacen un perfil de la víctima y ven los lugares donde concurre. La mayoría de los secuestros se han hecho de noche, por ejemplo, saliendo de un local nocturno”.

Durante 2022 hubo 155 concurrencias de supuestos secuestros, lo que ocurre cuando hay una denuncia y el Ministerio Público activa el protocolo y un equipo especializado realiza las primeras diligencias. Luego, la policía descarta o confirma si se trata de un secuestro real, por ello, finalmente se registraron 46 causas. Entre los casos denunciados, que resultan ser falsos, hay estafas telefónicas.

A noviembre de 2023, las concurrencias han sido, dice el subprefecto,118. Pero se han constatado 45 secuestros reales.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Ana María Sanhueza
Es periodista de EL PAÍS en Chile, especializada en justicia y derechos humanos. Ha trabajado en los principales medios locales, entre ellos revista 'Qué Pasa', 'La Tercera' y 'The Clinic', donde fue editora. Es coautora del libro 'Spiniak y los demonios de la Plaza de Armas' y de 'Los archivos del cardenal', 1 y 2.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_