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Sammis Reyes
Columna
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Sammis Reyes: el doloroso fin del sueño americano

El único jugador chileno que actuó en la poderosa liga del fútbol americano (NFL) decidió abandonar prematuramente la actividad debido a la cada vez más extendida Encefalopatía Traumática Crónica

Sammis Reyes
Sammis Reyes participa en entrenamiento en Ashburn, Virginia.Scott Taetsch (Getty Images)

Sammis Reyes, oriundo de Talcahuano, pero criado en Maipú, quería ser basquetbolista de la NBA. Mientras realizaba una gira con el equipo de su colegio por Estados Unidos, a los 14 años fue reclutado por la Westlake Prep., y luego se integró a la Universidad de Tulane, justo antes de comprender que su camino iba por un juego más rudo y de contacto: el fútbol americano, deporte que Reyes nunca jugó en Chile.

Se convirtió así en el primer chileno en llegar a la competitiva NFL, donde jugó tres años consecutivos en Washington Commanders, Chicago Bears y Jacksonville Jaguars. Hasta que, tras un choque en el entrenamiento, pasó siete noches sin dormir producto del dolor de cabeza. Fue entonces que anunció por las redes su intención de retirarse en una de las confesiones más duras escuchadas en el último tiempo: “Nunca me perdonaría no ser el mismo marido, el mismo hijo o la misma persona por perseverar en este deporte. Prefiero cuidar mi salud”.

Lo de Sammis no es casual. La encefalopatía traumática crónica, conocida como ETC, es la causa principal del abandono de los futbolistas, a una edad promedio de 28 años. Ya hay muertes y trastornos derivados de su diagnóstico y la poderosa organización que agrupa a las franquicias -que generan millones y definen al ganador en el Super Bowl, el espectáculo deportivo más masivo en la televisión estadounidense- ha implantado políticas restrictivas en los últimos años que buscan no sólo salvaguardar la seguridad médica de sus atletas, sino también millonarias demandas.

Reyes, hoy de 27 años, recibió educación frente a la ETC en sus clubes, donde le explicaron que es una enfermedad neurodegenerativa que aparece principalmente por la suma de lesiones cerebrales traumáticas. Los efectos suelen no ser inmediatos, aunque se van acentuando con el tiempo, y en su primera fase de estudio se conoció como demencia del púgil, debido a la acumulación de casos en exboxeadores. Clínicamente, sin embargo, se ha llegado a establecer que el fútbol americano, la lucha y el hockey sobre hielo son deportes que también exponen a sus cultores a las secuelas.

La Federación Inglesa de fútbol encargó una investigación para ver las consecuencias de los cabezazos al balón durante la práctica profesional, y recomendó que los niños menores de 12 años no fueran sometidos a prácticas que podrían derivar en traumatismos cerebrales.

Sammis, hijo de padres deportistas, tomó una decisión que se expande cada vez más. Fue un patólogo forense de origen nigeriano, Bennet Omalu, radicado en Pittsburgh, quien asoció la muerte de Mike Webster, exjugador de los Steelers, con los golpes recibidos durante la práctica del fútbol americano, al que luego se agregarían tres casos más. Sus denuncias fueron perseguidas por la NFL y poderosos grupos de presión, hasta finalmente ser aceptados como válidos. Sobre el tema se publicaron varios libros y la historia fue plasmada en Concussion, una película con Will Smith de protagonista.

Los reglamentos con los que jugó el chileno en la liga tienen prevenciones, por cierto, pero según los especialistas no son suficientes. Detener el juego cuando un jugador acusa una contusión en la cabeza, el perfeccionamiento de los cascos y un severo protocolo de atención una vez producida la lesión no han evitado que muchos deportistas jóvenes opten por retirarse prematuramente para evitar los daños degenerativos, que comienzan a manifestarse tempranamente, aunque eso signifique abandonar el sueño americano que promete fama, dinero y oportunidades a partir del más masivo de sus deportes.

Una ruta que Sammis Reyes, el primer y único chileno en asomarse a ese mundo, también prefirió tomar.


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