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David Gallagher: “La derecha chilena tendría que ser muy inepta para no ganar la presidencial en 2025”

Para el académico, emblema de los liberales chilenos, “sería sano para Chile que los republicanos se moderaran”

Rocío Montes
David Gallagher, académico chileno
David Gallagher en Londres (Inglaterra), en 2018.Jeff Spicer (Getty Images)

Académico, empresario, experto en literatura y emblema de los liberales chilenos, David Gallagher (Valparaíso, 78 años) se ubica políticamente en un lugar poco usual: en 1999-2000 votó por Ricardo Lagos para la primera llegada de un socialista a La Moneda luego de Salvador Allende –un miedo profundo los sectores conservadores de Chile en esa época–, y en el segundo Gobierno de Sebastián Piñera, entre 2018 y 2022, fue embajador en el Reino Unido. De vuelta en Chile desde marzo pasado, Gallagher –al que lo interpreta una centroderecha despeinada, como ha dicho– analiza la política de su país en una conversación desde Londres, donde pasa sus vacaciones.

Pregunta. ¿Cómo observa Chile tras los cinco años que vivió fuera?

Respuesta. Desde el estallido social de octubre 2019, muy cambiado. Hasta entonces, yo, como embajador, promovía un país con 30 años de crecimiento sostenido que parecía estar en los umbrales del desarrollo, si bien el ímpetu había menguado en el segundo Gobierno de Michelle Bachelet (2014-2018), en que el crecimiento promedio bajó a unos 1,8%. Eso claro que acumuló descontento, decepción.

P. Y ahora, ¿cuáles son los principales desafíos del país?

R. Retomar el crecimiento para que, con más actividad, suban los salarios reales y los ingresos fiscales. Y asegurar que ese crecimiento le llegue a todo el mundo. Reformar el Estado para que le sirva en forma más eficiente a la ciudadanía, para que cundan más los ingresos fiscales, y para que el Estado no sirva como botín –vía empleos o contrataciones–, para el partido ganador. Este último es un tema del que se habla mucho y hace poco, sea cual sea el signo del Gobierno. Por otro lado, tenemos que apuntar a una sociedad donde haya más igualdad de oportunidades y de trato.

P. ¿Tiene hoy la derecha en Chile una ventaja pensando en la presidencial 2025?

R. La derecha chilena tiene una enorme ventaja para el 2025. Tendrían que ser muy ineptos para no ganar. Pero se están luciendo poco. El Gobierno de Boric comete un error tras otro. A la derecha parece que eso le basta. Le falta visión de país. En vez de seducirnos con proyectos para el futuro, se pasa interpelando o enjuiciando a ministros, la misma práctica miserable de la izquierda cuando la derecha estaba en el poder. También hay mucha pelea entre ellos.

P. Es muy de la derecha chilena lo del canibalismo.

R. La derecha tradicional, en vez de unirse como el PP, está compuesta de tres partidos que se critican entre ellos. Finalmente, el tema de los republicanos, nuestro equivalente de Vox, es un tremendo dilema. Sería sano para Chile que los republicanos se moderaran. Allí algo de mimetización de la derecha tradicional sería menos grave. Que se creara un centroderecha sólido. Lo mismo que uno añora en la izquierda, que se consolidara de nuevo un centroizquierda como esa Concertación que gobernó a Chile con tanto éxito entre 1990 y 2010.

P. ¿Y cómo está el Gobierno de Boric?¿En qué medida el Caso Convenios lo ha impactado?

R. La nueva izquierda juvenil que llega al Gobierno con Boric se cree moralmente superior a la de generaciones anteriores. A éstas las acusaban de entreguismo frente al modelo neoliberal, de privilegiar la negociación sobre los nobles principios, de ser vilmente pragmática. Boric ha aprendido que este discurso era arrogante, que como él mismo dice, es distinto con guitarra, que también importa la buena gestión. En realidad, la gestión del Gobierno ha sido pésima, por la falta de experiencia, y por haber creído que basta con una retórica de buenas intenciones, sin la incomodidad de tener que cumplir con lo prometido. En todo esto, el Caso Convenios ha sido fatal, porque subvierte de una vez por todas la pretensión de superioridad moral.

P. ¿Y qué piensa sobre la reforma tributaria que quiere llevar adelante el Gobierno?¿Es viable?

R. El Caso Convenios ha sido fatal para la reforma tributaria. El argumento de que el Estado necesita más ingresos tributarios para solventar gastos sociales se subvierte si se ven que esos ingresos se malversan y terminan en manos de militantes de un partido. De igual forma creo que se debería poder llegar a un acuerdo: que aumentan los ingresos fiscales vía alguna subida de impuestos siempre que se hagan profundas reformas para eficientizar el Estado.

P. “Que la derecha y los empresarios en Chile se resten de una reforma tributaria no es sano y no mira el largo plazo”, dijo el economista Dante Contreras a EL PAIS. ¿Qué opina?

R. Es una caricatura decir que la derecha y los empresarios se oponen per se a una reforma tributaria. Yo creo que en Chile todos somos patriotas y en nuestras disputas queremos el bien del país. El drama de Chile es la falta de crecimiento y toda reforma tributaria debe tenerlo en cuenta. Creo que es eso lo que buscan la derecha y los empresarios. Por otro lado, la izquierda debería liberarse de ese reflejo condicionado que tiene de que siempre hay que subir impuestos per se, sin medir efectos.

P. Mirando más el largo plazo, ¿Chile ha perdido su opción de dar el salto al desarrollo en las próximas décadas?

R. Yo soy profundamente optimista así que no sé si soy la persona adecuada para contestar la pregunta. No creo que la opción esté perdida. El Gobierno de Boric ha empezado a entender la necesidad de que haya crecimiento y sospecho que gobiernos futuros lo entenderán más y más.

P. ¿Y tiene las mismas esperanzas en el proceso constituyente?

R. Yo espero que el proceso genere una buena Constitución. Para eso cifro mis esperanzas en que estén a la altura los republicanos, que con la derecha tradicional dominan la convención, que por tanto no saquen una Constitución hecha para una minoría de chilenos como la que rechazamos el 4 de septiembre de 2022. Ahora bien, va a ser una Constitución liberal, una versión espero que mejorada de la que ya tenemos, aunque no tan distinta, ya que ésta última en gran medida recoge nuestra tradición constitucional.

P. ¿Qué pasaría en Chile si en diciembre la ciudadanía nuevamente rechaza el texto?

R. Caramba ¡qué pesadilla y que lástima perder la oportunidad de salir de este fatídico tema! Pero no descarto que se rechace. El votante chileno se ha vuelto notoriamente rechacista. Puede ver el nuevo texto como una nueva imposición de la élite y rechazarlo por bronca. En ese caso seguiríamos con la Constitución actual, la que es supuestamente de Pinochet aunque ha sufrido muchas modificaciones y lleva la firma del presidente Ricardo Lagos. Felizmente gracias a una reforma visionaria de dos senadores ésta se puede modificar ahora en el Congreso con voto de cuatro séptimos.

P. ¿Cómo encuentra a los chilenos los 50 años del golpe que se cumplen en septiembre?

R. El Gobierno de Boric se propuso acumular muchos dividendos políticos con la conmemoración de los 50 años. Creo que se puede llevar sorpresas negativas. Porque somos muchos los que condenamos el golpe y a la vez creemos que el Gobierno de Salvador Allende fue no solo caótico, sino tremendamente peligroso para los que no queremos que Chile se convierta en un país como Cuba. Este año los chilenos están aprendiendo mucho de lo que fue la Unidad Popular, y hay mucho en el Frente Amplio, para qué hablar del Partido Comunista chileno que lo acompaña, que se le asemeja. Por tanto, hay muchos que temen que volvamos a eso y que se preguntan por qué Boric ama tanto a la Unidad Popular. Eso no significa justificar el golpe. Significa repudiar lo que lo antecedió.

P. El presidente Boric ha invitado a los partidos políticos chilenos a firmar una declaración que condene el golpe de Estado de 1973. ¿Lo considera viable?

R. Yo creo que era viable hasta que Boric hizo su invitación a hacerla desde un programa de radio en España, un error de forma de los muchos que él comete. Ahora, dado ese error, creo que la declaración tendría que ser acompañada por una condena también del uso de violencia futura para conseguir fines políticos como la que se dio en el estallido, y como la que se daba a diario en la Unidad Popular. Para dimensionar este período, recomiendo la lectura de La experiencia política de la Unidad Popular.

P. El libro, largamente póstumo, de Patricio Aylwin que salió este mes en Chile...

R. Es el testimonio de uno de los presidentes más sabios y queribles que hemos tenido en nuestro país y que presidió el retorno de nuestra democracia. Un testimonio que demuestra lo terrible que fue la experiencia anterior al golpe para por lo menos una mitad de los chilenos.

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Sobre la firma

Rocío Montes
Es jefa de información de EL PAÍS en Chile. Empezó a trabajar en 2011 como corresponsal en Santiago. Especializada en información política, es coautora del libro 'La historia oculta de la década socialista', sobre los gobiernos de Ricardo Lagos y Michelle Bachelet. La Academia Chilena de la Lengua la ha premiado por su buen uso del castellano.

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