Máximo Pacheco, presidente de Codelco: “Cada día hay más empresas que entienden el valor compartido de ser socio del Estado”
El líder de la mayor productora de cobre del mundo habla con EL PAÍS para abordar el protagónico rol de la empresa estatal chilena en la nueva Política Nacional del Litio y el anhelo del Gobierno de Boric por que el Estado tenga el control del mineral
Codelco, la empresa estatal chilena que se encumbra como la principal productora de cobre del mundo, irrumpió sorpresivamente en el acalorado debate que abrió el anuncio de Gabriel Boric sobre la estrategia nacional para el desarrollo de la industria del litio. El presidente de la cuprífera, Máximo Pacheco (Santiago de Chile, 70 años), se transformó de la noche a la mañana en el protagonista de la nueva política pública.
Empresario, economista y político, Pacheco ya estuvo en la primera línea: fue ministro de Energía en el segundo Gobierno de Michelle Bachelet (2014-2018), desde donde lideró la transformación de la matriz energética que permitió el auge de las energías renovables. Luego renunció anticipadamente para trabajar como generalísimo de campaña del expresidente Ricardo Lagos, en su frustrado intento por ser el candidato de la centroizquierda en la campaña presidencial de 2017. Antes, trabajó en el mundo privado: fue la cabeza de la gigante estadounidense International Paper para Europa, Oriente Medio, África y Rusia.
Es un hombre que ha estado en los dos lados de la moneda del mundo privado y del público. Y es quien ahora debe negociar, desde el directorio de Codelco, una salida que permita al Estado chileno operar en el Salar de Atacama, que concentra el 90% de las reservas de litio del país, antes del plazo en el que vencen los contratos que tiene el Estado chileno con dos empresas privadas, a través de Corfo, que son las que actualmente explotan el mineral en ese lugar. El plan es lograr un acuerdo público-privado en el cual, eso sí, el Estado siempre tenga el control.
No es un trabajo fácil. Por un lado está SQM, la empresa controlada por la china Tianqi y por el exyerno de Augusto Pinochet, Julio Ponce Lerou, que en 2015 protagonizó un escándalo por financiamiento ilegal de la política, cuyo contrato vence en 2030. Por el otro, está la estadounidense Albemarle, que puede explotar litio en el Salar de Atacama hasta 2043.
Tras aterrizar en Santiago de Chile tras un ajetreado día en Antofagasta, la ciudad que el Gobierno eligió para lanzar su nueva política, Pacheco confiesa al teléfono, de camino del aeropuerto hasta su casa, que las conversaciones para que Codelco entrara en la ecuación venían desde hace meses. “Desde el segundo semestre del año pasado, el presidente Boric se convenció de que era urgente, dado los precios que hemos visto, que había que salir rápidamente a jugar este partido y que era un problema entrar en cinco años más”. Tras varias conversaciones, el mandatario decidió que Codelco era la indicada para llevar el desafío adelante.
Pregunta. ¿Cómo van a negociar con SQM y Albemarle para no esperar al vencimiento de sus contratos?
Respuesta. El presidente Boric le solicitó a Corfo que le diera un mandato a Codelco para buscar las opciones y para sentarse en esta negociación con los actores que participan en el salar de Atacama y ver cuáles son los mejores caminos para asegurarnos que podamos aprovechar este importante momento que está viviendo el litio y todas las oportunidades asociadas a su desarrollo. Hemos tenido equipos nuestros trabajando. Legales, financieros, económicos, comerciales, gente que está en el campo del desarrollo de negocios. Y tenemos experiencia en esto, somos una empresa que tiene un tamaño y una presencia internacional.
P. ¿Qué incentivo puede tener SQM para asociarse con el Estado y quedar como minoritario?
R. Yo pienso que mucho, pero eso es lo que espero tratar con ellos en la mesa.
P. ¿Mucho, por qué?
R. Porque ellos tienen un contrato con vencimiento al 2030 y tienen un cierto límite de producción y aquí hay muchos aspectos involucrados de estrategia comercial y desarrollo de negocios y oportunidades. El litio es considerado por los Estados como un mineral crítico y creo que cada día hay más empresas que entienden el valor compartido de ser socio del Estado en estos negocios que tienen involucrados recursos naturales. Históricamente, siempre imaginamos que los negocios eran capital y trabajo, pero hoy es cada vez más claro que los negocios son capital, trabajo y tierra. Y la tierra tiene que ver con el territorio, con los recursos naturales y con un factor que es muy central para los Estados: las riquezas que se asocian a la naturaleza. Hay cada vez más empresas que se sienten muy cómodas haciendo negocios en el área de recursos naturales asociadas al Estado.
P. ¿Por qué no hacer un diseño más parecido al que tiene el cobre hoy en Chile, donde existe una empresa grande, Codelco, pero también hay espacio para privados que pueden libremente ver quién tiene el control?
R. Desde el punto de vista de la estrategia, yo no soy responsable. A mí Corfo me ha pedido que nuestro directorio considere este mandato para resolver los temas en el Salar de Atacama. En esto yo soy un actor específico, puntual y lo que estamos tratando de hacer es abrir caminos.
P. ¿Está de acuerdo en que sea el Estado siempre el controlador de estos proyectos?
R. Absolutamente. No podemos olvidar que Codelco es 100% del Estado y funciona bien. Es una empresa que en 50 años de historia le ha aportado al Estado 168.000 millones de dólares, es clave para el funcionamiento de la economía chilena, se ha definido como el sueldo de Chile, como la viga maestra. Es una empresa que tiene una tremenda potencia y reputación.
P. ¿Cómo van a entrar otras compañías internacionales al Salar de Atacama, entendiendo que las negociaciones serán principalmente con SQM y Albemarle que son las empresas que ya están ahí?
R. Vamos a hacer primero el trabajo por etapas. Estamos primero en la etapa de los actores que ya hay y después veremos cómo se abordan los otros desafíos asociados al salar.
P. Si las negociaciones prosperan con SQM podría darse un escenario al menos paradójico: que el Gobierno de Gabriel Boric termine siendo socio de Julio Ponce
R. Lo que estamos planteando acá no es una negociación con nombre y apellido, sino una negociación con actores que hoy día están en el salar y tienen contratos. Se ha dicho que esos contratos se van a respetar a cabalidad y buscaremos la forma para negociar contratos para crear valor compartido entre las partes.
P. En el sector privado no cayó bien la noticia, porque quedaron “descolocados” [desconcertados] frente a este anuncio...
R. Ya, pero digamos las cosas por su nombre. Descolocado no es una mala palabra, significa que a lo mejor no estaban esperando que el Gobierno fuera capaz de tomar una decisión o que la propuesta fuera del tono que se planteó. Pero he escuchado opiniones diversas. Creo que al principio puede haber una sobrerreacción, pero que con el transcurso de los días vamos a empezar a percibir que estamos generando con esta estrategia oportunidades que tienen enorme valor para el país, para Codelco y para las empresas privadas. Yo en esto soy cuidadoso y cauto. Sé el enorme peso de responsabilidad que tiene nuestro directorio, la empresa y yo mismo en esto, pero soy muy optimista que, pasada esta primera sobrerreacción, va a haber gente que se va a dar cuenta que esto puede ser muy interesante e importante para el país.
P. Una vez que se presente el proyecto de ley para crear la Empresa Nacional del Litio, 100% estatal, ¿cómo va a entrar Codelco?
R. Eso es una responsabilidad del Legislativo y el Ejecutivo. Pero lo que se ha planteado es que la Empresa Nacional del Litio tenga una responsabilidad muy central en lo que es el desarrollo de la matriz productiva, el desarrollo de nuevas tecnologías y los nuevos negocios relacionados al litio. Parece claro que el modelo considera que la operación y exploración sería más bien a través de esta empresa público-privada.
P. ¿Puede la industria del litio transformarse en el nuevo sueldo de Chile, el nuevo cobre?
R. No, lo que creo es que estamos en una etapa en la historia económica del mundo donde la prioridad uno es la descarbonización de la economía por el cambio climático y el calentamiento global. Y en ese proceso de transición energética requiere en primer lugar de mucho cobre –que es el conductor de la electricidad por excelencia– y requiere también de más litio, que es el almacenador de electricidad por excelencia. Como país tenemos el 25% de las reservad del cobre del mundo y el 40% de las reservas de litio del mundo. Esto es de una importancia estratégica única. Es un momento expectante para la economía chilena por el hecho de tener estos dos minerales críticos.
P. Y en términos de recursos...¿podría llegar a ser tan importante como la industria del cobre en el largo plazo?
R. No me atrevo a decirlo así, porque el cobre ha tenido décadas sin sustituto y, en el caso de las baterías, todo esto es todavía una noticia en desarrollo. Evidentemente, hay alternativas tecnológicas que se están explorando. Pero lo importante es que teníamos el litio a 5.000 dólares la tonelada y hoy en día se transa a 30.000, seis veces más. Tenemos todo lo que es la electromovilidad, todo lo que es la energía renovable que utiliza mucho cobre y también litio. Aquí hay una sinergia muy potente. Todo lo que decíamos por años es que hasta cuándo íbamos a seguir con este tema sin resolver. Y ahora ya hay un camino.
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