Historia oral del ‘stand’ de EL PAÍS en Arco

Desde 1993, el expositor del diario en la feria ha sido un reflejo de todas las tendencias del arte español. De Miquel Barceló y Alberto García-Alix a Concha Jerez y Jaume Plensa, este último escogido para el espacio del diario en esta edición, los grandes nombres recuerdan su participación en esta cita

Fotografías de Leopoldo Pomés y óleos y dibujos de Fernando Botero, expuestos en el 'stand' de Babelia y El País Semanal durante Arco en 1995.Luis Magán

La primera vez que EL PAÍS decidió participar en Arco, en 1993, la feria tenía muy poco que ver con lo que es ahora. Dirigida entonces por Rosina Gómez-Baeza, la 12ª edición se celebró en el Palacio de Cristal de la Casa de Campo y las transacciones (escasas), se hacían en pesetas. El metro cuadrado del stand se pagaba a 15.000 pesetas, pero hubo muchos galeristas que no pudieron asumir el coste porque la recesión no permitía muchas alegrías. Se reforzó, en cambio, la presencia de institucio...

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La primera vez que EL PAÍS decidió participar en Arco, en 1993, la feria tenía muy poco que ver con lo que es ahora. Dirigida entonces por Rosina Gómez-Baeza, la 12ª edición se celebró en el Palacio de Cristal de la Casa de Campo y las transacciones (escasas), se hacían en pesetas. El metro cuadrado del stand se pagaba a 15.000 pesetas, pero hubo muchos galeristas que no pudieron asumir el coste porque la recesión no permitía muchas alegrías. Se reforzó, en cambio, la presencia de instituciones, revistas especializadas y publicaciones diarias de información general. EL PAÍS se estrenó con dos de los artistas más exitosos del momento: Miquel Barceló, en representación de El País Semanal, y Alberto García Alix, por Babelia. Del mallorquín se expusieron obras originales junto a fotografías de Jean Marie del Moral publicadas meses atrás. García-Alix eligió una selección personal de sus fotografías. Ambos repetirían su presencia protagonista en varias ocasiones.

Representar a un periódico en una feria de arte contemporáneo era un territorio desconocido hasta entonces, pero los artistas invitados han asumido el riesgo desde el primer momento. Las obras exhibidas han sido realizadas expresamente para EL PAÍS salvo en la edición de 2000, cuando el pabellón del periódico se convirtió en un pequeño museo del arte del siglo XX. Se vieron obras de Pablo Palazuelo, Antoni Tàpies, Eduardo Chillida, Carmen Laffón, Luis Gordillo, Susana Solano, además de fotógrafos como Isabel Muñoz, Cristina García Rodero o Alberto Schommer.

Otra sorprendente edición fue la de 2012 con el artista callejero Neko. En la inauguración, el grafitero apareció encapuchado y, armado con un spray, pintó la palabra “crisis” sobre una pared del stand de EL PAÍS. El público que pasaba por allí se puso a aplaudir y el muro quedó embadurnado de rosa. Cuatro vigilantes rodearon al artista en cuestión de dos minutos y le exigieron que mostrase de manera inmediata su identificación, con la amenaza de llamar a la policía. El incidente finalmente quedó en nada porque se trataba de una acción artística en vivo: él era el representante escogido por el diario aquel año. Las motivaciones con las que han trabajado los artistas son muchas, como recuerdan aquí algunos de los más destacados.

EL PAÍS inició en esta edición su larga colaboración en el feria Arco. Se expusieron los originales de Miquel Barceló y las fotografías de Jean Marie del Moral aparecidos en el número 52 de 'El País Semanal' del 16 de febrero de 1992, dedicado al 'Cuaderno de Mali'.Luis Magán

Miquel Barceló

Pintor. Felanitx (Mallorca), 68 años. Participó en 1993, 2000 y 2005

“Acababa de regresar de una larga estancia en Malí. Creo que era el año del golpe de Estado. En esas fechas tenía una exposición en Moscú, lugar por aquel entonces muy excitante. El cuaderno monográfico africano de EL PAÍS, traducido al cirílico, se convirtió en el catálogo de mi exposición en Prava Galería. Conocí a muchos jóvenes artistas, a menudo interesantes. Con alguno conservo amistad y nos visitamos de tanto en tanto. No vendimos absolutamente nada. Costó Dios y ayuda recuperar mis cuadros africanos (eran cuadritos de menos de 50 centímetros, a veces de un palmo, que pinté en mi piragua en un larguísimo viaje en el Río Níger). Los cuadros los colgué reproduciendo la disposición de las primeras exposiciones suprematistas: Malevich, Rochenko… Posmodernismo puro y duro. Me acuerdo ahora más de las resacas que de las borracheras”.

Autorretrato del fotógrafo Alberto García-Alix, cuya obra inédita se mostró en el 'stand' de EL PAÍS en Arco 2010.Cristóbal Manuel

Alberto García-Alix

Fotógrafo. León, 69 años. Participó en 1993, 2000 y 2010.

“No recuerdo la primera edición compartida con Barceló, pero conservo recuerdos nítidos de mi participación en 2010, cuando expuse fotografías inéditas agrupadas bajo el título de Una perpetua fuga. Eran retratos en blanco y negro que reflejaban la faceta más cruda y realista. Se vieron esas fotos originales acompañadas de música del artista argentino Daniel Melingo. También escribí un texto sobre las fotografías expuestas que se publicó en Babelia. Como anécdota, recuerdo que vinieron los entonces príncipes, Felipe y Letizia. Nicolás Combarro, el comisario, les fue mostrándoles la exposición. Yo soy muy tímido y, en cuanto pude, me escapé”.

Montserrat Soto

Fotógrafa. Barcelona, 64 años. Participó en 2003 con Manolo Valdés.

“Por aquel entonces estaba trabajando en la serie de los invernaderos, fotografías que fueron tomadas principalmente en Almería y en Fuerteventura. El entorno de estos invernaderos refleja en las fotografías los problemas de inmigración y los cambios de nuestra estructura agrícola. Detrás de esas calles vacías, escondemos uno de los grandes problemas del siglo XXI. Son grandes metapaisajes de plástico que llegan al mar. Lugares vivos, habitados y latentes, construidos únicamente de plástico y grapas son lugares invisibles con una máxima calidad productiva y una mínima presencia”.

Unos visitantes pasan ante dos fotografías obra de Joan Fontcuberta, en el 'stand' de EL PAÍS, en la feria de arte ARCO 2007.Bernardo Pérez

Joan Fontcuberta

Fotógrafo. Barcelona, 69 años. Participó en la edición de 2007.

Ocupar el stand de EL PAÍS me permitió mostrar una panorámica de mi trabajo a un público especializado en un tiempo en que la fotografía se consolidaba como disciplina artística en el mercado del arte. De la experiencia, me quedo con una anécdota de la visita de autoridades al stand. El entonces rey Juan Carlos se plantó delante de un fotomontaje en el que yo aparecía disfrazado de monje ortodoxo haciendo surfing sobre un delfín. Con expresión intrigada, me preguntó: “Pero aquí hay truco, ¿verdad?”. “Claro”, le respondí. “El delfín estaba amaestrado.” Asintió y siguió la visita, pero se detuvo y musitó sonriendo: “¿Amaestrado?”.

El escultor Jaume Plensa en su estudio de Sant Feliu de Llobregat donde prepara la obra que presidirá el 'stand' de El País en la feria Arco en 2025. Vicens Gimenez (© Vicens Gimenez)

Jaume Plensa

Escultor. Barcelona, 69 años. Participó en 2008 y es el invitado en 2025.

“En la obra Entre sueños del año 2008, el rostro de una mujer hecho de luz con los ojos cerrados estaba rodeado de cientos de zapatos usados. Aunque parecieran abandonados, son el documento fiel que guardé para siempre en la memoria de todos los caminos que han recorrido. Migraciones, desplazamientos, destrucción, dolor, muerte… El ser humano, a pesar del sufrimiento que conlleva la pérdida y el tránsito, tiene la enorme capacidad de iluminar la oscuridad, de alumbrar a los desheredados en busca de futuro, de encender nuestras vidas llenándolas de esperanza. Uno de los problemas más traumáticos del mundo actual es la destrucción de sociedades y culturas y, como consecuencia de ello, las grandes migraciones. Si en la primera versión los zapatos eran el documento poético que certificaba el desplazamiento, en la segunda versión, que realicé en 2009, eran cantos rodados de mármol blanco que perpetuaban el tránsito de los caminos. La tercera versión que presento en Arco 2025 es un conjunto de rostros de mujeres de distintos orígenes geográficos esculpidos en alabastro, que interactúan entre bloques de piedra sin tallar, que nos hablan de búsqueda y reconstrucción, de vida y de luz. Demos una oportunidad a su futuro”.

Detalle de la obra de Liliana Porter para el 'stand' de El Pais en Arco en 2015. JULIAN ROJAS

Liliana Porter

Artista multidisciplinar. Buenos Aires, 84 años. Participó en 2015.

“El tema de aquella instalación era “el lector”, y consistía en una acumulación de libros, diarios y revistas sobre los que se encontraban algunos figurines en lugares estratégicos, sentados o parados. Estaban fuera de escala con respecto a los libros, pues eran mucho más pequeños. Algunos de ellos eran lectores. Otros eran caminantes o viajeros. Sus presencias agigantaban los libros o inversamente reducían la medida de los personajes. De un tiempo a esta parte, utilizo en mi obra una especie de elenco que consiste en objetos que descubro en mercados de pulgas o casas de antigüedades. Nunca los modifico. Con ellos puedo construir lo que yo llamo situaciones, que me permiten plantear ideas o reflexiones sobre la condición humana”.

'Pabellón suspendido III. Los sueños', obra de Cristina Iglesias expuesta en el 'stand' de Arco 2016 de EL PAÍS. SANTI BURGOS

Cristina Iglesias

Escultora. San Sebastián, 68 años. Participó en 2016.

“El Pabellón de los Sueños (Elliptical Galaxy) fue una obra que exploraba el lenguaje, la memoria y la luz. Un espacio entre lo real y lo intangible, donde signos y sombras crean una estructura envolvente y habitable. Un laberinto suspendido, compuesto por 52 pantallas de celosía de hierro, que contienen un fragmento de Solaris (1961) de Stanislaw Lem, novela de ciencia ficción que describe un océano protoplasmático capaz de leer el subconsciente y materializar los recuerdos. Aquí, las palabras se transforman en un jeroglífico visual y poético. La luz púrpura, un material esencial en la obra, proyecta sombras que la desdibujan y reconstruyen. Como en el expresionismo alemán, luz y sombra revelan emociones profundas, transformando la percepción del visitante en cada paso”.

Instalación de Daniel Canogar para el 'stand' de EL PAÍS en Arco 2017. SANTI BURGOS

Daniel Canogar

Artista visual. Madrid, 61 años. Participó en la edición de 2017.

“Cuando EL PAÍS me invitó a usar su espacio en la feria empecé a trabajar sobre dos ideas: Tenía que ser algo relacionado con el diario y las noticias y quise crear una obra algorítmica generativa en tiempo real, Ripple. Para mí, fue un hito importante porque era una de mis primeros trabajos de este tipo. Era algo alineado con los tiempos algorítmicos, donde yo tenía poco control. El resultado respondía a los vídeos que la página web del diario iba introduciendo en sus ediciones. El resultado fue un tapiz digital que descendía por la pared renovándose constantemente”.

La obra de Antoni Muntadas en el 'stand' de El País en Arco 2020. Julián Rojas

Antoni Muntadas

Artista multidisciplinar. Barcelona, 83 años. Participó en 2020.

“El proyecto se tituló Palabras y Juan Herreros se ocupó del diseño arquitectónico. Planteaba una reflexión sobre el lenguaje a través de la transformación en imágenes de algunos términos seleccionados, en referencia directa a los medios de comunicación, como opinión, objetividad, fake news, responsabilidad, política, ideología, democracia… El procedimiento remitía a decisiones ontológicas, semiológicas, tipográficas y de traducción, presentando una descomposición visual del proceso de pérdida de significado. El uso y abuso de ciertos términos conduce a una degradación de su valor social y comunicativo. La instalación para EL PAÍS se apropiaba de la tipografía característica del diario, cuyo logotipo forma parte del imaginario colectivo de los medios impresos en España desde su fundación en 1976″.

Obra de Juan Uslé para el 'stand' de EL PAÍS en Arco 2021. JUAN USLÉ.

Juan Uslé

Pintor. Santander, 70 años. Participó en 2021.

“Recuerdo que sólo pensaba en el mar. El periodo del confinamiento había sido duro y sobre todo muy machacón. Durante días y días con la misma cantinela deprimente y devastadora de las cifras. En el encierro, en Nueva York, pensaba sobre todo en la familia y en la imagen del mar, me ayudaba a respirar. Paso habitualmente mucho tiempo en el estudio, voluntariamente encerrado, pero esto era diferente, no soportaba la idea de otro estado de sitio, un confinamiento obligatorio adobado con inciertas cantinelas y el juego macabro implícito, el baile diario de las cifras al que cada día se sometía a los ciudadanos a través de la televisión. Durante el confinamiento, había salido y hecho muchas fotos de aquella ciudad fantasma cuyos comercios y escaparates habían sido cubiertos con chapas de madera. Vivíamos una pesadilla real, en un edificio vacío porque todos los vecinos habían abandonado la ciudad. Solos, Vicky [la artista Victoria Civera] y yo subíamos a la terraza a dar vueltas como hamsters y de nuevo a pintar o de vuelta al juego macabro de los números, de la televisión. Cuando por fin pudimos regresar a España, todo fue diferente. Cogí un día a mi nieta Saja y nos fuimos a hacer fotos del mar, andamos por lugares altos de la costa para contemplar y sentir la enorme masa líquida en libertad. Hice muchas fotos y en el proyecto del stand de EL PAÍS mezclé tres fotos del mar con tres cuadros grandes y otras fotos del confinamiento encerradas en vitrinas. Una por cada día de confinamiento.”

Maqueta del proyecto de Concha Jerez para el 'stand' de EL PAÍS en Arco 2022.

Concha Jerez

Artista multidisciplinar. Las Palmas de Gran Canaria, 84 años. Participó en 2022.

“Mi instalación Menú(s) del día presentaba en pantallas de plasma toda una serie de realidades que a diario ingerimos como si fuesen menús del día, sobre mesas cubiertas de espejos, con platos y vasos llenos de cristales rotos intervenidos. Procedían de las redes, de cuentas de instagrammers, tiktokers, youtubers y programas de televisión de niños que cantan, como La Voz Kids, espacios televisivos de fomento de los juegos de apuestas y de programas del corazón, incluida La isla de las tentaciones”.

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