‘La fuerza de la socialdemocracia’: la ‘libertad interior’ de José María Maravall
La biografía del exministro de Felipe González es un buen retrato del intelectual responsable del abandono del marxismo por parte del PSOE
Yo soy un ministro socialista de un gobierno socialista; el socialismo consiste en la indignación moral contra la injusticia; si no se vive como se piensa, se acaba pensando del modo en que se vive; hay que mantener un cuidado especial por mantener un comportamiento personal y un estilo de vida en conformidad con las ideas.
Esta coherencia entre la vida, la práctica política y la obra intelectual recorre de modo transversal la biografía de ...
Yo soy un ministro socialista de un gobierno socialista; el socialismo consiste en la indignación moral contra la injusticia; si no se vive como se piensa, se acaba pensando del modo en que se vive; hay que mantener un cuidado especial por mantener un comportamiento personal y un estilo de vida en conformidad con las ideas.
Esta coherencia entre la vida, la práctica política y la obra intelectual recorre de modo transversal la biografía de José María Maravall que han escrito los profesores César Luena y Juan Carlos Sánchez Illán. Con ella tratan de contribuir al conocimiento de la España contemporánea a través de una figura clave al menos en tres momentos trascendentales de la misma, el tardofranquismo, la Transición y el primer Gobierno de Felipe González: Maravall, de 80 años, profesor universitario, intelectual, político (ministro y diputado), ideólogo del PSOE (secretario de formación del partido y miembro de su comisión ejecutiva) y una de las personas de mayor influencia política, personal e intelectual sobre Felipe González, que en todo momento mantiene la dialéctica a veces contrapuesta entre la actividad científica y la política: mientras que el ámbito de las ciencias sociales en que se desenvuelve (la sociología; su alma mater es Oxford) es el del conocimiento que los hombres dan a sus acciones, la política es el escenario de la lucha por el poder.
Ya es bastante conocido el momento en que se unen González y Maravall. Es febrero del año 1978 y el último está militando en el Partido Laborista británico, en el que ha seguido sobre todo a Tony Crosland, quien defendía una vía política distinta a la basada en las nacionalizaciones que en las décadas anteriores habían sido dominantes en los programas socialdemócratas. Maravall y Javier Pradera acuden a una conferencia de Felipe González en el Club Siglo XXI: “Era la primera vez que encontraba algo que no había encontrado en el Partido Laborista ni en ninguna parte. Un tipo que hablaba como yo creía que debía hablar un socialdemócrata”. Observaron y comentaron de su discurso en particular la influencia de figuras como Galbraith, Olof Palme y Willy Brandt. “Tras finalizar el acto, Felipe viene directo hacia mí y me dice: ‘¿Tú eres José María Maravall?, ¿estás en Inglaterra?’. Y le digo que sí con muy mala conciencia. ‘Pues ya va siendo hora de que vuelvas, ¿no, chico?”.
Así comienza la relación con el nuevo líder socialista y con el PSOE, del que Maravall podría ser calificado como el teórico responsable de su correspondiente Bad Godesberg (escribió a Felipe el discurso del abandono del marxismo como única fuente ideológica del socialismo: hay que ser socialistas antes que marxistas). Desde entonces, González y los socialistas españoles, gracias a su aportación y a las de otros cuadros —la mayor parte de la misma generación—, mantienen que una democracia estable se sustenta en dos pilares: una identificación cultural con las instituciones políticas que legitima y estimula la participación política, y un nivel suficiente de bienestar material distribuido de forma equitativa.
González y Maravall, como ministro de Educación, ponen en marcha la educación universal pública obligatoria, dando lugar a una de las más importantes reformas sociales junto a la sanidad universal pública
Cuando Felipe González ganó las elecciones en 1982, se llevó a Maravall al Ministerio de Educación, en el que ponen en marcha la educación universal pública obligatoria, dando lugar a una de las más importantes reformas incrementales que pronto tendrán otro hito en la sanidad universal pública (liderada por Ernest Lluch). Es paradójico ese destino de Maravall, pues su padre, José Antonio Maravall, el gran historiador de las ideas políticas del mundo moderno —con una influencia decisiva en su hijo y que se manifiesta a través de todo el libro—, le había advertido de que ese departamento ministerial sería el que más le haría sufrir.
Son especialmente interesantes las siete largas cartas que Maravall dirigió a Felipe González mientras éste gobernó, y en las que se manifiesta obsesionado por la debilidad estructural del mensaje social de los gobiernos socialistas: el Consejo de Ministros actúa como el consejo de administración de una empresa y está lejos de expresar suficiente sensibilidad social; el control de la inflación y las mejoras de la competitividad están bien, pero no pueden ocultar el aumento del paro o del consumo de heroína. Y le recuerda que las grandes coordenadas de la socialdemocracia son los derechos sociales y la igualdad de oportunidades: la extensión de la ciudadanía social, aquello que la alternativa de la derecha, por muy civilizada y racional que pueda ser, no atenderá nunca. Ello sirve también para hoy: la gestión ordinaria no puede adormecer los proyectos ideológicos y programáticos. Maravall utiliza esa “libertad interior” que pactó con Felipe González en el año 1978 para permanecer a su lado.
Los guerristas acusaron al grupo de Maravall de no haber visto nunca a un obrero cerca y de ser renovadores de la nada
El libro de Luena y Sánchez Illán —que resulta reiterativo en algunas partes— no es una hagiografía del personaje. En él destella la arrogancia intelectual, la soberbia del rigor profesional de aquel que forma parte de una aristocracia intelectual con formación en las mejores universidades del mundo y que para pasar de la edad de los instintos a la edad de la razón se coopta con los que son iguales que él. Cuando forma parte del grupo de renovadores del PSOE, una etapa especialmente difícil, los guerristas los acusan de no haber visto nunca a un obrero cerca y de ser renovadores de la nada. Ello no menoscaba la idea fuerza del corazón de la biografía y que expresa explícitamente en la misma Joaquín Almunia, compañero de generación y de práctica política, y que resume lo que otros muchos dicen: “Junto con Felipe González, José María Maravall ha sido el mayor modernizador del socialismo y del conjunto de la izquierda contemporánea en el plano de la reflexión y de las ideas”.
La fuerza de la socialdemocracia
Tirant lo Blanch, 2023
298 páginas. 25 euros
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