El ‘caso Marielle’: la superviviente del crimen y el asesino testifican en el primer día del juicio
Un jurado compuesto por siete hombres juzga en Río a los dos autores materiales, dos policías militares que han delatado a los autores intelectuales del asesinato perpetrado en 2018
La noche del 14 de marzo de 2018 la concejala de Río de Janeiro Marielle Franco, de 38 años, volvía a su casa en el coche oficial tras un acto político con mujeres negras. Al volante, su chófer, Anderson Gomes, 39. Al lado de la edil, en el asiento de atrás, su jefa de prensa, Fernanda Chaves. Solo Chaves sobrevivió —milagrosamente, con heridas leves— a la ráfaga de tiros que les disparó desde otro coche Ronnie Lessa, un antiguo policía militar famoso en el cuerpo y los bajos fondos cariocas por su puntería. El juicio contra los autores materiales del crimen político más relevante de los últimos años en Brasil, Lessa y Élcio Queiroz, otro ex policía que conducía el automóvil, ha empezado este miércoles en Río con el testimonio de la superviviente. Ambos acusados colaboran con los investigadores para rebajar sus penas.
El tirador confeso, que perdió una pierna en un ajuste de cuentas y al que la policía acusa de ser un asesino a sueldo, ha declarado al final de la jornada desde la cárcel. Con enorme frialdad ha diseccionado la operación, ha explicado cómo se concentró “en el objetivo”, cómo la munición que llevaba no era “la más adecuada” y que, por eso, hubo un segundo muerto que no estaba en el plan. Detenido por un chivatazo con su cómplice, lleva cinco años preso. El jurado popular ha quedado compuesto por siete hombres. Las dos mujeres elegidas en el sorteo inicial han sido rechazadas por las defensas de los acusados.
Primer testigo, la superviviente del crimen. La jefa de prensa de Marielle ha contado, con enorme entereza y por videoconferencia, que ambas iban charlando, cada una mirando a su móvil, cuando oyó la ráfaga. Fue tan súbito que “no pudimos reaccionar”, ha explicado. Allí mismo murieron la concejala y el chófer. Franco recibió cuatro tiros en la cara, el conductor, tres en la espalda. Chaves se salvó porque estaba con la cabeza baja atenta al teléfono y el cuerpo de su jefa la protegió.
Según el testimonio de la periodista, la edil estaba preocupada por su seguridad, pero, a diferencia de otros colegas del Partido Socialismo y Libertad (PSOL), Franco no había recibido amenazas ni era víctima de persecuciones.
La relación entre ambas iba más allá de lo laboral, era personal y estrecha. La concejala era la madrina de bodas y de la hija de Chaves, de seis años. Tras el crimen, huyó inmediatamente con su familia al extranjero sin poder siquiera enterrar a su amiga: “Nada más despegar el avión, la niña me preguntó: “Mamá, ¿qué es un asesinato?”. La cría había oído susurros de los mayores, creía que su madrina había tenido un accidente de tráfico. En otro momento, la periodista ha recalcado que desde el principio supo que “era un crimen político”.
La viuda de la edil, la arquitecta Mónica Benicio, no ha podido contener las lágrimas en varias ocasiones. Tras recordar que su esposa “estaba en el momento más feliz de su vida”, ha puesto en perspectiva el caso y enfatizado los motivos por los que es crucial que Brasil haga justicia. “Es importante para la democracia y para que las marielles puedan existir en todo su potencial con seguridad y los anderson puedan volver a casa tras un día de trabajo digno”.
Dos hermanos, el diputado federal Chiquinho Brazão y Domingos, consejero del Tribunal de Cuentas de Río, llevan meses encarcelados después de que Lessa, el tirador, los delatara y señalara como los autores intelectuales. También está en prisión, acusado de ser cómplice, el comisario que dirigía la sección de homicidios cuando ocurrió el crimen.
“¿Quién mató a Marielle y por qué?”, clamó la izquierda brasileña durante los últimos casi siete años. El asesinato de la edil y la lucha por la justicia fue la bandera que la mantuvo unida frente a los embates del bolsonarismo, en el poder de 2019 a 2022. Los dos acusados a los que se juzga confesaron haber perpetrado el crimen, así que ahí estaría la primera respuesta. En su delación, el tirador Lessa apuntó como motivo del asesinato que la concejala negocios sucios inmobiliarios de los caciques Brazão.
“Estoy aquí para reclamar justicia para Marielle y Anderson. Pero esto no se acaba aquí, todavía tenemos mucho por hacer”, ha avisado la madre de la edil, Marinete Silva. Entre el público, su otra hija, Anielle Franco, ahora ministra de Igualdad Racial del Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva. La familia está convencida de que el impulso político del presidente y los medios que añadidos a la investigación es lo que propició el vuelco en la investigación que permite vislumbrar la trama.
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