Nace el Movimiento al Socialismo de Luis Arce en Bolivia
El sector fiel al presidente se queda, gracias a la ayuda de la justicia, con la codiciada sigla del partido impulsado por Evo Morales
Mediante un “congreso refundacional” que oficializó el Tribunal Supremo Electoral (TSE) de Bolivia por orden de un juzgado, el ala del Movimiento al Socialismo (MAS) que responde al presidente de Bolivia, Luis Arce, se ha institucionalizado y se proyecta como la facción que se quedará con la codiciada sigla. Al mismo tiempo, la directiva tradicional del partido, dirigida por el expresidente Evo Morales, no ha recibido autorización del TSE para convocar a su propio cónclave. Arce ha presentado la oficialización de su grupo político como una recuperación de la idea original que impulsó la fundación del MAS en 1997, es decir, la representación electoral de los sindicatos y otras organizaciones sociales, cuyos principales dirigentes se alinean con él. Por su parte, desde su bastión en la zona de cocales del Chapare, Morales afirmó que los arcistas “aprovechándose de la confianza que les diera el pueblo, pretenden convertir a nuestra democracia en un régimen autoritario” y ha advertido que habrá “convulsión social” si le quitan el MAS y le impiden postular en las elecciones del próximo año.
Las dos facciones en que se ha dividido el MAS se disputan el capital político que simbolizan el nombre y la personalidad jurídica de un partido que ha ganado todas las elecciones presidenciales bolivianas desde 2005. Para librar esta batalla, el arcismo ha contado con el Gobierno y, a través de este, con la dirigencia de la mayoría de las organizaciones sociales, mientras que Morales se ha aferrado a su ascendiente sobre la directiva y el aparato partidistas, así como de su fuerza en el Chapare, una región emblemática en la historia de las movilizaciones sociales bolivianas.
Pese a que la ley electoral boliviana favorece a los dirigentes tradicionales de los partidos y no admite motines, el TSE no se la ha hecho fácil al expresidente y líder histórico del MAS. No convalidó el congreso que organizó en Lauca Ñ, en octubre de 2023, y que lo proclamó candidato presidencial. Esgrimió tecnicismos para desconocerlo, mientras Morales denunciaba que los vocales electorales habían sido presionados por el oficialismo.
El TSE pidió que la directiva evista organizara otro congreso, que fue programado para junio; simultáneamente, los seguidores de Arce, que habían desconocido la reunión de Lauca Ñ, convocaron a la suya propia en El Alto para este 3 de mayo. Inicialmente, los vocales electorales se negaron a supervisar estos congresos, porque no cumplían las condiciones establecidas por el estatuto del MAS y la ley electoral. Según estas normas, debían ser convocados por la directiva de Morales, pero en coordinación con las organizaciones sociales alineadas con Arce, es decir, una imposibilidad. El impasse fue roto por un fallo de un juzgado de La Paz que, en nombre de principios constitucionales, ordenó al TSE supervisar el congreso oficialista. Este juzgado es dirigido por Israel Campero, un juez cuestionado por haber fallado en el pasado de forma política y corrupta.
Los vocales electorales tuvieron que aceptar la oficialización del congreso de refundación del MAS, aunque de forma “condicional”, y exigieron que se respetara la independencia de poderes. Para Morales, “usurpan las funciones del Tribunal Supremo Electoral” en otro “golpe contra la democracia” del Gobierno dirigido por su exministro Luis Arce. “Me equivoqué al nombrar a Lucho presidente”, ha señalado Morales en estos días en la prensa.
En la enorme concentración que sirvió para inaugurar el congreso de refundación “arcista” del MAS, el vicepresidente David Choquehuanca anunció el fin del “culto a la personalidad, que es una práctica colonial”, en alusión a Evo Morales, que ha sido su adversario desde que rompieron su vieja amistad en 2017. Señaló que el culto a la personalidad “no deja pensar al pueblo por su cuenta”.
Arce, aclamado por una multitud que coreaba “Lucho no estás solo”, discursó que “el MAS es el hijo, y sus papás y sus mamás son las organizaciones sociales, que hoy tienen que cuidar a su hijo” evitando que la sigla sea apropiada por “un grupo con intereses particulares”. Exclamó que “el MAS no es de una sola persona”. Prometió que tampoco sería de “Lucho”, porque “la historia no gira alrededor de los líderes, sino del pueblo” y “el MAS no es una organización política tradicional, sino el pueblo organizado”. Tuvo también unas palabras para sus tradicionales rivales, que en estos días lo atacan por el deterioro de la economía nacional. Gritó que “la derecha se regocija y se refriega las manos [por la división de la izquierda], pero le decimos: ¡no van a pasar!”. Por su parte, Morales escribió en X: “De no ser escuchados, nuestras organizaciones tomarán las medidas que la situación aconseje para salvar a Bolivia y para recuperar la democracia”.
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