Los monos aulladores están entre los mamíferos más amenazados por el cambio climático en México
Investigadores latinoamericanos crearon un índice con las 463 especies de mamíferos terrestres que habitan en este país para conocer su futuro frente al calentamiento global y otras amenazas
EL PAÍS ofrece en abierto la sección América Futura por su aporte informativo diario y global sobre desarrollo sostenible. Si quieres apoyar nuestro periodismo, suscríbete aquí.
¿Qué pasará con los mamíferos terrestres de México si aumenta la temperatura global? ¿Deberán migrar, teniendo en cuenta que las ciudades y la agricultura se están comiendo los suelos en donde habitan? ¿Tendrán más posibilidades de sobrevivir los animales grandes o los de menor tamaño? ¿Y qué sucederá si ciertas especies dejan de existir? Estas son solo algunas de las preguntas que se hizo un equipo de investigadores latinoamericanos sobre las 463 especies de mamíferos terrestres que viven en México y que llevó a que crearan, por primera vez, un índice de riesgo para entender lo que puede suceder frente al cambio climático.
Liderados por la doctora Carolina Ureta, bióloga del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el grupo construyó una fórmula para poder dimensionar y relacionar las distintas amenazas que sufren estos mamíferos. “Una parte del trabajo consistió en tomar el concepto de riesgo que está utilizando el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) – un grupo de científicos internacionales que reúne y analiza los conocimientos más actualizados sobre el calentamiento global – y aplicarlos en biología”, comenta.
Las palabras que usan los científicos climáticos nunca son arbitrarias. El riesgo, en este caso, se entiende como la suma de la vulnerabilidad, la exposición y el peligro que existe frente al cambio climático. Y dentro de estos tres conceptos, además, vienen también incluidos cálculos como qué tanta capacidad de adaptarse tiene cada especie, si son muy sensibles a los cambios y si los bosques en los que habitan están siendo transformados. Se trata de una receta que les permite modelar los posibles futuros de cada mamífero terrestre y comparar qué animal podría verse más afectado.
Entre las especies con un índice de riesgo más alto, por ejemplo, clasificaron el mono aullador de Yucatán (Alouatta pigra) y el mono aullador de manto (Alouatta palliata). “En México solo se distribuyen tres monos y dos salieron con un alto valor de riesgo”, afirma Ángela Cuervo, bióloga de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio) y coautora de la investigación que fue publicada en la revista Global Change Biology. “Es preocupante porque son animales que están principalmente en lo alto del bosque y juegan un rol fundamental en la dispersión de semillas”.
De hecho, estos monos están catalogados como especie “en peligro” y “vulnerable”, respectivamente, en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN por sus siglas en inglés).
Además de los dos primates, el índice ubicó a otras tres especies de mamíferos terrestres entre los que tienen un riesgo más alto: el murciélago de saco del sureste (Balantiopteryx io), el zorro de agua (Chironectes minimus) y la zarigüeya lanuda centroamericana (Caluromys derbianus).
A mayor tamaño, mayor riesgo
Usualmente, explica Ureta, la diversidad de animales se evalúa en especies. Pero limitarse a esto puede dejar puntos ciegos. Conocer el impacto del cambio climático en grupos funcionales de especies – es decir, en mamíferos que cumplan un rol similar en el ecosistema – también da luces de cómo se puede generar un efecto dominó si alguno falta. Si dejan de existir los polinizadores, como los murciélagos, también desaparecen las plantas. Y sin plantas, los herbívoros como los venados la tendrán complicada para encontrar qué comer. Además de que se perderían muchos de los cultivos para alimentarnos.
Por esto, los científicos también construyeron índices de riesgo a partir de los grupos funcionales y los tamaños de los mamíferos, entre otros factores. “Fue clave el trabajo del experto en mamíferos Víctor Sánchez Cordero, investigador del Instituto de Biología de la UNAM, quien ya tenía claras estas clasificaciones”, agrega la mexicana.
El índice permitió conocer que los mamíferos terrestres con un peso mayor a 15 kilogramos tienen más riesgo ante el cambio climático que los más pequeños. “Las especies pertenecientes a esta categoría de tamaño corporal suelen requerir grandes áreas de hábitat adecuadas para su comportamiento territorial y sus necesidades de caza, lo que plantea grandes retos de conservación actual y futura en México”, concluye la investigación.
En cuanto a los animales con roles que podrían verse más afectados por el calentamiento global, el índice da varias alertas. Tanto los mamíferos que comen hormigas y termitas, como los que se alimentan de peces, están poco representados. Si dejan de existir, es más difícil que otra especie reemplace su rol. Además, las especies de animales que comen insectos bajo los árboles, se alimentan de arbustos altos, y de semillas y frutas tuvieron un índice de riesgo más alto.
Como señala Cuervo, “pensar en el papel ecológico de cada especie es muy importante, porque cada cambio es un desequilibrio en el ecosistema”. La idea de los investigadores es que este índice, “made in Mexico”, sirva para que el país tome mejores decisiones de conservación.