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El relato de Rodolfo Hernández sobre la desaparición de su hija

El candidato de las presidenciales colombianas pide respeto por la memoria de su hija, víctima de un secuestro rodeado de incógnitas

Juliana, hija de Rodolfo Hernández. A la izquierda, el candidato a la presidencia de Colombia.
Juliana, hija de Rodolfo Hernández. A la izquierda, el candidato a la presidencia de Colombia.RR SS / REUTERS
Catalina Oquendo

Para Rodolfo Hernández, la última semana de la campaña presidencial ha estado marcada por la desaparición de su hija Juliana Hernández, a la que él considera muerta después de años de estar secuestrada. En medio del revuelo mediático por el caso, sobre el que no se sabe demasiado, Hernández ha difundido un comunicado este miércoles diciendo que ha habido “manipulación basada en chismes y rumores” y que su familia ha sido revictimizada. “Les pido que respeten mi dolor, les pido que respeten la memoria de mi hija. Espero esta sea la última vez que deba pronunciarme frente a este tema”, afirmó el candidato. Socorro Oliveros, esposa de Rodolfo Hernández, difundió un escrito en el que afirma que este miércoles el abogado de la familia “hará público el inicio del proceso para que un juez declare la muerte oficial de Juliana Hernández por haber desaparecido sin que pueda establecerse su paradero, estableciendo (sic) presuntamente la fecha de su fallecimiento y ordenando la expedición de su registro de defunción”.

Colombia conoció el caso en 2016, cuando el entonces alcalde de Bucaramanga le dijo a la periodista Diana Calderón que su hija había sido secuestrada por las FARC. Esa guerrilla había capturado antes al padre de Rodolfo Hernández. Lo mantuvo en cautiverio durante 135 días y lo liberó después de que el constructor pagase un rescate. Con Juliana fue distinto, según él mismo explicó en esa misma entrevista . “Mi hija está secuestrada hace 7 años, me pidieron dos millones de dólares y no los he entregado teniéndolos”, dijo. Calderón le pidió precisión sobre el lugar donde había sido secuestrada y le preguntó cuándo había sido el último contacto. “No sé de ella hace como tres años. Llegaron a chantajearme los de las FARC. Yo creo que eso ya no existe”, le respondió para explicar que creía que su hija ya estaba muerta.

A través del mismo medio, Mauricio Hernández, hijo mayor de Rodolfo, precisó días después que el secuestro no había sido en 2009, como había dicho su padre, sino el 4 de junio de 2004. El hijo explicó que el hecho ocurrió cuando una amiga de la universidad invitó a Juliana a una finca cercana a Bucaramanga. “Los secuestradores aprovecharon que Juliana había consumido licor para someterla y no se descarta que su compañera de universidad haya servido de cómplice para facilitar la retención”, informó a Caracol Radio. En esa comunicación, Mauricio también dijo que durante los primeros meses del secuestro recibieron pruebas de supervivencia de su hermana en las que se observaba a “Juliana vistiendo uniformes de la guerrilla”. Mauricio dijo entonces que en esas imágenes se veía identificación de la guerrilla del ELN y no de las FARC, que estaba en proceso de desarme en 2016, contradiciendo la versión dada por su padre apenas unos días antes.

La guerrilla del ELN apareció en escena en esta campaña presidencial, en la que Hernández está en segunda vuelta, y a través de un comunicado aseguró que la hija del candidato nunca había estado entre sus secuestrados. En la época de la desaparición, bandas de delincuentes comunes también solían secuestrar a ciudadanos para ‘venderlos’ a los distintos grupos armados de la zona.

El candidato a la presidencia de Colombia, Rodolfo Hernández rompe a llorar durante una entrevista en el canal de televisión CNN.Foto: Charlie Cordero | Vídeo: CNN

La historia del secuestro ha vuelto a los medios de forma intermitente en la campaña. El mismo Hernández lo ha contado en diversas entrevistas para insistir en que, a pesar de lo vivido, apoya la implementación del acuerdo de paz que avanza con las FARC y que negociaría con el ELN.

En una entrevista con la CNN, el candidato no pudo contener las lágrimas y en otra, en RCN Televisión, se quebró al ver una imagen gigante de su hija en la pantalla. Hernández le dijo a la revista Semana que no creía que su hija estuviera viva. “Si lo estuviera ya me hubiera mandado una razón. A ella la ajusticiaron, seguramente, ante mi negativa de no sacar plata para pagar al grupo armado”, dijo.

La familia también confirmó que, a pesar de todo, ella seguía jurídicamente activa, que conservaba un asiento con su nombre en la junta directiva de HG, la constructora del candidato, y que le continuaban pagando sus impuestos. Así lo corroboró Caracol Radio, que mostró no solo que Juliana tiene sus impuestos activos, sino también una propiedad a su nombre.

En una entrevista a Univisión, hace pocos días, Hernández entró en detalles hasta ahora desconocidos. “Después de 17 años de estarla buscando, nosotros dimos ya con unas informaciones que nos dieron de que la habían matado con un tiro en la frente, dolorosísimo”. A la vez, explicó que la Fiscalía no hizo ninguna investigación. Según el candidato, solo hasta el año pasado comenzaron a hacer el duelo. “Ahora nos tocó empezar a hacer una cosa que no sabía que existía y que debí haber sabido y es hacer la desaparición jurídica, que es cancelar la cédula, el NIT (Número de Identificación Tributario) y cancelar sus activos a la mamá, a mi esposa”. Este es el proceso al que se refería Oliveros, la madre de la desaparecida, y que comenzará este miércoles.

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Sobre la firma

Catalina Oquendo
Corresponsal de EL PAÍS en Colombia. Periodista y librohólica hasta los tuétanos. Comunicadora de la Universidad Pontificia Bolivariana y Magister en Relaciones Internacionales de Flacso. Ha recibido el Premio Gabo 2018, con el trabajo colectivo Venezuela a la fuga, y otros reconocimientos. Coautora del Periodismo para cambiar el Chip de la guerra.

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