Druo, la empresa que rompió las reglas de los pagos con tarjetas en el mundo
Alejandro Pinzón y Simón Pinilla desarrollaron una solución tecnológica que redujera las comisiones de uso de una tarjeta, con altísimos niveles de seguridad y confianza. Druo ya hace presencia en Colombia, México, Perú y Estados Unidos y se prepara para llegar a otros 26 países

Cuando alguien paga con una tarjeta de crédito o débito, tiende a creer que el dinero pasa directamente de su bolsillo al comercio en el que hizo la compra, pero la realidad es otra. El dinero atraviesa una carretera de peajes invisibles: bancos emisores y adquirentes, marcas de tarjetas, procesadores; entre seis y doce intermediarios se quedan con una tajada. Así, si el usuario paga 100 pesos, el comercio o plataforma de venta puede recibir entre 95 y 93 pesos. El resto se queda en esos retenes, un porcentaje que podría parecer insignificante, pero que se traduce en una cifra multimillonaria.
Esta regla, que ha imperado desde hace más de 50 años, ha sido tan sólida que, aunque muchas empresas consideraban alto ese descuento –o comisión–, se resignaban porque creían o aún creen que es la única forma de gestionar los pagos. De este problema se percataron Alejandro Pinzón, administrador de empresas, y Simón Pinilla, ingeniero químico, a quienes el mundo de la banca y de los pagos con tarjeta y en línea terminó juntándolos.
Pinzón tenía una importante experiencia en el desarrollo de productos tecnológicos: había creado productos digitales para grandes empresas como Casa Editorial El Tiempo, el Aeropuerto El Dorado o el Aeropuerto de Denver, y había desarrollado proyectos para Coca-Cola y los Juegos Olímpicos. Pinilla, por su parte, después de graduarse decidió que los laboratorios ni las farmacéuticas eran lo suyo, y probó suerte en la banca de inversión. Luego se dedicó a consolidar empresas de tecnología como Uber Eats y Tembici, de la que fue gerente general en Colombia. Así mismo, participó en la llegada al país de SumUp, una empresa europea que abrió operaciones en Bogotá para ofrecer datáfonos a pequeños comercios y facilitar sus pagos.
Allí, Pinilla le hizo una entrevista de trabajo a Pinzón, para una posición de la naciente empresa. Desde ese momento forjaron una amistad que, con el tiempo, se selló en una sociedad. En los viajes que hacían por trabajo y en su experiencia laboral, se dieron cuenta de la dificultad que representaban para el comercio esos “peajes”. Lo que más les sorprendía era que casi nadie estuviera buscando una solución. “Creo que mucha gente vio el problema, pero pocos se atrevieron a hacer algo, más si se sabe que detrás de este negocio hay empresas y bancos multinacionales”, afirma Pinzón.
Pinilla explica: “Hay dos tipos de problemas. Los que se identifican relativamente fácil, y hay mil personas buscando cómo solucionarlos, y los que se ven tan difícil de resolver que nadie se les mide. Creo que nosotros entramos a jugar en este segundo grupo. Es un problema tan grande y retador que muy pocas empresas o personas se le miden a resolverlo”.
Hacia finales de 2021 dijeron “oiga, asociémonos, resolvamos problemas grandes”. Así nació Druo, una plataforma tecnológica que elimina intermediarios y permite el pago directo entre las empresas y las cuentas bancarias internacionales. Reduce el costo de la transacción a una comisión del 0,5% de la operación, el porcentaje que cobra Druo, con una ventaja adicional: su desarrollo aumenta hasta 25 veces la protección contra el fraude y además amplía la cobertura de usuarios, de quienes cuentan con tarjeta de crédito, a los que tienen cuentas bancarias o billeteras digitales. Pinzón, de 35 años, se encargó de desarrollar el producto y Pinilla, de 32, de liderar las finanzas y expandir el negocio.
El producto ofrecido es de doble vía: tienen grandes clientes comerciales, pero cualquier persona que quiera pagar sus compras a través de Druo solo tiene que entrar a la página y registrar su cuenta bancaria. La ventaja del servicio, según sus creadores, es que su desarrollo ofrece mecanismos de seguridad basada en encriptación y monitoreos en tiempo real, además de no revelar información del usuario al comerciante.
Los dos empresarios también tuvieron en cuenta que las soluciones a los grandes problemas no pueden ser locales, sino globales. Cuando crearon Druo, no lo hicieron únicamente para solucionar los problemas de pago en el sistema comercial y financiero de Colombia. “Nuestras experiencias construyendo sistemas de pagos alrededor del mundo nos mostraron que este problema era global”, explica Pinzón. “Entonces la solución también debía serlo. Nunca pensamos ‘primero probemos suerte en Colombia a ver cómo nos va’, sino que creamos una solución que podía venderse en todo el mundo”. Gracias a esta filosofía, entre diciembre de 2021 y finales de 2025 la empresa se asentó, además de Colombia, en México, Perú y Estados Unidos.
De acuerdo con el servicio de la Agencia EFE especializado en servicios de comunicación para empresas e instituciones (EFE Comunica), “Druo ya es el método de pago preferido por casi un millón de usuarios finales (…) Su red permite cargos directos a más de mil millones de cuentas bancarias en aproximadamente 10.000 instituciones financieras. En septiembre, Druo alcanzó aproximadamente 294 millones de dólares en volumen total de transacciones procesadas desde su lanzamiento en 2022, incluidos 57,8 millones de dólares solo en el tercer trimestre de 2025, lo que representa un crecimiento interanual del 188%”.
Estas cifras le permitieron a Druo anunciar el cierre de una ronda de inversión semilla liderada por Global PayTech Ventures (GPT), fondo de capital de riesgo enfocado en soluciones de pago innovadoras dirigido por Javier Pérez, expresidente de Mastercard en Europa y América Latina. Con estos recursos, la compañía se prepara para expandirse a más de 30 países en 2026. “Nuestro objetivo es llegar a la mayoría de los países del G20, las grandes economías del mundo, y vemos que no tenemos realmente ningún impedimento para cumplir esa misión”, señala Pinilla, orgulloso.
Con Druo, estos empresarios demostraron que los colombianos también están para solucionar problemas globales, y que no es necesario probar suerte en el país para luego en salir al exterior, sino que desde el inicio se puede soñar en grande. “Nuestra visión es 100% global y a eso le apuntamos: a demostrar que los colombianos pueden construir una empresa global y cambiar un sistema que lleva muchos años sin un cambio real o estructural”, concluye Pinzón.
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