Pablo Cala: 30 años de lucha incansable para encontrar a los desaparecidos por el conflicto
Ha dedicado su vida a acompañar a familiares de víctimas de desaparición forzada en Colombia y desde 2017 lidera la Fundación Hasta Encontrarlos, que creó una metodología que será implementada en Siria e Irak
Cuando las familias encuentran a un ser querido desaparecido que llevan buscando por años, llega la alegría. Una emoción tiznada de nostalgia al vivir el regocijo de saldar la deuda que se adquiere con esa persona a la que se llevaron y que jamás regresó. Una bienvenida a sus restos y una despedida a los años de incertidumbre y dolor, que abren una nueva puerta: saber qué pasó y quién lo hizo.
Pablo Cala (Cartagena, 50 años) trabaja todos los días para que lleguen más momentos agridulces como ese. En su juventud optó por la vida religiosa y llegó a Cali en el ejercicio de su vocación para trabajar con una congregación en temas de derechos humanos. Tras su breve paso por el seminario, en 1996 comenzó a acompañar a las familias de personas desaparecidas durante la toma del Palacio de Justicia. Ese fue el inicio de un camino que en 2017 se consolidó con la creación de la Fundación Hasta Encontrarlos, una organización que se dedica a apoyar a 105 familias en el proceso de búsqueda de sus seres queridos. Cala lidera la fundación, que hasta el momento ha encontrado a 28 de esos 105 desaparecidos.
En 2023, Hasta Encontrarlos contribuyó a un logro que promete impactar a las familias de desaparecidos en Colombia y que podría ayudar a pagar la deuda del país con quienes han sufrido este aterrador delito: la creación del Sistema Nacional de Búsqueda de Personas Desaparecidas (SNB), que empezó su implementación en abril de 2024. Este sistema busca articular a las fuerzas gubernamentales para que avancen en el Plan Nacional de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas y entreguen respuestas oportunas e integrales a los familiares que peregrinan entre una instancia y otra.
Gracias a su trabajo riguroso e incansable, la organización que dirige Cala ha consolidado una metodología para desarrollar los procesos de búsqueda que está a punto de convertirse en guía para países con tragedias similares. “Vamos a trabajar con Siria, donde por mandato de la ONU se iniciará la búsqueda de más de 100.000 desaparecidos”, explica. “También nos reuniremos con personas en Irak, donde van a traducir nuestra metodología al inglés y al árabe”.
Antes de que termine 2024, esa metodología también va a ser compartida con la Comisión Intersectorial del SBN. El propósito es que el sistema reciba un compendio de los principales obstáculos a los que se ven expuestos los familiares y cómo se han podido superar esos cuellos de botella. “Normalmente se logra la identificación de un cuerpo en un proceso de 2, 4 o 6 años, ¿por qué no se podría hacer en dos semanas?”, se pregunta Cala.
Para ejemplificar este punto, el líder de derechos humanos se refiere al caso de Martín Carvajal Villa, un pescador desaparecido hace 35 años en Puerto Wilches y cuyos restos se identificaron en junio pasado. Inicialmente, el laboratorio de Medicina Legal al que llegó el cuerpo hizo una proyección de dos años para su identificación, aduciendo falta de recursos. Hasta Encontrarlos hizo un requerimiento para que los restos fueran trasladados a Bogotá, donde el proceso de identificación se realizó en solo dos semanas. “Sí se puede, pero si no se resuelven los temas de equipo humano y técnico necesarios para avanzar, nos va a tomar 300 años encontrar a las personas que siguen desaparecidas”, enfatiza.
Un tema álgido en el que Cala ha enfocado sus esfuerzos es la solicitud de apertura de archivos militares de los años 80, que permita desclasificar información que ayudaría a dar con el paradero de 38 personas. Estos documentos, que incluyen órdenes de operaciones e informes de resultados de las mismas, podrían dar indicios claves para resolver casos en los que trabaja la fundación. Hasta ahora, la respuesta oficial es que se trata de archivos secretos, reservados y clasificados.
Para Cala, sin embargo, estos archivos podrían ser públicos, ya que están vinculados a graves violaciones de derechos humanos. Por eso, viajó recientemente a Washington y Nueva York para pedirles al Departamento de Estado de EE. UU. y al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que promuevan su desclasificación como una forma de fortalecer la implementación del Acuerdo de Paz. También solicitó formalmente a la CIA que proporcione información que pueda ayudar a esclarecer lo que ocurrió con estas personas.
Las tres décadas de experiencia de Cala y su entrega a la causa para encontrar a las víctimas de desaparición forzada –tocando puertas, abriendo tumbas y lidiando con la burocracia– le hicieron merecedor el pasado septiembre del reconocimiento como Defensor de Derechos Humanos del año, que se otorga en el marco del Premio Nacional de Derechos Humanos, creado por la organización sueca Diakonia y la misión internacional de la Iglesia sueca.
En este momento, la preocupación principal del director de Hasta Encontrarlos es que los procesos de búsqueda se aceleren, pues muchos de los integrantes de las familias de desaparecidos de la fundación ya superan los 80 años de edad, por lo que el tiempo apremia. “La desaparición forzosa es un delito que sangra más profusamente con el transcurrir de los años –explica–. El hallazgo de los restos contribuye a que la herida empiece a cerrarse, mientras que la verdad ayuda a detener la comisión de un delito inhumano y atroz, en un país que ya no merece más dolor”.
*Apoyan Ecopetrol, Movistar, Fundación Corona, Indra, Bavaria y Colsubsidio.
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