El ELN le pide a Petro la entrega del cadáver del cura guerrillero Camilo Torres Restrepo

El ELN persigue la memoria de un mito. La guerrilla le ha pedido este miércoles al presidente Gustavo Petro, en medio de las negociaciones de paz que se adelantan en la Ciudad de México, que localice y entregue el cadáver de Camilo Torres Restrepo (1929-1966), una de las figuras históricas del Ejército de Liberación Nacional. El cura guerrillero, uno de los pioneros de la Teoría de la Liberación, murió hoy hace 57 años en un combate con el Ejército colombiano. Los militares ocultaron el cuerpo y desde entonces no se ha vuelto a saber nada de él.

“Su cadáver sigue desaparecido por el Estado colombiano, que se ha negado a entregarlo a la clase popular. El gobierno del presidente Petro también tiene esta responsabilidad, por lo que emplazamos con respeto para que devuelva a Camilo al pueblo y podamos con sus restos mortales seguir honrando su memoria”, explica la guerrilla en un comunicado.

Camilo Torres ha sido comparado a menudo con Ernesto Che Guevara y, al igual que el guerrillero argentino ultimado en un pueblo de Bolivia, sus restos no han sido localizados. Los militares lo han mantenido oculto para que se no se formara un culto en torno a su sepultura. Antes de dejar los hábitos para ingresar a la guerrilla, había coincidido con Gabriel García Márquez en la Universidad Nacional, viajado a Bélgica para doctorarse en sociología por la Universidad de Lovaina y fundado -junto a Orlando Fals Borda- justamente la primera facultad de sociología de América Latina.

El sacerdote murió en su primer combate, cuando intentaba cumplir el rito iniciático de conseguir su propio fusil, en San Vicente de Chucurí, en una zona montañosa del departamento de Santander, en 1966. Allí mismo el presidente Juan Manuel Santos, en 2016, dijo que el Estado buscaría el cadáver como gesto de buena voluntad con el ELN, con quien entonces negociaba un proceso de paz que ahora pretende finalizar Petro, después del paréntesis que supuso el periodo de Iván Duque.

De raíces católicas, admiradora del Che y con una estructura federada que según diversos analistas dificulta un proceso de diálogo, el ELN es considerada la última guerrilla activa en América Latina. Casi tan antigua como las extintas FARC, el grupo nació en 1964 bajo el influjo de la revolución cubana y se ha visto marcado por una profunda influencia religiosa. Varios de sus fundadores, que incluyen sindicalistas, estudiantes y campesinos, fueron entrenados en la isla caribeña y muy pronto se les sumó Torres.

El mitificado cura, junto a otros tres sacerdotes españoles exponentes de la Teología de la Liberación que le siguieron más adelante los pasos, sellaron la confluencia entre catolicismo y marxismo que ha caracterizado al ELN. Entre ellos destacó Manuel Pérez, quien comandó la guerrilla hasta su muerte por causas naturales en 1998, tras haberla recibido prácticamente liquidada a inicios de la década de los ochenta.

Cuando Santos trató de localizar el cadáver se encontró con la resistencia del ejército, según cuentan fuentes del ELN. El coronel Álvaro Valencia Tovar, al mando de la quinta brigada de Bucaramanga, la unidad que acabó con Camilo Torres, dejó dicho que informaría de la localización de los huesos del cura a sus sucesores, uno a otro se irían pasando el secreto. Ante la demanda del presidente, los militares entregaron unos restos. Los expertos cruzaron la información genética con los de la madre de Torres, enterrada en Cuba, y dieron negativo: ese no era el cadáver. Desde entonces continúa un misterio que el ELN pretende resolver de una vez por todas.

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