Liberados 30 soldados retenidos por campesinos en el Meta
Los uniformados han sido puestos en libertad sanos y salvos después de tres días de tensión en los que han tenido que mediar las autoridades civiles
Los 30 soldados que habían sido retenidos hace tres días por la guardia campesina de un pueblo del Meta, una región petrolera, minera y agrícola de Colombia, han sido liberados este miércoles. El presidente Gustavo Petro hizo este anuncio en Davos, donde participa en el Foro Económico Mundial, y contó además que existe un compromiso para liberar a tres militares secuestrados por las disidencias de las FARC en el departamento del Cauca.
El ministerio de Defensa del país lo celebró en Twitter con entusiasmo: “Bienvenidos a la libertad”. Los uniformados, continuaba el mensaje, seguirán con sus acciones para mantener la seguridad en el municipio. El defensor del pueblo de Colombia es quien ha mediado con los campesinos para que dejaran ir a los soldados. “Están sanos y salvos”, dijo el gobernador de esa región, Juan Guillermo Zuluaga.
Ya fueron liberados los 30 soldados en el sur del departamento del Meta. @COL_EJERCITO @mindefensa pic.twitter.com/H0k5TOhiFM
— Juan Guillermo Zuluaga (@JuanGZuluaga) January 18, 2023
El proyecto de paz total de Petro, que pasa por llegar a acuerdos con todos los grupos armados activos en Colombia para que dejen las armas, tiene como principal objetivo reducir al mínimo la violencia en las zonas rurales. Ahí, especialmente en municipios de colonización reciente como Vistahermosa, se ha librado la guerra en Colombia en el último medio siglo. El municipio, en las estribaciones de la todavía selvática Sierra de la Macarena, en las puertas de la Amazonía, fue uno de los que despejó el Estado colombiano en sus negociaciones con las FARC hace 25 años. Visto como parte de la retaguardia de esa guerrilla por los militares, las relaciones entre campesinos y militares son particularmente tensas allí.
En estos territorios existe una desconfianza natural entre los vecinos y los militares. Con la excusa de la persecución de los guerrilleros, el ejército ha cometido abusos y violaciones a los derechos humanos contra la población. Los soldados mataban a ciudadanos inocentes, los vestían con uniformes y les ponían armas en las manos para hacerlos pasar por combatientes. Los mandos recibían un bonus laboral por número de enemigos dados de baja. Esa práctica macabra perseguida por la justicia colombiana se conoce como falsos positivos. Según la justicia transicional que investiga el fenómeno, durante sus años más álgidos, el Meta fue el segundo departamento con más asesinatos de este tipo.
El día que los 30 fueron retenidos, el comando general de las fuerzas militares emitió un comunicado para disipar cualquier sospecha sobre el pelotón: “Frente a esta situación, la Unidad militar ha actuado en el marco del respeto de los Derechos Humanos, las normas del Derecho Internacional Humanitario y en cumplimiento de la misión constitucional. Este Comando hace un llamado a la población para que levante el bloqueo y permita que la Unidad militar continúe desarrollando su misión constitucional”.
Ahora que están liberados, las autoridades respiran. Pero queda la sensación de que sin una paz como la que plantea el Gobierno se haga efectiva, sucesos de este tipo pueden seguir ocurriendo, e incluso acabar peor. Para poner fin a la violencia con el ELN, la última guerrilla activa, el Gobierno discute en Caracas con los líderes del grupo la manera de llegar a un acuerdo.
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