Gente con ideas
“El camino al Infierno está empedrado de buenas intenciones”. Palabras de San Bernardo de Claraval que parecen acuñadas pensando en Colombia
En el año del centenario del nacimiento de Hernando Santos, eterno director de El Tiempo, una de sus frases más brillantes cobra especial relevancia: “nada más peligroso que la gente con ideas”. Palabras que, a fuerza de repetirlas, ha hecho célebres su custodio, Alberto Casas Santamaría. Casos, abundan:
Idea. Producir un documental (¡un documental de diez capítulos!) sobre los primeros cien días de gobierno del presidente Petro, con una emisión dedicada a su esposa (capítulo 6: “Verónica Alcocer, la primera dama que rompe esquemas”). Realidad. Pena ajena da ver a un gobierno, cuyas banderas son el cambio y la austeridad, sacando pecho con esta cuestionable muestra de ego audiovisual.
Idea. Nombrar ministro de Defensa al jurista Iván Velásquez, reconocido luchador contra la corrupción, con la intención loable de ponerle tatequieto a la repartición de contratos y maniobras nada éticas en las Fuerzas Militares. Realidad. Seguimos esperando denuncias concretas, probadas, de ese lucro indebido por parte de miembros de las Fuerzas Militares y la Policía Nacional.
Idea. Suspender la firma de nuevos contratos de exploración de hidrocarburos (fuente fundamental de recursos y divisas del país), en sincronía con la política de transición a energías más limpias. Realidad. Los programas sociales del gobierno necesitan de esos recursos para saltar del papel a la práctica. Cito a Salomón Kalmanovitz en su columna de El Espectador: “si en verdad el gobierno pretende embarcar al país en una transición energética hacia fuentes verdes, lo responsable es hacer primero inversiones en infraestructuras que transformen la radiación solar o aprovechen la energía eólica derivada de la fuerza de los vientos. Una vez tenga una capacidad de generación alternativa de energía, el gobierno puede proceder a disminuir aquellas que polucionan”.
Idea. Estados Unidos dona a la Policía doce helicópteros Black Hawk, que el gobierno destina a la protección de la selva amazónica. El presidente anuncia que “las vamos a pintar de guacamayas (…), una especie de reivindicación humana del hábitat de las guacamayas hermosas que están extinguiéndose”. Realidad. Aunque buena parte de la tarea de las ‘las guacamayas’ será humanitaria, se moverán en zonas donde opera la delincuencia y deberán enfrentarla. Al pintar los helicópteros con rojo escarlata, amarillo y llamativo azul, pierden el camuflaje que les da protección. Será como poner un huevo sobre un mantel negro: blanco perfecto para los grupos armados.
Idea. Con gran tino denunció el presidente Petro la vagabundería en que se ha convertido el manejo de los bienes a cargo de la Sociedad de Activos Especiales (SAE). “En la SAE”, afirmó, “se han robado los bienes que la justicia ha extinguido, o están en los procesos de extensión, a las mafias”. Realidad. Comienza a descubrir el gobierno que parte de este circo oscuro se ha escenificado en la pista del Partido Conservador, beneficiando indebidamente a miembros de esa colectividad. El mismo partido que es fundamental para votar las reformas del gobierno.
Idea. Activar la artillería legal para poner en la calle a quienes, amparándose en el derecho a la protesta, incurrieron en actos delictivos. Ninguna de las iniciativas promovidas por el Pacto Histórico contempla, sin embargo, algún tipo de trato benevolente para los miembros de la Fuerza Pública privados de la libertad durante las manifestaciones. Realidad. Sale adelante una reforma tributaria que incluye penas privativas de la libertad para quienes desarrollan actividades económicas lícitas, pero reinciden en casos de evasión tributaria. Mientras, alias ‘Violeta’, vinculada al atentado terrorista del Centro Comercial Andino, en Bogotá, recupera la libertad y se convierte en negociadora del ELN.
Enseñanza. Las buenas ideas son de gran utilidad. Mientras la realidad no las aniquile.
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