“No dejen de orar por nosotros, esto ya se empieza a sentir muy fuerte”
Los habitantes de la isla colombiana de San Andrés reciben con temor el impacto del huracán Julia
La isla caribeña de San Andrés ha recibido la noche de este sábado el impacto del huracán Julia, que se llegó a sus costas con vientos de hasta 120 kilómetros por hora. “No dejen de orar por nosotros. Esto ya se empieza a sentir muy fuerte”, escribió por redes sociales una habitante de la isla cuando la colisión era inminente.
La gente del pueblo rezó por la mañana en las plazas y en las iglesias. Decenas de mujeres y hombres se arrodillaron, con las palmas de las manos juntas, implorándole a Dios que desviara la trayectoria de lo que a esa hora era una tormenta tropical. No resultó. Los habitantes de San Andrés quedaron a merced de la fuerza de la naturaleza.
Durante todo el día, la gente aseguró sus tejados con sacos de cemento para que no se volaran y envolvió sus pertenencias con plásticos. El comercio quedó cerrado por completo. Las playas lucían vacías, las calles desiertas. Todo el mundo buscó refugio. “Dejé todo empacado, lo que se pierda, que se pierda. Lo importante es la vida”, declaró una señora a RTVC. Las autoridades habían dispuesto seis refugios en San Andrés y otro más en Providencia, una isla vecina. El espacio aéreo está cerrado y el toque de queda se mantendrá 48 horas más. El mensaje era claro: prohibido salir al exterior.
San Andrés, de 55.000 habitantes, es un destino turístico que precisamente esta semana recibe un aluvión de turistas por la semana de vacaciones en los colegios que hay en Colombia. Muchos llegaron con días de antelación sin saber que acabarían quedándose en sus habitaciones sin poder moverse. No habían consultado el parte meteorológico. El presidente Gustavo Petro le pidió a las empresas hoteleras que acogieran en sus instalaciones a los vecinos más vulnerables. Desde las dos de la tarde no había electricidad. La policía se ocupó de que todo el mundo tuviera un resguardo en el momento del impacto, incluidos los perros callejeros. “Aquí lo espero, creo en Dios”, resumía otra mujer.
La propia RTCV retransmitió en directo el paso del huracán, de categoría 1. El ciclón golpeó durante dos horas, pero las lluvias y el viento se mantendrían al menos otras 12. Después de su paso puede llegar lo peor. El daño que produzca se podrá evaluar con toda claridad el domingo, cuando todo haya pasado. El pronóstico es que tras pasar por San Andrés, Julia se dirija directamente hacia la costa caribe de Nicaragua, que atraviese el país perdiendo fuerza paulatinamente, y que se disipe hacia el próximo martes cuando llegue a México, después de pasar por El Salvador, Honduras y Guatemala.
Los isleños conocen los efectos devastadores de este tipo de huracanes. Providencia quedó destruida en noviembre de 2020 por el paso de Iota. Su reconstrucción ha sido lenta y trabajosa, pese a que el expresidente Iván Duque había prometido que haría todo lo posible para acelerarla. Julia ha llegado a toda velocidad con el mismo afán destructivo. Las consecuencias se comprobarán en los próximos días.
Suscríbase aquí a la newsletter de EL PAÍS sobre Colombia y reciba todas las claves informativas de la actualidad del país.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.