El número de turistas internacionales en Estados Unidos disminuye, con una excepción: México

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El número de turistas internacionales que viajan a Estados Unidos ha disminuido, con una excepción: México. Después de una bajada a principios de año, los visitantes de México han regresado y sus números están creciendo. De hecho, esos turistas son un punto positivo esta temporada navideña, cuando muchos planean viajes para visitar a familiares, disfrutar de entretenimiento y parques de diversiones y, por supuesto, hacer compras navideñas en centros comerciales en San Diego, San Antonio o El Paso, al otro lado de la frontera de Ciudad Juárez.

Los viajeros mexicanos siguen en ascenso a pesar de los repetidos videos en redes sociales que muestran a agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) o de la Patrulla Fronteriza sometiendo y arrestando a personas, en su mayoría latinos, para cumplir con la promesa de deportaciones masivas de Donald Trump. Y ocurre justo cuando el Gobierno de Estados Unidos planea exigir a los extranjeros que visiten el país que proporcionen su historial personal de redes sociales de los últimos cinco años, entre otros requisitos, según una propuesta reciente de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP).

Hasta agosto, alrededor de 3 millones de visitantes llegaron por vía aérea desde México. Eso representa un ligero aumento con respecto al mismo período del año pasado, según datos de la Oficina Nacional de Viajes y Turismo. El número de personas que cruzaron en automóvil por los puertos de entrada terrestres creció un 13% este año, de acuerdo con la CBP.

“El presidente y el Gobierno pueden hacer o decir lo que quieran, y todo es de cara a la galería”, considera Raymond Robertson, profesor de economía y gobierno y director del Instituto Mosbacher de Comercio, Economía y Políticas Públicas en Texas A&M. “Pero el vínculo real entre los dos países, especialmente entre Texas y México y otras ciudades fronterizas entre Estados Unidos y México, es muy fuerte y muy real”.

Históricamente, los países vecinos Canadá y México han sido los principales emisores de visitantes internacionales. Este año, los viajes desde Canadá se desplomaron en parte debido a los aranceles y a que el presidente Trump ha repetido que quiere convertir a Canadá en el Estado número 51, algo que muchos canadienses consideran insultante. Se espera que la caída del turismo internacional le cueste a Estados Unidos 5.700 millones de dólares en comparación con el año anterior, según la Asociación de Viajes de EE UU.

Sin embargo, los viajes desde México, por ahora, se mantienen fuertes. Citando estadísticas de un estudio del Departamento de Comercio de 2023, Robertson afirma que el 22% de los viajeros extranjeros son mexicanos, el grupo más numeroso. En promedio, los mexicanos gastaron alrededor de 1.500 dólares por viaje. México, con una población estimada de 133 millones, es el principal socio comercial de Estados Unidos. Más de 800.000 millones de dólares fluyen en comercio bilateral, cifras que subrayan la profunda conexión económica y cultural entre ambos países.

“Sin importar la política nacional o estatal, los mexicanos aún se sienten bienvenidos por la gente con la que interactúan personalmente, porque saben, basándose en la historia, que de alguna manera la política siempre va a ser desagradable”, añade Robertson, autor del próximo libro Not Just Neighbors: The Remarkable Economic Relationship in North America (No solo vecinos: la notable relación económica en América del Norte).

El empresario Raúl Vargas, de 65 años, está de acuerdo. Durante más de cuatro décadas, Vargas, propietario de una empresa de tours, ha conducido su autobús de 52 asientos desde Monterrey al norte de Texas para los partidos de los Dallas Cowboys cuando juegan en casa. En primavera, lleva grupos de aficionados a Houston para ver los partidos de béisbol de los Astros.

Según Vargas, “cuando se trata de visitar a la familia, o ver un partido, particularmente de los Cowboys o los Astros, vamos a venir. Las tradiciones son difíciles de romper. Las buenas ofertas para comprar también ayudan”.

En Ciudad Juárez, quienes llegan al Consulado de Estados Unidos tienen la esperanza de que su solicitud de visa de turista sea aprobada. Una mañana reciente, el área cercana al enorme edificio estaba llena de actividad. Hay hoteles, restaurantes y agencias que ayudan a las personas a preparar sus solicitudes. El consulado estadounidense en esta ciudad fronteriza mexicana tiene la mayor operación de visas del mundo, que emite desde permisos de trabajo hasta visas familiares y de turista.

“Quiero visitar a mi hermana en Indiana”, afirma Carolina. Ella, como la mayoría de las personas afuera del consulado, solo quiso ser identificada por su primer nombre por temor a que hablar con un periodista pudiera afectar la aprobación de su visa. Varios solicitantes dijeron que quieren una visa para ir de compras justo al otro lado de la frontera, en Texas o Nuevo México. Una joven estaba renovando su visa para poder participar en un maratón en Disney World, en Florida, en enero.

México no está en la lista de países con prohibición de viaje a Estados Unidos, pero el proceso de solicitud de visa se ha vuelto más difícil y más caro desde que Trump asumió la presidencia. Incluso quienes renuevan una visa de turista ahora deben presentarse para una entrevista en persona. El pasado octubre, el costo también aumentó de $185 a $435.

Además, hubo un aumento de precio para el formulario obligatorio de entrada que registra a los viajeros, que pasó de 6 a 30 dólares. Finalmente, las autoridades federales están revisando las redes sociales de los solicitantes para ver si han sido críticos de las políticas de la Administración Trump.

El 9 de diciembre, la CBP publicó en el Registro Federal que podría exigir a los visitantes internacionales que proporcionen hasta cinco años de uso de redes sociales, además de información adicional, como direcciones de correo electrónico, números de teléfono, direcciones IP, metadatos y biométricos. La propuesta está abierta a un periodo de comentarios públicos de 60 días. Estados Unidos es uno de los tres países de Norteamérica que será sede de los partidos de la Copa Mundial de Fútbol el próximo verano, un evento que se espera atraiga a millones de aficionados internacionales.

“Las personas están siendo inspeccionadas dos y tres veces al entrar”, asegura Tony Payan, director del Centro para Estados Unidos y México del Instituto Baker de la Universidad Rice. Payan añade que el mayor costo y las nuevas restricciones, desde visas para estudiantes hasta visados para trabajadores calificados, pueden ser un factor disuasorio para quienes desean ingresar de manera legal a Estados Unidos.

“Creo que el mensaje básico es que no eres bienvenido en Estados Unidos; incluso los turistas, que suelen venir y gastar dinero en el país, no son bienvenidos”, afirma Payan.

Sin embargo, al menos en los Estados fronterizos —Texas, Nuevo México, Arizona y California— la dependencia de los visitantes de México sigue siendo una fuente potente de ingresos. Los centros comerciales de estas ciudades valoran y consienten a sus compradores del sur de la frontera.

“Estos consumidores son muy importantes para nosotros”, apunta Gina Slechta, directora de marketing de Horizon Group Properties. La empresa opera centros comerciales en todo el país. Dos de sus outlets más concurridos están ubicados en las ciudades fronterizas de Laredo-Nuevo Laredo y El Paso-Ciudad Juárez.

Slechta estima que hasta el 65% de los clientes de The Outlet Shoppes en El Paso los fines de semana provienen de México. Estos días, el centro comercial está decorado y lleno del espíritu navideño. La gente lleva grandes bolsas de compras y los niños posan para selfis con un Santa Claus bilingüe. Una máquina de nieve crea un paisaje invernal en el desierto del suroeste al atardecer. “No es raro ver a personas que vienen al centro comercial desde México con muchos familiares y amigos”, comenta Slechta. “Cuando se trata de hacer que la Navidad sea especial para sus hijos… no escatiman.”