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Entre la falta de acceso y recursos: las mujeres hispanas son las más afectadas por las prohibiciones estatales del aborto

Un nuevo estudio revela que en los Estados que han restringido el acceso al aborto, los nacimientos han aumentado, especialmente entre las mujeres hispanas

Activistas por el derecho al aborto protestan frente a la Corte Suprema de Estados Unidos en el Capitolio, Washington, en junio de 2022.
Paola Nagovitch

483 kilómetros. Esa es la distancia que la mujer media estadounidense debe recorrer para acudir a una clínica en los Estados que han prohibido el aborto desde que el Tribunal Supremo derrocó el derecho federal al procedimiento en 2022. Antes de que la Corte dejara que cada Estado regulara el procedimiento, abriendo la puerta a la prohibición total en una docena de territorios, esa distancia era de 81 kilómetros. El trecho cada vez mayor ha impedido a algunas mujeres abortar y ha provocado un aumento de la natalidad, según un nuevo estudio que analiza los datos de nacimientos de 2023. ¿Las mujeres más perjudicadas? Las hispanas.

Para las mujeres hispanas que vivían a 483 kilómetros (300 millas) de una clínica abortista en 2023, los nacimientos aumentaron un 3,8%, frente al 2,8% que incrementaron para la mujer media, de acuerdo con la investigación publicada el pasado lunes por la Oficina Nacional de Investigación Económica. En el caso de las mujeres negras, fue del 3,2%, y en el de las blancas, del 2%.

Mayra Pineda-Torres, profesora de Georgia Tech y una de los autoras del estudio, destaca que estos hallazgos no son una sorpresa, pero sí significativos, porque es la primera vez que una investigación de este tipo ha podido identificar los efectos de la prohibición del aborto en las mujeres hispanas. “Los estudios anteriores que se centraban en las restricciones del aborto, normalmente no eran capaces de identificar nada para este grupo de la población. No porque no les estuviese pasando nada. Era simplemente porque no había poder estadístico para hacerlo”, Torres-Pineda explica a EL PAÍS vía llamada telefónica.

“Pero nada de esto es chocante. Es relevante porque hemos sido capaces de identificarlo esta vez, pero este es históricamente el caso. Si pensamos en las políticas que restringen el acceso al aborto desde los años 70, las mujeres no blancas siempre han sido las más afectadas”, añade la experta.

La investigación es también la primera que analiza en detalle las pautas locales de los nacimientos después de la decisión del Tribunal Supremo hace casi tres años. Para ello, los autores usaron certificados de nacimientos presentados en 2023, con información sobre la edad de la madre, su raza, estado civil, nivel de estudios y domicilio. Esto les permitió hacer comparaciones demográficas e identificar a las hispanas como las más impactadas.

Las conclusiones del estudio coinciden con las de otras investigaciones. Una anterior, con datos a nivel estatal en vez de local, encontró que los nacimientos aumentaron un 1,7% en 2023 como causa de las prohibiciones del aborto en los diferentes Estados, y más entre las mujeres que eran hispanas o negras. Y otro análisis realizado por el National Latina Institute for Reproductive Justice y la National Partnership for Women and Families encontró que las latinas constituyen el mayor grupo de mujeres de color afectadas por las prohibiciones del aborto. Cerca de 6,7 millones de ellas —o el 43% de todas las latinas en edad reproductiva— viven en Estados que han prohibido o restringido el procedimiento antes de la viabilidad fetal, que se sitúa en torno a las 24 semanas de embarazo.

Obstáculos informáticos, socioeconómicos, lingüísticos y migratorios

Pese a esta realidad, los abortos han aumentado en todo el país desde la decisión del Tribunal Supremo. Expertos atribuyen la tendencia al alza a que ha habido un notable aumento en el número de abortos practicados de manera telemática. A estos se suman aquellos realizados bajo las protecciones de las llamadas leyes escudo, o shield laws. Estas normas protegen a los médicos que ejercen en Estados donde el aborto sigue siendo legal para prescribir fármacos abortivos a personas que viven en lugares donde el procedimiento está prohibido o restringido.

Sin embargo, los resultados del nuevo estudio sugieren que esas ayudas no están llegando a todas las mujeres, lo que pone de relieve que existe una barrera informática.

Para Pineda-Torres, una cosa es que existan las opciones y otra que las hispanas las conozcan y puedan acceder a ellas. “Como hispana, aunque sepa en teoría que puedo pedir estas píldoras al amparo de las leyes escudo, puede que me dé demasiado miedo hacerlo. Puede que no pueda permitirme costear esas pastillas. Puede que ni siquiera sepa que existe esta opción”, explica la investigadora.

Esos obstáculos se suman a muchos socioeconómicos. Las hispanas tienden a ser más pobres y a carecer de seguro médico privado, por lo que tienen que depender de la cobertura sanitaria pública, Medicaid. El 27% de las mujeres hispanas de entre 15 y 44 años están inscritas en Medicaid, frente al 16% de las blancas. Y en los Estados que prohíben o restringen el aborto, la cobertura de Medicaid para abortar suele limitarse a casos de violación, incesto o cuando la vida de la embarazada corre peligro, dejando a muchas hispanas desamparadas.

“Esta es una historia sobre privilegios”, opina Pineda-Torres. “Lo que estas políticas representan, en términos de no permitirles el acceso a la asistencia sanitaria reproductiva, es realmente impactante para estas mujeres. Mientras que para otros grupos demográficos, ese no es realmente el caso en conjunto. Obviamente, individualmente, las personas tienen experiencias diferentes. Pero en conjunto, para una mujer hispana o negra, el impacto es mayor”, explica.

Alejandra Soto, directora de comunicaciones de Planned Parenthood en asuntos latinos, concuerda. “Al fin y al cabo, si tú tienes dinero sentado en el banco que puedes gastar con una mano en la cintura, tú resuelves. Pero cuando no es así, necesitas el apoyo del gobierno. Y allí está mayormente la comunidad latina”, señala. “Pero también podría haber una latina que tenga un nivel socioeconómico que no requiera ayuda del gobierno ni seguro público, pero que sí tenga la barrera del idioma, entonces tal vez no va al doctor con la frecuencia debida”.

A eso se suma el miedo que puede generar el estatus migratorio de la mujer o de sus familiares, algo que en muchos casos las disuade de ir al médico. Una realidad que solo se ha agravado bajo la cruzada antimigrante de Donald Trump. “Por supuesto que el estatus migratorio es algo que asusta a estas mujeres”, subraya la portavoz de Planned Parenthood. “Incluso si ellas tienen papeles pero alguien en su familia no. Muchísimas familias con estado mixto evitan tener contacto con figuras de autoridad”.

Añádase a todo esto el hecho de que médicos y otros proveedores están siendo detenidos por realizar abortos en Estados como Texas, con una de las mayores poblaciones hispanas del país. Las autoridades del Estado ultraconservador arrestaron la semana pasada a la partera latina María Margarita Rojas y a dos trabajadores de sus clínicas a las afueras de Houston, acusándoles de practicar abortos ilegales y de ejercer la medicina sin licencia.

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Sobre la firma

Paola Nagovitch
Periodista en Nueva York. Coordina la edición en inglés del periódico y forma parte del equipo fundador de EL PAÍS US. En 2022, fue Premio Ortega y Gasset de Periodismo por una investigación sobre la pederastia en la Iglesia española. Estudió Periodismo y Política en New York University e hizo el Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS.
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