Los vídeos inéditos del No-Do recuperados por un grupo de jóvenes profesionales
Las cintas no publicadas fueron digitalizadas para la serie documental ‘Los archivos secretos del No-Do’, una triple colaboración entre la Filmoteca Española, la productora Minoría Absoluta y RTVE
En los almacenes fríos de la Filmoteca Española hay cintas metálicas apiladas y cajas selladas sin abrir. Un grupo de seis profesionales técnicos, de entre 28 y 44 años, fueron los encargados de recuperar más de 400 latas, de más de 6.000 que había sin revisar, de material inédito del No-Do, el noticiero de la dictadura franquista que se proyectaba en los cines antes de cada película. Tras un trabajo de 10 meses devolvieron la vida a carretes que contenían la historia de un país: conciertos, días de pesca de Francisco Franco, partidos de fútbol, entrevistas a celebridades de la época, concursos insólitos y un popurrí de historias de la España del siglo XX. El equipo asumió la tarea para la serie Los archivos secretos del No-Do, que se estrena este miércoles 17 de septiembre por RTVE, en una producción conjunta con la Filmoteca Española y la productora Minoría Absoluta.
Los jóvenes que recuperaron la memoria
La idea de la serie surgió hace 10 años cuando, en otro proyecto colaborativo, la Filmoteca Española le comentó a la productora que existían miles de latas con contenido inédito del No-Do. De inmediato despertó el interés de Minoría Absoluta, cuenta Eulàlia Gómez, la directora del documental. Hace tres años comenzaron el proyecto, con dos años de negociaciones y uno para hacer la película. Fueron ellos quienes contactaron a Iker Velasco, Nina Satt, Yaiza Tenza, Álvaro Montalvo, Martha Helga López y Benito Alcón, los profesionales técnicos detrás de la recuperación. La mayoría había estudiado un mismo máster en patrimonio audiovisual y se conocían de proyectos anteriores.
Lo primero que la productora tuvo en sus manos fue un excel con un catálogo de nombres escuetos que daban una idea de lo que podía haber en cada cinta. “Tienes que imaginarte una fábrica con muchísimas latas y estas latas llevan solo una etiqueta con el nombre del contenido. Esta etiqueta la pusieron en su momento cuando rodaron el No-Do, y esta era toda la información de la que se disponía”, recuerda la directora del documental. Siguiendo su intuición y consultando algunas fuentes y expertos, hacían una selección que le entregaban al grupo técnico.
Tras bajar al almacén a buscar las cintas —con temperaturas muy bajas para la conservación de las películas—, dejaban aclimatar el material durante 24 horas. Una vez listo, Nina Satt y Yaiza Tenza extendían sobre la mesa las películas para tomar un par de imágenes de lo que contenía el carrete y enviarlas a la productora para ver si lo que había era de interés. Paralelo a esto, Álvaro Montalvo hacía una revisión documental para poner en contexto el contenido.
“Si era tal el interés por parte de la productora y el material no estaba en condiciones para ser digitalizado, teníamos que hacer intervenciones. Empalme, reintegraciones o injertos para que pudiera pasar por la digitalización”, cuenta Satt. Lo más difícil era cuando encontraban “descartes”, unos pequeños fragmentos de película y tenían que rearmar el puzzle de la secuencia. Eran cintas con más de 50 años que no estaban guardadas en las mejores condiciones y el trabajo no era solo recuperar el contenido, sino también dejarlas en condiciones óptimas para su resguardo en la Filmoteca. “Lo más importante para la Filmoteca aquí y para el patrimonio audiovisual, es que esas películas hayan quedado en las condiciones óptimas para conservación, porque antes no lo estaban”, afirma Iker Velasco, coordinador del equipo.
Finalmente, llegaba el turno de la digitalización, con Martha Helga López y Benito Alcón. “Para que te hagas una idea, es como proyectar una película, como esa máquina antigua que proyectaba 35 mm, pero más pequeño y a la inversa”, explica Alcón. Una vez que el material estaba en formato digital, se guardaban las cintas ya restauradas y catalogadas.
Las historias encontradas
“Hasta que llega televisión, el No-Do es lo único que existe en términos de testimonio audiovisual. No hay nada más para reconstruir una determinada etapa de la historia social, política y cultural de España, por lo tanto es una aportación única”, reconoce Valeria Camporesi, directora de la Filmoteca Española.
El documental muestra la España de esos años desde la política, pero también desde la cultura, el deporte, las calles del país y personajes reconocidos. Con un tono de humor, un narrador guía al espectador por diferentes temáticas. Por ejemplo, en el primer capítulo se muestra un día de pesca con Francisco Franco, la luna de miel de los príncipes de Mónaco en Mallorca, el partido entre el Barcelona y Sevilla, una entrevista a Ana Mariscal —la única directora mujer de la época—, una carrera de camareros en Tánger y la pobreza del Pozo del Tío Raimundo en Vallecas.
¿Por qué no se emitieron? Es la pregunta que a lo largo del documental responden distintos expertos como historiadores, periodistas, académicos e, incluso, un ex trabajador del No-Do. Pero la respuesta no puede ser certera, entonces se transforma en un juego de hipótesis.
Por ejemplo, entre las latas descubrieron videos sobre la visita de los Beatles a Madrid y Barcelona en 1965. La noticia que sí fue emitida en el No-Do hablaba de un recibimiento “no apoteósico”, pero en el material sin publicar sí se veía grandes grupos fans eufóricos en el aeropuerto. La idea de libertad y transgresión del grupo juvenil, creen los expertos, no era del gusto del régimen.
Otra historia que refleja esto es el reportaje de la Agrupación de hombres no demasiado altos, de 1965. Los expertos debaten. Quizás no se emitió porque en España estaban prohibidas las asociaciones o porque su fundador había sido militante del Partido Comunista y oficial del Ejército Republicano. También podía ser porque la agrupación ponía cara a las consecuencias de la mala alimentación en España. O tal vez, dicen con una cuota de humor, con sus 163 centímetros de altura, Francisco Franco hubiera sido parte del club y no querían herir su amor propio.
El valor de lo rescatado
Eulàlia Gómez cuenta que, aunque llevaba años viendo material del No-Do en su trabajo, las cintas inéditas “tenían una verdad que no habíamos visto hasta la fecha”. Además del valor, destaca la importancia de que todo lo restaurado queda en la Filmoteca, a disposiciones de futuras investigaciones y consultas del público.
Para Valeria Camporesi el valor también está en conocer cuáles eran las estrategias comunicativas del régimen: “Se ve muy bien el funcionamiento de un medio de comunicación de masas que tiene que servir a la lógica ideológica del régimen, pero a la vez tiene que conservar un público”, refiriéndose a la variedad de contenido social, cultural o deportivo que se encuentra en las cintas.
El equipo técnico también hace su valoración. Álvaro Montalvo reconoce que en el imaginario colectivo español hay una imagen del No-Do, pero lo que han encontrado en el material inédito “es mucho más que eso”. Nina Satt realza la importancia de la memoria en el 50º aniversario de la muerte de Francisco Franco: “Llega tarde, pero es de vital importancia que se siga invirtiendo en este tipo de iniciativas”.