¿Tiene sentido el cine clásico en la televisión actual? El canal TCM cumple 25 años en España
La cadena de cable sigue abogando por contextualizar y acompañar para enseñar sobre cine y estrena el documental ‘El cine en tres actos’
Cuando en junio de 2023, las altas esferas en Warner pusieron en duda el futuro del canal de cine clásico TCM, en Hollywood se formó una revuelta liderada por los directores Martin Scorsese, Steven Spielberg y Paul Thomas Anderson: “Siempre fue más que un canal. Es un preciado recurso cinematográfico, abierto 24 horas, siete días a la semana. Quizás nunca ha sido un gigante financiero, pero ha dado beneficios desde su origen”, señalaban en una carta. Warner no podía enojar a los capos de la industria matando de un plumazo un canal con 30 años de historia, así que, tras una videoconferencia de los cineastas con el consejero delegado David Zaslav, las aguas se calmaron. La cinefilia respiró tranquila, pero se planteó una pregunta ¿seguía teniendo el cine clásico espacio en televisión en la era de las plataformas?
Porque TCM, que abrió sus puertas en EE UU en 1994, es un clásico en sí mismo. Las emisiones en España, de hecho, empezaron justo cinco años después, con la llegada del digital a nuestro país. Y este septiembre TCM cumple 25 años, un cuarto de siglo donde ha cambiado casi todo en cine y en televisión. Entre tanto, Turner Classic Movies ha sobrevivido a tres absorciones empresariales (TimeWarner, AT&T y Discovery). “Cambian tantas cosas que sientes que todo evoluciona, pero lo importante es mantener lo esencial: la pasión y el amor por el cine”, explica Marta Alonso, responsable del canal en España y encargada de su programación.
Alonso, que a través de sinergias y adquisiciones ha hecho evolucionar el canal con miniseries como Chernobyl y Heridas abiertas (ambas de HBO/Warner) o cine de autor más moderno, cree que el cine clásico todavía puede tener este espacio, si bien reconoce que TCM ha evolucionado para expandirlo. “Siempre supimos que era esencial la selección y el contexto, ayudar en ese recorrido. Queríamos ser prescriptores y sobre todo lograr que grandes películas se vieran. A los pocos años empezamos con la producción original para introducirlas y explicarlas.
“Eso era necesario para hablar de cine clásico”, explica Alonso. Para eso, por este aniversario, por ejemplo, han producido la serie El cine en tres actos presentado por Leonor Watling, que estrena este viernes y donde recopilan fragmentos de a Antonio Banderas, Almodóvar, Viggo Mortensen, Penélope Cruz, Icíar Bollaín... para repasar cómo surgieron y forjaron sus carreras. Apegarse a la actualidad (con el mes de la mujer o el del orgullo) para hablar de cine, o con sus ciclos dedicados a estrellas es otra de las estrategias con las que el canal guía este acompañamiento. “Todos los años por su cumpleaños programamos el de Clint Eastwood y rompe las audiencias”, apunta.
“Es indudable que, cuanto más se habla de algo, más curiosidad hay, así que al final vemos muchas cosas no porque queramos, sino por lo que insisten. Entran por el gaznate. Pero, si a mí me gusta el cine, es porque alguien me ha dicho, ‘oye, mírate esta’, y esa prescripción se pierde en las plataformas”, explica Alonso sobre la falta de la apuesta del streaming por ese otro cine. También sobre el caso de José Luis Garci, que se quedó sin programa en 13TV cuando le negaron la posibilidad de programar cine en blanco y negro: “Nosotros no tenemos publicidad, y eso nos permite hacer un ciclo de cine mudo pero también otro de Christopher Nolan. Todas las empresas van por objetivos comerciales, y no podemos pedir que las plataformas renuncien a lo que le da suscriptores, y el consumo rápido. Pero el problema es que lo que no conoces, no lo buscas. Si no saben que existe, no lo echas en falta”, explica.
Por eso, Alonso, que cree que la educación cinematográfica es la base, se congratula de la iniciativa de programar cine para colegios, que ha anunciado el Ministerio de Cultura: “No puedes poner a un chaval a ver de cero Historias de Filadelfia, pero si le has acostumbrado, enseñado a entender otros tiempos y acompañado, se lo va a pasar muy bien. Creo que es un primer paso en esa educación. No hay nada más fascinante que alguien que te diga que se acuerda de una película, un libro o un disco que le marcó, y que tú la descubras”. Y destaca también el trabajo de TCM en festivales (patrocinando el premio de la juventud en San Sebastián), eventos de reestrenos o produciendo documentales propios como La naranja prohibida, que les sirve para hacer marca, colaborar con las salas y forjar identidad. “TCM no pone películas, sino que busca compartir lo mejor del cine, sea de los años veinte o una que ha ganado el Oscar hace cinco años, dando igual género o nacionalidad. Las películas solo deben responder a tener algo que conmueva. Nosotros las buscamos y compartimos. Decía Scorsese que la curación es un acto de generosidad”.
Porque, que dentro de los cánones limitados de las temáticas (llega a un 0,1% de la audiencia), TCM España mantiene mes a mes una audiencia fiel. En agosto, por ejemplo, fue decimotercera entre cadenas temáticas, con 3,5 millones de espectadores únicos mensuales, según el informe de la consultora Barlovento. Estaba por debajo de los canales deportivos, y los de cine generalistas como Canal Hollywood, pero por encima de otra decena como AMC, Canal Cocina, National Geographic o Discovery, su casa madre. Mes a mes, se mantiene entre los puestos 10 y 15 del ránking, sumando desde enero entre 3,4 y 4,1 millones de espectadores mensuales.
Pero todo ha cambiado, y también este negocio. La televisión por cable se ha vuelto un dolor de cabeza de las compañías en EE UU, dado que la caída de audiencia no tiene fondo y la televisión lineal cede espacio al streaming. Warner, como Disney o Paramount, se enfrenta al brete sobre qué hacer con sus grupos de cadenas secundarias. Pero en España, de momento, no necesitan un Scorsese que las defienda. Porque, dado que el alcance de las cadenas por suscripción nunca fue tan genérico como en EE UU, han logrado mantener a su público, y TCM sigue dando beneficios, pese a no tener publicidad. “De repente las plataformas vuelven a tener canales lineales, publicidad… todo se recoloca, regresa, parece que todo está inventado”, anticipa Alonso sobre el futuro del canal, que ha ido abriendo camino al cine bajo demanda, así como a su colaboración con Max, plataforma de la casa a la que cada vez está más unida.
Cuando se lanzó TCM España, en 1999, se estrenó Matrix, Todo sobre mi madre, El sexto sentido, American Beauty o Magnolia. En la actualidad ese amplio abanico puede estar entre los clásicos de su programación, con la diferencia de que entonces la televisión generalista programaba aquellas películas, y el cine está cada vez más relegado a los canales temáticos. En aquel año, además, solo hubo dos segundas partes entre las 10 películas más taquilleras, frente al pleno de secuelas de 2024. Todo ha cambiado en el cine y la televisión. Pero alguna vez también las nuevas tecnologías brindan un espacio de esperanza: “Somos amantes del cine, así que tenemos sintonizado TCM a todas horas en casa”, decía Martin Scorsese en un TikTok de su hija Francesca que acumula 7,5 millones de visualizaciones. A veces la recomendación está en el lugar más inesperado.