Tomás Rebord, el ‘youtuber’ que enfurece al periodismo argentino
Desde un canal de vídeos ha entrevistado a ‘influencers’, intelectuales y hasta al presidente y ha puesto en jaque al periodismo tradicional
La noche del jueves 1 de septiembre de 2022, un hombre intentó asesinar a Cristina Kirchner. Disparó dos veces, pero el arma se atascó. La vicepresidenta salió ilesa, miles de personas marcharon en su apoyo al día siguiente, y todo el país esperó su palabra mientras se preguntaba qué hubiera pasado si hubiera salido la bala. Kirchner no volvió a aparecer en público ...
La noche del jueves 1 de septiembre de 2022, un hombre intentó asesinar a Cristina Kirchner. Disparó dos veces, pero el arma se atascó. La vicepresidenta salió ilesa, miles de personas marcharon en su apoyo al día siguiente, y todo el país esperó su palabra mientras se preguntaba qué hubiera pasado si hubiera salido la bala. Kirchner no volvió a aparecer en público durante 15 días, pero durante su silencio, en redes sociales hubo un consenso casi unánime: la política más influyente del país, que no daba entrevistas hace cinco años, iba a hablar con un youtuber.
Tomás Rebord (Buenos Aires, 30 años) surfeó la ola. Tras el atentado, decidió que el invitado de su programa de esa semana sería sorpresa, que se transmitiría en vivo por primera vez, y prometió una emisión histórica. No fue Kirchner. “El Método jamás va a darles lo que ustedes quieren, va a darles lo que necesitan”, dijo al comenzar la emisión. Mientras políticos y redacciones le escribían para confirmar si iba o no la vicepresidenta, presentó para una charla sin agenda a un periodista político y a un abogado influencer del liberalismo argentino. ¿Por qué había tanta certeza de que la vicepresidenta iría a su programa?
El Método Rebord es un ciclo de entrevistas que se emite todos los domingos en YouTube con un formato que su creador admite sin tapujos haberle copiado a Joe Rogan, el cómico canadiense que lidera la lista de los podcasts más escuchados entre escándalos. Al contrario de Rogan, Rebord no difunde bulos, teorías antivacunas, ni tiene invitados que despotrican con insultos machistas y racistas. Sí tiene la base: un estudio de grabación pequeño, una serie de invitados variadísimos y conversaciones de unas dos horas de media y que, en contra de la brevedad que impone internet, han logrado instalarse como un infaltable de los fines de semana en Argentina.
A El Método han ido desde Cumbio, la primera sensación argentina de internet, hasta el exguerrillero Fernando Vaca Narvaja, pasando por la intelectual Beatriz Sarlo, la escritora Mariana Enríquez, el periodista político Carlos Pagni, exministros del peronismo, expresidentes del Banco Central, líderes del socialismo y algunas caras de todo el abanico de la derecha nacional. A principios de abril, casi medio año después del atentado contra Kirchner, su invitado fue el presidente, Alberto Fernández.
“¿Qué hacen estas charlas de dos horas triunfando en el campo de las narrativas digitales?”, se preguntaban en un artículo de la revista Anfibia el periodista Alejandro Seselovsky y la académica Eugenia Mitchelstein. “El Método Rebord trajo de vuelta un espacio faltante: el de la conversación política argentina. Un entrevistador, uno o dos entrevistados, sin productores zumbando en la cucaracha [pinganillo] el minuto a minuto, ni marcas de vino o relojes para vender, ni clips en el medio”.
Rebord se ha convertido en un movimiento masivo. Miles de personas lo ven todos los domingos en YouTube, y otras más lo siguen en sus columnas de radio o cuando llena teatros enteros para hablar de historia argentina o cuando convoca a otras charlas y las inaugura bailando semidesnudo envuelto en plumas. Su popularidad solo la iguala la antipatía que genera entre periodistas e intelectuales.
La primera vez que salió en los grandes diarios fue porque Fernando Vaca Narvaja, antiguo líder de Montoneros, dijo en su programa que la contraofensiva de su grupo guerrillero durante la dictadura había sido “un éxito”. A finales de los setenta, en plena dictadura, Montoneros decidió volver a enviar militantes exiliados organizados en comandos clandestinos para desatar una insurrección popular. No pasó, la contraofensiva terminó en un reguero de sangre y desapariciones que decretó el fin del grupo guerrillero.
“Lo que hace daño, me parece, es la asociación de lo bueno a lo nuevo”, se quejó un periodista días después. “Acá hacía falta un periodista formado para escuchar esa respuesta y repreguntar”. Rebord no suele repreguntar, no oculta lo que ignora, huye de que le llamen periodista y llama a sus conversaciones “encuentros de almas”. Sin preparar la entrevista en busca de un titular, y siempre dejando hablar a sus entrevistados, suele encontrar alguna verdad.
“Tenemos muchos ismos en el peronismo”, le dijo el presidente, que después matizó ante la sombra de Cristina Kirchner, que lo aupó al cargo. “Mi objetivo no es terminar con el kirchnerismo, sino con los personalismos”, dijo en defensa de las primarias abiertas para las elecciones de este año, una idea contraria a la que defendía su vicepresidenta.
A Juan Pablo Varsky, uno de los periodistas deportivos más importantes del país, le hizo violar el secreto rey de su profesión: admitir cuál es su equipo de fútbol. Varsky no solo le contó que era de Boca Juniors, sino que había llegado ahí de una manera imperdonable: de niño había preferido al máximo rival, River Plate, pero terminó haciéndose de Boca porque era el equipo familiar.
Con Beatriz Sarlo tuvo otro momento. Hablando sobre Roberto Arlt, un icono de la literatura nacional, Rebord admitió que no sabía que este, además de novelista, había escrito crónicas que fueron escuela en Argentina. No lo ocultó, ni se avergonzó cuando se lo señalaron en redes sociales. Entre los muchos comentarios criticándolo, uno de sus seguidores le escribió en un tuit: “Yo tampoco sabía que Arlt era cronista. Ahora lo sé e iré a comprar uno de sus libros para leerlo”. Tal vez ahí está el secreto de El Método.
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