‘Poquita fe’, carcajadas a paladas

Parte de la clave del éxito de esta comedia radica en que mezcla la insignificancia cotidiana con un costumbrismo sobrenatural, en la línea del mejor José Luis Cuerda

Enrique Martínez (izquierda) y Raúl Cimas, en una imagen de la serie 'Poquita fe'. En vídeo, tráiler de la comedia.

Pantomima Full, como el infierno, siempre son los otros. Por eso cuando publicaron un vídeo parodiando a una pareja conformista, y con ellos a toda la gente que viene y bah, muchos seguidores se les echaron encima. ¿Qué era eso de reírse de personas corrientes y molientes por su falta de aspiraciones vitales?

Poquita fe, la última serie ...

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Pantomima Full, como el infierno, siempre son los otros. Por eso cuando publicaron un vídeo parodiando a una pareja conformista, y con ellos a toda la gente que viene y bah, muchos seguidores se les echaron encima. ¿Qué era eso de reírse de personas corrientes y molientes por su falta de aspiraciones vitales?

Poquita fe, la última serie de Montero y Maidagán para Movistar Plus+, camina el mismo sendero que aquel Pantomima Full, y lo amplía: de un vídeo de minuto y medio a 12 capítulos de menos de 20 minutos cada uno, que cuentan, a razón de un capítulo por mes, un año en la vida de una pareja, Jose Ramón y Berta. Dos se aburren juntos.

Es paradójico que una serie sobre dos vidas más anticlimáticas que el meme de la independentista catalana eufórica y triste sea la más divertida del año, pero así es. Parte de la clave del éxito de Poquita fe radica en que mezcla la insignificancia cotidiana con un costumbrismo sobrenatural, en la línea del mejor José Luis Cuerda. ¿A quién se le puede ocurrir un padre que somatice homofobia y cada vez que su hija se echa novia esté al borde del infarto? ¿Que todos los de una foto de Google Street View estén condenados a morir? ¿Que, para matar el tiempo, cuatro desconocidos encerrados en un ascensor de un centro de salud se pongan a cantar por María Dolores Pradera y armonicen tan bien que acaben montando un grupo?

“Comprende que mi amor burlado fue ya, ya tantas veces”, cantaban Los Panchos. “Que se ha quedado al fin mi pobre corazón con tan poquita fe”. El humor es la fe de los descreídos; la única salvación es reírnos de nuestras miserias, perseverar en la carcajada. Las de Poquita fe permanecen, que no es poco.

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