Los creadores de ‘The Good Fight’: “Hay muchas series con dragones, pero pocas que hablen de la política de la que habla la gente”
El drama legal escrito por Robert y Michelle King recurre a la sátira para reflejar el surrealismo del mundo actual. En su temporada final se adentra en unos Estados Unidos radicalizados ideológicamente por el legado de Donald Trump
La guerra civil está a punto de declararse en Estados Unidos. La radicalización política se ha extendido por la ciudadanía y la situación ha alcanzado niveles insoportables. Ese es el punto de partida de la sexta temporada de The Good Fight, que arranca el jueves 8 en Movistar Plus+. La que ahora comienza será la última tanda de capítulos de una serie de abogados que terminó siendo mucho más política de lo que pretendía en un principio. Y mucho más que ...
La guerra civil está a punto de declararse en Estados Unidos. La radicalización política se ha extendido por la ciudadanía y la situación ha alcanzado niveles insoportables. Ese es el punto de partida de la sexta temporada de The Good Fight, que arranca el jueves 8 en Movistar Plus+. La que ahora comienza será la última tanda de capítulos de una serie de abogados que terminó siendo mucho más política de lo que pretendía en un principio. Y mucho más que su serie madre, The Good Wife (2009-2016).
Cuando los creadores de The Good Fight, el matrimonio Robert y Michelle King junto a Phil Alden Robinson, empezaron a trabajar en el guion del primer episodio de la historia que narraría las andanzas profesionales y personales de la abogada Diane Lockhart (Christine Baranski) tras separar su camino definitivamente del de Alicia Florrick (Julianna Margulies) y unirse a un bufete de abogados mayoritariamente afroamericano en Chicago, los guionistas pensaban que trabajarían en un mundo en el que Hillary Clinton sería la primera presidenta de Estados Unidos. Sin embargo, cuando llevaban pocos días de rodaje, en 2016, Donald Trump ganó las elecciones, y el guion de The Good Fight dio un giro. Ahora, la serie termina con Trump fuera del poder y el demócrata Joe Biden en la presidencia, pero una radicalización todavía mayor del panorama político.
Robert King recuerda a EL PAÍS ese cambio de la serie en una entrevista por videollamada que tuvo lugar una semana antes del estreno de la última temporada: “Michelle y yo tuvimos que reescribir un nuevo comienzo, que al final le dio su identidad a la serie. Es lo que dice el título, The Good Fight [la buena lucha], que al principio solo era un eco de The Good Wife, pero de repente tomó un nuevo significado para esas personas liberales y progresistas. ¿Cómo plantas batalla ante la creciente locura y surrealismo que afecta a los juzgados por parte de un presidente y una Administración tan radicales? Luego, Trump fue expulsado por los votos y vinieron los hechos del 6 de enero [el asalto al Capitolio de Estados Unidos en 2021], con la radicalización de las diferencias políticas”.
Así, The Good Fight se transformó en una serie mucho más política de lo que, en un principio, pretendía ser. “Estaba claro que, como a nuestros personajes les interesaba la política, esa iba a ser su obsesión. Y también fue la nuestra”, dice Michelle King. “Además, no había muchas series que se ocuparan de la actualidad. Ya sabes, hay muchas series con elfos, dragones y esas cosas. Pero no hay muchas donde los personajes hablen de asuntos políticos sobre los que la audiencia está hablando. Claro, es un trabajo complicado, porque siempre te vas a ver superado por la realidad. Pero nos parecía mucho más interesante”, añade Robert King.
En ese contexto, tanto los personajes como las tramas de la serie fueron derivando hacia una locura con un punto surrealista que trata de reflejar lo absurdo del mundo contemporáneo. La sátira es la herramienta que mejor utilizan Michelle y Robert King para retratar la realidad, como han demostrado no solo en The Good Fight, también en su antecesora y en otras de sus creaciones, desde el thriller sobrenatural Evil hasta la sátira de terror pandémico The Bite o la política Braindead. “Simplemente, no podemos evitar usar la sátira”, dice Michelle King. Su marido amplía la respuesta: “Está claro que es la mejor forma de enfrentar lo que está ocurriendo. Hay un montón de gente sombría en Twitter por todas partes. Y cuanta más relevancia les des y más en serio los tomes, más se aumenta la locura. A veces, lo mejor para desinflarlo es usar el humor”. Por eso, combinan drama y comedia en sus series. “En esta temporada, queríamos reflejar la idea del lugar de trabajo en medio de una zona de guerra”, dice Robert King. “Pero también nos permitimos episodios más ligeros, como con Elsbeth Tascioni [la excéntrica abogada que interpreta Carrie Preston]. A veces quieres tratar asuntos importantes y otras veces quieres que las cosas sean un poco tontas”.
El mundo absurdo y, al mismo tiempo, real que retrata The Good Fight y la extrema crispación política que afecta a los personajes ha hecho que los guionistas hayan decidido el destino de los personajes y las tramas según avanzaba la serie, sin un plan previo de cara al final, a diferencia de lo que, aseguran, hicieron con The Good Wife. “Queríamos reaccionar a lo que las noticias nos iban trayendo. Por ejemplo, estábamos empezando la quinta temporada cuando ocurrieron los hechos del 6 de enero de 2021, así que cambiamos todo. Para esta temporada, hemos leído algunos libros sobre cómo podría ser una guerra civil en Estados Unidos, y decidimos redefinir las cosas en esa dirección”, reflexiona el guionista y productor.
¿Y cómo hacer para reflejar en una serie la locura del mundo real, pero sin ir tan lejos que no parezca creíble? “Es que, desgraciadamente, no hay nada en las noticias ahora que parezca creíble, así que no es algo que nos preocupe”, dice Michelle King acompañada por una carcajada de su marido. “Sí nos preocupa ocuparnos de noticias que podrían parecer antiguas cuando se emita la serie”, añade ella, y completa él: “Nos centramos en asuntos perennes. Por ejemplo, este año uno de los temas será las tensiones entre Israel y Palestina, algo que nunca va a desaparecer”.
La situación política y los asuntos que afrontan sus personajes en lo laboral les afecta también en la vida personal. Por eso no extraña que The Good Fight haya descubierto al espectador una Diane Lockhart muy diferente de la que conoció en The Good Wife. “Le ha afectado más de lo que ella esperaba la presidencia de Trump y lo radical que se ha vuelto la derecha política, eso ha sido muy preocupante para ella”, reflexiona Michelle King. “También ha sido preocupante para su matrimonio”, apunta Robert King. “Está casada con un hombre de derechas, conservador y muy a favor de la Segunda Enmienda [que protege el derecho a portar armas]. Diane ha visto cómo la política se ha metido en su matrimonio”. Y ese será otro de los asuntos que aborde la temporada final de la serie.
El universo de The Good Wife lleva en antena desde 2009. Algunos personajes de la serie madre regresarán en los episodios finales de su continuación para contribuir a la sensación de cierre de todo ese universo. Eli Gold, el asesor político que interpreta Alan Cumming, vuelve a escena y trae noticias del destino de Alicia Florrick y su marido, Peter, aunque no se espera la participación de Julianna Margulies ni de Chris Noth. ¿Será este el final definitivo de ese mundo de abogados? “Por el momento, yo lo considero cerrado”, dice Michelle King. Su marido concuerda: “Estamos agotados, necesitamos un descanso. Amamos estos personajes y probablemente escribiríamos sobre ellos hasta el final de los tiempos. Pero llega un momento en el que necesitas recargar pilas antes de afrontar nuevas cosas”.
Una última pregunta que pone en un compromiso a los guionistas: ¿de qué serie están más orgullosos, The Good Wife o The Good Fight? “Esa es una pregunta totalmente injusta y me niego a responder”, dice Michelle entre las risas de su marido. “Yo sí que respondo”, tercia él. “Estoy muy orgulloso de que lográramos hacer 22 capítulos al año de The Good Wife durante tanto tiempo como lo hicimos. Y estoy más orgulloso aún de The Good Fight porque es la más reciente. Las interpretaciones en las dos son geniales. Julianna Margulies y Christine Baranski estarían empatadas en una carrera que comparara las habilidades interpretativas. Creo que lo mejor es que elija la audiencia”.
Puedes seguir EL PAÍS TELEVISIÓN en Twitter o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.