‘Luz natural’: qué sufrido es ser nazi
La película húngara, en Movistar Plus+, intenta que imaginemos el sufrimiento de los verdugos en la ocupación de Ucrania en la II Guerra Mundial. Algunos son reincidentes en ponerse del lado equivocado
Los nazis se caracterizaban en el siglo XX por su desprecio a la vida humana y por su ansia de expansión territorial. En el siglo XXI, sin embargo, invaden tu país una mañana, masacran de forma sistemática a tu gente y encima dicen que el nazi eres tú.
La película Luz natural, que ha estrenado Movistar Plus+, es una rareza ...
Los nazis se caracterizaban en el siglo XX por su desprecio a la vida humana y por su ansia de expansión territorial. En el siglo XXI, sin embargo, invaden tu país una mañana, masacran de forma sistemática a tu gente y encima dicen que el nazi eres tú.
La película Luz natural, que ha estrenado Movistar Plus+, es una rareza premiada en la Berlinale, una obra de autor, del húngaro Dénes Nagy, que intenta que imaginemos el sufrimiento de los verdugos. Sin apenas diálogos y con una fotografía opresiva y tenebrista, seguimos a una unidad del ejército húngaro durante la invasión nazi de la Unión Soviética en la II Guerra Mundial. Los militares llegan a un pueblo de Ucrania, donde apenas quedan mujeres y niños, y se aprovechan de ellas y de sus despensas. Temerosos de las emboscadas de los partisanos, ven sospechoso a cualquiera. “Hay traidores en el pueblo”, dicen, poniendo una etiqueta equivocada a la resistencia.
La tragedia se masca lentamente. La cámara se detiene en cada personaje silencioso. El rostro del protagonista, un subteniente, es impasible y lo dice todo. Intuyes un infierno interior por las atrocidades en que se ve obligado a participar.
Entonces Hungría estuvo con los nazis. También una parte de los ucranios, que en su mayoría combatieron por la URSS. Algo de contexto: Ucrania venía de enterrar a millones de víctimas de la gran hambruna que causó Stalin. Luz natural es un buen ejercicio de memoria histórica desde Hungría, un país reincidente en apuntarse al bando equivocado. Y que ahora, reelegido el siniestro Orbán, ejerce de caballo de Troya de Putin en la UE.
Los conflictos son siempre complejos, pero desde hace 80 años no estaba tan claro quién es el agresor y quién el agredido, de qué lado es un imperativo moral estar. Algunas voces hablan de paz cuando quieren decir rendición.
Puedes seguir EL PAÍS TELEVISIÓN en Twitter o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.