El Capitolio contra Silicon Valley: “Señor Dorsey, ¿quién demonios le ha elegido a usted?”
Los senadores interrogan a los jefes de Twitter, Facebook y Google sobre su sesgo político y su permeabilidad a las noticias falsas, en una politizada audiencia a seis días de las elecciones
La aristocracia de Silicon Valley ha vuelto al Capitolio. Dos poderes, el de la vieja política y el de la nueva economía, cara a cara. De manera virtual, en esta ocasión, debido a la pandemia. Una imagen insólita hace no tanto, que va camino de convertirse en normal: era la quinta vez en tres años que comparecían Mark Zuckerberg (Facebook), la tercera para Sundar Pichai (Google) y Jack Dorsey (Twitter). Pero el hecho de que esta comparecenci...
La aristocracia de Silicon Valley ha vuelto al Capitolio. Dos poderes, el de la vieja política y el de la nueva economía, cara a cara. De manera virtual, en esta ocasión, debido a la pandemia. Una imagen insólita hace no tanto, que va camino de convertirse en normal: era la quinta vez en tres años que comparecían Mark Zuckerberg (Facebook), la tercera para Sundar Pichai (Google) y Jack Dorsey (Twitter). Pero el hecho de que esta comparecencia ante los senadores se haya producido a seis días de unas elecciones al rojo vivo, en las que el comportamiento de sus compañías será escrutado con lupa, ha convertido a la audiencia pública de este miércoles en algo excepcional.
El motivo de la audiencia era debatir la llamada Sección 230, precepto de la Ley de la Decencia de las Comunicaciones de 1996, que libera a las compañías tecnológicas de la responsabilidad por los contenidos publicados en sus plataformas, aunque estos quebranten las leyes. Los críticos consideran que la ley entrega a las compañías tecnológicas demasiado poder sobre lo que se puede o no publicar en sus plataformas. Las empresas defienden que, sin la norma, la comunicación en Internet quedaría poco menos que suprimida y las redes sociales, tal y como se entienden en la actualidad, dejarían de existir.
En virtud de la Sección 230, y en el contexto de una campaña electoral, estas compañías se enfrentan a la presión de gestionar la desinformación en sus plataformas sin influir de manera injusta en el proceso electoral. Un complicado equilibrio en el que, según republicanos y demócratas, por razones básicamente opuestas, las redes sociales están fracasando. Los republicanos consideran que las compañías se extralimitan en la moderación y silencian a las voces conservadoras; los demócratas las acusan de no hacer la suficiente para desterrar de sus plataformas las noticias falsas y las injerencias ilegítimas.
La Sección 230, que ha contribuido a que las redes sociales se conviertan en los gigantes que son hoy, se ha convertido en particularmente contenciosa por las críticas del presidente Trump y los republicanos, que consideran que las redes sociales tienen un sesgo contra los conservadores. Esas acusaciones, sin base factual, volvieron a producirse después de que Twitter y Facebook limitaran la difusión de una controvertida información del New York Post que atacaba al candidato demócrata Joe Biden y a su hijo, y han centrado las críticas de la mayoría republicana, que han puesto en más de una ocasión a los ejecutivos contra las cuerdas.
“Señor Dorsey, ¿quién demonios le ha elegido a usted, y le ha puesto a cargo de lo que los medios pueden informar y lo que el pueblo estadounidense puede escuchar? ¿Y por qué insiste en comportarse como un financiador de los demócratas, silenciando los puntos de vista contrarios a sus creencias políticas?”, le ha soltado el senador republicano Ted Cruz al fundador de Twitter.
El directivo de la red social favorita del presidente Donald Trump ha acaparado buena parte de los ataques de los republicanos. Le han preguntado por qué su red social añade advertencias de posible información falsa a los tuits de Trump y no a los de “un negador del Holocausto como el ayatolá Jamenei”. Dorsey se ha defendido diciendo que no puede influir en las elecciones porque los estadounidenses tienen muchos canales por los que informarse. Y ha reconocido que la decisión de bloquear el polémico artículo del New York Post, que se adoptó por una política de no difundir materiales obtenidos por hackeos, fue “incorrecta” y que ya la han corregido.
Los demócratas han llamado la atención sobre la fecha elegida por la mayoría republicana para celebrar la audiencia, a solo seis días de las elecciones, y han lamentado que sus rivales, en palabras de la senadora demócrata Amy Klobuchar, hayan “politizado lo que no debería ser un tema partidista”. El destinatario de sus preguntas ha sido, principalmente, Mark Zuckerberg, fundador de Facebook. Querían saber qué estaba haciendo su compañía, que fue un vehículo de desinformación en las pasadas elecciones, para prepararse de cara a los comicios del próximo martes. Facebook, ha explicado Zuckerberg, tiene más de 35.000 empleados dedicados a la moderación de contenidos y ha invertido miles de millones de dólares en seguridad para las elecciones.
Críticas de Trump a Twitter desde Twitter
Donald Trump ha querido sumarse a la que constituye una de sus batallas fetiche. “Estados Unidos no tiene libertad de prensa, tenemos supresión de la información. Hemos aprendido mucho en las últimas dos semanas sobre cuán corruptos son nuestros medios, y ahora las grandes tecnológicas, quizás incluso peores. ¡Derogad la Sección 230!”, ha tuiteado el presidente, paradójicamente, a través de la misma plataforma a la que acusa de censurarle.
El tema de la comparecencia de los ejecutivos tecnológicos era debatir la conveniencia o no de reformar la Sección 230, pero poco se ha hablado sobre ello en la audiencia. Las preguntas de los senadores se han centrado en las prácticas monopolísticas, la privacidad y, sobre todo, la politización de la moderación de los contenidos publicados en las redes sociales.
Sundar Pichai, de Google, apenas recibió 22 de las 129 preguntas formuladas, que han estado dirigidas principalmente a sus colegas de las redes sociales. Los demócratas se han mostrado preocupados por cómo se están preparando estas plataformas ante la posibilidad de que las urnas, debido al aumento del voto por correo, no ofrezcan un resultado definitivo en la noche electoral. Zuckerberg se ha comprometido a que Facebook prohibirá eventuales declaraciones de victoria prematuras por parte de que las campañas de los candidatos, y ha asegurado que tampoco permitirá eventuales mensajes que promuevan la violencia. “La democracia puede ser desafiada gravemente el martes por la noche”, ha dicho el senador demócrata Edward Markey, y las tecnológicas tienen “mucha responsabilidad” sobre sus hombros.
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