Crónica

Showstoppers y Pepcom: ‘gadgets’ y canapés

Entre muchos aparatos y soluciones, destacaron los nuevos móviles de Blackberry y Emporia

Prueba de las gafas Vuzix M100 en Showstoppers.Simon Dawson (Bloomberg)

Año tras año, el evento Showstoppers aterriza en Barcelona y ameniza, con barra libre y pica-pica, la víspera del Mobile World Congress a periodistas llegados de los cinco continentes. Desde las cuatro a las siete de la tarde del domingo, pocas horas antes del pistoletazo de salida del congreso en sí, están citados a ver, tocar y jugar con artilugios que o bien todavía no son accesibles al resto de mortales, o que hace pocos días que se pueden comprar.

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Año tras año, el evento Showstoppers aterriza en Barcelona y ameniza, con barra libre y pica-pica, la víspera del Mobile World Congress a periodistas llegados de los cinco continentes. Desde las cuatro a las siete de la tarde del domingo, pocas horas antes del pistoletazo de salida del congreso en sí, están citados a ver, tocar y jugar con artilugios que o bien todavía no son accesibles al resto de mortales, o que hace pocos días que se pueden comprar.

A diferencia de ediciones anteriores, en las que el evento se celebraba en algún salón de hotel cinco estrellas, esta vez los organizadores eligieron el operístico Gran Teatro del Liceu para el espectáculo de cacharros, donde se habilitó un caluroso sótano para el ir y venir de los visitantes. Otro importante cambio que parece haber sufrido Showstoppers es la cantidad de comida que ofrecía: mientras en el pasado era importante ir en ayunas para poder degustar todos los canapés y platillos que se sirven, en esta edición se deslizaban entre la gente y los stands cuatro camareros con bandejas que desaparecían, sin reposición, en un abrir y cerrar de ojos. Al fondo de la sala y escondido en una esquina, un jamón (que no bellota) que se había consumido antes que hubiera transcurrido la primera hora del jolgorio. Más de lo mismo sucedía en la barra de bebidas.

A pesar de la escasez de pinchitos, el show ha triunfado en lo que se refiere a asistencia y exposición de productos. Más periodistas y más empresas que nunca. Entre los productos estrella de la presente edición, se hallaba el modelo Z10 de Blackberry. Colarse entre la marea humana para coger uno y manejarlo durante un rato se convertía casi en una hazaña. Mejor esperarse a que el MWC empiece.

Pero Showstoppers no es tanto para prestar atención a lo último de los grandes, sino para descubrir maravillas de otros más pequeños. Así, se han podido ver los teléfonos de Emporia, destinados a personas mayores o con movilidad reducida en las manos. Estos aparatos son de una simplicidad extrema, con botones sobredimensionados, auricular adaptado a personas con deficiencia auditiva y un contraste de pantalla pensado para aquellos que sufren problemas de visión.

En el terreno de los artefactos más curiosos, destacaban las fundas para sumergir el móvil dentro del agua. Tres expositores de tres marcas diferentes ofrecían soluciones similares para quienes quieren meterse al mar pegados al teléfono o darse una ducha con él. Al acercarse a los stands, todos te cuentan que sus fundas sirven también para proteger el móvil de caídas y que no se rompa, pero nadie se atreve a tirar el móvil al suelo; solo a meterlo en un cubo lleno de agua.

También hay una furia por las gafas de realidad aumentada y 3D y muchas cosas más. No va a ser solo Google con sus Glass, ya hay otras en el mercado y a mejor precio.

Una hora antes que Showstoppers cerrara sus puertas, el recinto del Liceu empezaba a vaciarse a una velocidad considerable. El motivo es que a las 19 horas empieza otro de los eventos previos al congreso. Otra barra libre con tapitas, otra sala llena de cacharros, el Pepcom Mobile, lo mismo pero otra empresa que aprovecha que los periodistas de todo el mundo ya están en Barcelona, pero aún faltaba medio día para que se abra la MWC. Alquilan un espacio en un hotel y cobran a las empresas que prefieren un formato más pequeño (y más barato) para enseñar lo suyo.

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