Cuando la tecnología lastra a los médicos de familia: “Tenemos que hacer fotos a un pene con nuestro móvil para enviarla al dermatólogo”
Sistemas mal conectados que se cuelgan y conexiones lentas contribuyen a las demoras en una sobrepasada Atención Primaria, aunque la realidad es muy distinta en función de la comunidad y el centro
Mientras los médicos discuten en los congresos cómo les ayudará la inteligencia artificial, en los consultorios de los centros de salud a menudo se pelean con equipos antiguos, programas lentos y tecnologías deficientes que lastran la atención al paciente. “Para derivar a dermatología hay que enviarles antes una imagen, y como no te dan medios, nos ha ocurrido que tienes que hacerle con tu propio móvil una foto a un pene [tras detecta...
Mientras los médicos discuten en los congresos cómo les ayudará la inteligencia artificial, en los consultorios de los centros de salud a menudo se pelean con equipos antiguos, programas lentos y tecnologías deficientes que lastran la atención al paciente. “Para derivar a dermatología hay que enviarles antes una imagen, y como no te dan medios, nos ha ocurrido que tienes que hacerle con tu propio móvil una foto a un pene [tras detectar una posible patología] y mandarla”, lamenta una médica que prefiere no identificarse y que ha pasado por la sanidad pública de tres comunidades autónomas.
En cada comunidad, el sistema es distinto. Hay, por tanto, 18 sistemas diferentes ―contando con los de Ceuta y Melilla―, que no siempre están interconectados entre ellos, y a menudo tampoco con los de los hospitales de sus propias autonomías, que usan otros. Consultar las historias clínicas se convierte en un engorro. De repente, el ordenador se para. No funciona el programa de bajas. La consulta se paraliza, las esperas se acumulan en una Atención Primaria rebasada.
“Mi ordenador tarda entre cinco y diez minutos en encenderse [más tiempo del que suelen tener los médicos para atender a un paciente]”, lamenta Carlos Durán, responsable del Grupo de Trabajo de Salud Digital de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG). “No hay día que no lo tenga que reiniciar al menos una vez”, asegura Rafael Micó, que trabaja en Fontanars (Valencia) y es vicepresidente de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen).
Los problemas cotidianos que las tecnologías dan a los médicos varían mucho en función de la comunidad, del centro de salud, de si están en zonas rurales y urbanas. Algunos, como Adolfo Alfonso, miembro del grupo de trabajo de Salud Digital e Inteligencia Artificial de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC), se muestran muy contentos: “Trabajo en Cantabria, en una zona muy rural, incluyendo consultorios aún más pequeños y residencias de ancianos a las que acudimos una vez a la semana y los sistemas funcionan muy bien”. También tiene buenas experiencias con los equipos y los programas en los otros dos lugares donde ha trabajado: Castilla-La Mancha y Madrid. Pero la mayoría de los consultados, alrededor de una docena, tienen muchas quejas sobre el funcionamiento de sus tecnologías.
En la Sierra de Madrid trabaja como médico de familia Salvador Casado, que se queja de una “red lenta” que “se cae” con mucha frecuencia. “Te quedas sin sistema informático y no puedes prescribir, mandar pruebas ni nada de nada. Hay veces que va a pedales: durante una o dos horas todo va lentísimo, lo que prolonga las consultas y genera nerviosismo porque no puedes avanzar con el paciente delante”.
Esta comunidad autónoma ha sufrido en diciembre y enero caídas generalizadas del sistema que han dejado a los médicos varios días sin poder hacer prácticamente nada. La Dirección General de Salud Digital explica que son dos casos aislados, no relacionados y que está trabajando para evitar estas situaciones. “El Gobierno regional está llevando a cabo un plan de mejora del sistema AP-Madrid y de la infraestructura tecnológica que permita una mayor eficiencia, seguridad y estabilidad, para garantizar la continuidad del servicio en todo momento, incluso ante posibles fallos técnicos”, explica una portavoz.
Casado reconoce una mejora en la tele-dermatología, a lo que hacía referencia la médica al principio de este texto: “Ahora, al abrir una petición se genera un código QR que permite enviar fotos desde el móvil sin que queden almacenadas en el dispositivo. Antes, en algunos casos, teníamos que mandarlas por el correo personal”, señala. Más allá de no tener cámaras en el centro, todavía muchas comunidades carecen de un protocolo similar.
A muchos médicos les sorprende cómo funciones muy básicas, que usan a diario, no están implementadas en sus centros de salud. Durán pone ejemplos muy cotidianos: “En la historia clínica no puedo hacer una búsqueda por palabras. Son documentos kilométricos y no hay una forma rápida de localizar lo que quiero. Y, en los partes de baja, tengo que teclear todo otra vez, no coge la información que ya está en el sistema sobre la patología, los antecedentes, la medicación... Eso es tiempo que resto a los pacientes”.
Aitor Gargallo, presidente de Semergen en Cataluña, expone que cuando se hace una visita a un domicilio, no se puede consultar la historia clínica del paciente. “Si la necesitas, tienes que llamar a un compañero y pedirle el favor de que la mire, en lugar de tener tabletas o algo similar para poder hacerlo fuera de la consulta”, señala.
La queja más repetida es la escasa interoperabilidad entre sistemas. Si el paciente tiene una prueba en el hospital, los médicos no suelen poder verla automáticamente: tienen que conectarse a otro programa. Eso, cuando es posible, porque en muchas ocasiones ni siquiera se puede: suele ser más sencillo cuando el centro hospitalario es el de referencia del centro de salud; hay más trabas si es otro; cuando está en una comunidad autónoma distinta, a menudo es imposible. Lo mismo que sucede entre pública y privada o concertada, un sistema mixto que cada vez utilizan más ciudadanos por la sobrecarga de la sanidad pública.
Hay ejemplos que muestran que es posible hacerlo de otra forma. José Polo, presidente de Semergen, pone el ejemplo de Extremadura, donde en los centros de salud pueden ver a tiempo real los expedientes hospitalarios de sus pacientes. Pero en general, reclama una mejor interconexión entre todos los sistemas de España y una modernización de los equipos: “En muchos sitios están obsoletos”.
¿Qué hacen las comunidades?
Las comunidades autónomas son las encargadas de proveer y mantener tanto los sistemas como los equipos. Las que han respondido a EL PAÍS sobre las reclamaciones de los profesionales aseguran que trabajan constantemente en mejoras. Aquí, un resumen esquemático del panorama que dibujan desde sus consejerías de sanidad o salud:
Andalucía. La Junta comenzó un programa de renovación de equipos en 2024. La estación asistencial se llama Historia de Salud Digital, que se está renovando “para poder incorporar todas las capacidades transformadoras de las nuevas tecnologías”, como sistemas de ayuda a la toma de decisiones o automatización de tareas.
Madrid. “El Gobierno regional está llevando a cabo un plan de mejora del sistema AP-Madrid y de la infraestructura tecnológica que permita una mayor eficiencia, seguridad y estabilidad, para garantizar la continuidad del servicio en todo momento, incluso ante posibles fallos técnicos”.
Galicia. La Xunta habla de una “actualización tecnológica constante”, y trabaja en mejoras de la historia clínica. Sus equipos, aseguran desde la consejería, son “los de mayor rendimiento del mercado”, con una edad media de menos de cinco años.
País Vasco. El Servicio Vasco de Salud trabaja en la renovación tanto de la red de comunicaciones como de todos los puestos de trabajo de los profesionales de la Osakidetza. Los equipos tienen una antigüedad máxima de dos años, informan desde la consejería.
Canarias. En diciembre, el Servicio Canario de Salud (SCS) comenzó el pilotaje del visor de Historia Clínica Unificada, el cual permite a todos los profesionales del SCS acceder al historial clínico completo del paciente, independientemente de si ha sido atendido en Atención Primaria u hospitalaria en cualquiera de las islas.
Murcia. En esta región están cambiando el sistema de información de Atención Primaria y el modelo de trabajo “para garantizar que todos los profesionales utilizan las mismas herramientas” y para que las funcionalidades sean “transversales para todos los centros”.
Asturias. Se ha implantado un programa en Atención Primaria que “centraliza la información clínica, reduce tareas administrativas y mejora la coordinación asistencial”, facilitando la comunicación entre los centros de salud y los hospitales.
Navarra. El programa de Atención Primaria se ha desarrollado con los profesionales y se ha ido adaptando con ellos. “Están trabajando muy bien con ella y no hay quejas al respecto. Ahora estamos en un momento de mejora de la herramienta, tanto en la actualización del sistema operativo como de añadir funcionalidades que hagan más fácil el trabajo”, señala una portavoz.