Las otras ‘gripes’ que provoca el norovirus proliferan en invierno

El norovirus causa los clásicos cuadros de diarreas agudas, que suelen durar dos o tres días. Proliferan en esta época lo que, junto a las infecciones respiratorias, contribuye a tensionar el sistema sanitario

Un cartel indica la entrada al servicio de Urgencias del Hospital 12 de Octubre de Madrid.Jesús Hellín (Europa Press/Getty Images)

“Hay un virus”. Va bien encaminada esa expresión que refleja la intuición popular cuando proliferan gastritis, normalmente en forma de fuertes diarreas de un par de días de duración. El hemisferio norte está en la época de mayor incidencia del norovirus, el patógeno que más frecuentemente causa las conocidas como “gripes intestinales”, que no tienen más relación con los catarros y demás infecciones respiratorias que el hecho de que también son causada por un virus.

A diferencia de la gripe, que se monitoriza cada año, no existe un registro ni estimación de casos de norovirus, pero las fechas de mayor incidencia suelen coincidir, lo que pone al sistema sanitario en un momento complicado.

En la mayoría de las ocasiones, sin embargo, los médicos pueden hacer poco o nada contra las infecciones intestinales víricas. No hay medicamentos que les pongan remedio, y los cuidados se limitan, mayormente, a buena hidratación ―fundamental― y paliar algunos síntomas, si es que se puede.

Cristina Carretero Ribón, experta de la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD), explica cuándo sí es importante acudir a urgencias: “Sobre todo en casos de intolerancia por vía oral; es muy importante poder beber e hidratarse, así que si lo vomitas todo, no solo una vez, sino cada vez que ingieres algo, hay que acudir para que se valore si es necesario suero por vía venosa. También si se extiende mucho en el tiempo; la duración normal es de dos o tres días, alguno puede aguantar una semana, pero más no debería. Hay que fijarse, además, en las deposiciones, si hay sangre, pus o mocos, o si se mantiene fiebre alta durante mucho tiempo sin que responda a medicación”. Todo esto es especialmente crítico entre los niños, los ancianos y las personas inmunodeprimidas, que son los más vulnerables para este tipo de infecciones.

Si no se producen estas circunstancias, tanto Ribón como Rodrigo Santos Santamarta, miembro del Grupo de Trabajo de Enfermedades Infecciosas de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), coinciden en que no es necesario acudir a un centro sanitario, pero sí que conviene mantener una buena hidratación, que puede incluir sueros, ya sean de farmacia (preferiblemente) o caseros (un litro de agua, media cucharadita de sal, media de bicarbonato y otra media de azúcar).

Cuando pasa la fase aguda, se puede empezar a incluir sólidos. Ribón recomienda que sean astringentes (las clásicas dietas blandas, bajas en fibra, con plátano o manzana como únicas frutas posibles), mientras que Santos considera que basta con que sean baja en azúcares.

Están contraindicadas las bebidas de deportistas, que no tienen suficientes electrolitos y aportan una gran cantidad de azúcar. “Esto contribuye a la deshidratación, porque el azúcar hace osmosis y si está en el intestino arrastra más agua y agrava el caso de diarrea”, explica Santos.

También están “altamente contraindicados” los fármacos que cortan radicalmente la diarrea. “Es un mecanismo de defensa del cuerpo para expulsar las colonias del virus a través de heces”, razona el médico. Las toxinas de algunos virus causan vómitos, para los que a veces sí se usa medicación por ser más “molestos” para el paciente.

La transmisión del norovirus es sobre todo fecal y oral, por lo que es muy importante la higiene y un lavado de manos concienzudo, ya que suele ser la vía por la que se propaga: que la persona las tenga contaminadas, toque un alimento o a otra persona y acabe contagiándola. Es más habitual en espacios donde cohabitan mucha gente, como colegios, guarderías, residencias...

El nororivurs es la causa más común de infecciones intestinales y, aunque puede propagarse durante todo el año, las probabilidades con el frío crecen, ya que es un virus que aguanta bien las bajas temperaturas. Ocurre lo contrario que con las bacterias, que también son causantes de infecciones intestinales con síntomas muy parecidos, también durante cualquier época, pero con más facilidad de propagación en meses cálidos.

Momento complicado para el sistema sanitario

Como dice el catedrático en inmunología Rafael Toledo, otra de las causas por las que popularmente se conoce a las infecciones víricas gastrointestinales como “gripes” es, posiblemente, porque los picos de unas y otras suelen coincidir. La suma de virus respiratorios y gástricos ya está saturando las urgencias de varios puntos de España, según denuncia esta semana el sindicato CSIF, así como demoras en atención primaria de “hasta un mes”.

Eso, a pesar de que todavía hay unos niveles de virus respiratorios muy por debajo de los picos habituales. Según el último informe del Instituto de Salud Carlos III, publicado el jueves (y correspondiente a la primera semana del año), la tasa era de 639 casos por cada 100.000 habitantes, frente a los 1.095 que se llegaron a alcanzar la temporada pasada y los 968 de la anterior.

Estos niveles se deben en parte a que la bronquiolitis ya alcanzó niveles máximos hace unas semanas, y está de bajada, mientras que prácticamente no hay casos de covid: 7 por 100.000 habitantes, mientras que los años anteriores rondaban los 150.

Lo que sí está creciendo con fuerza es la gripe, que es la que tradicionalmente ha marcado los momentos críticos de las epidemias anuales de virus respiratorios, y que con frecuencia llega a su cima a finales de enero. Es previsible que este año se repita este patrón, por lo que a los centros sanitarios, que en algunos casos están ya tensionados, les queda todavía sufrir lo peor en las próximas semanas.

Uno de los problemas en los centros de salud es que, aunque ni para gripe (si no reviste mayor gravedad) ni para la gran mayoría de los casos de norovirus es necesario acudir al médico, muchos trabajadores tienen que recurrir a la Atención Primaria para tramitar sus bajas laborales. Es algo que el Ministerio de Sanidad quiere cambiar: en el Plan de Atención Primaria que se aprobó en el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud del pasado diciembre está recogido implantar declaraciones responsables, como ya sucede en otros países vecinos. En cualquier caso, no se aplicará, como pronto, hasta 2026.

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