Sanidad prohibirá a la industria del alcohol usar el reclamo del “consumo responsable”

El ministerio quiere desterrar la idea de que “beber poco es bueno” y la Federación del Vino anuncia que presentará alegaciones a esta medida

Bebidas alcohólicas en un bar de Vilanova de Arousa (Pontevedra).ÓSCAR CORRAL

La industria del alcohol no podrá promocionar sus bebidas bajo el reclamo de “un consumo responsable”. Esta afirmación, una de las señas de identidad del sector, tanto en la publicidad como en sus envases, quedará vetada si sale adelante el Anteproyecto de ley para la prevención del alcohol en menores, que el Ministerio de Sanidad ha llevado al Consejo de Ministros este martes.

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La industria del alcohol no podrá promocionar sus bebidas bajo el reclamo de “un consumo responsable”. Esta afirmación, una de las señas de identidad del sector, tanto en la publicidad como en sus envases, quedará vetada si sale adelante el Anteproyecto de ley para la prevención del alcohol en menores, que el Ministerio de Sanidad ha llevado al Consejo de Ministros este martes.

“Se acabó el concepto de consumo responsable o moderado”, ha dicho Javier Padilla, secretario de Estado de Sanidad, en un encuentro con periodistas para ampliar la información sobre este proyecto, al que todavía le queda una larga andadura y que tendrá que ser refrendado por el Parlamento. La idea del ministerio es vetar, en cualquier contexto, el mensaje de que una cantidad pequeña de alcohol es inocua para la salud. No solo en lo que concierne a los menores de edad, para los que cualquier tipo de promoción ya está prohibida, sino también para los mayores.

Padilla considera que eliminar este reclamo “es uno de los cambios culturales más notables” que contiene la norma. “Hay que desterrar esa idea de que beber poco es bueno, es una falacia no respaldada por la ciencia. No podemos avalar uso de conceptos que van en ese camino”, ha añadido.

Uno de los estudios científicos que Sanidad esgrime para defender esta medida lo ha publicado esta misma semana el Instituto de Salud Carlos III. La investigación, que se une a otras muchas en la literatura científica, confirma que beber alcohol de forma moderada no aporta beneficios a la salud. Durante mucho tiempo ha habido un debate al respecto, ya que muchos estudios señalaban peor salud en los completamente abstemios que en los bebedores ocasionales.

Lo que se ha probado después es que entre el grupo de quienes no beben nunca normalmente hay muchas personas con diversos problemas preexistentes, o incluso que han superado el alcoholismo. Es decir, no tienen peor salud por no beber, sino que no beben por padecer peor salud.

Invento de la industria

Iñaki Galán, autor principal del estudio, explica a EL PAÍS que el reclamo del consumo responsable “es un invento de la industria”. “Es un mensaje positivo, que se supone que busca evitar borracheras, pero lo que quiere es simple y llanamente vender más alcohol, que es lógicamente su negocio”, subraya.

El investigador, uno de los mayores estudiosos de la epidemiología del alcohol en España, celebra que se prohíba este lema, que “no tiene ninguna base científica”. “Nuestro estudio, junto a otros, desmonta que este consumo moderado o de bajo riesgo o, como dice la industria, tenga realmente un efecto protector para la salud. Además, no sabemos qué entiende por consumo responsable cada persona; hay quien puede considerar que cinco o seis cervezas lo son, así que es una información sin ninguna base”, continúa Galán.

Esta medida se va a encontrar con la oposición frontal de la industria del alcohol. José Luis Benítez, director general de la Federación Española del Vino (FEV), asegura que harán alegaciones a este punto de la ley, y afirma que este reclamo “es un mensaje fundamental” del sector. “Defendemos el consumo responsable, la formación a la hostelería, que en las catas de enoturismo una persona no beba si va a conducir. Es un mensaje que para todos los socios, para el vino es obligatorio y tiene un fundamento científico”, defiende Benítez, que se apoya en otros estudios que defienden las bondades del consumo de bajas cantidades de alcohol. El portavoz de la FEV matiza que sí están de acuerdo con otros muchos aspectos del anteproyecto de ley, y con que hay que trabajar para que los menores de edad no beban ni una gota de alcohol.

Espirituosos España, la patronal que agrupa a la industria de alta gradación, se manifiesta en un sentido parecido, y apoya el espíritu de la norma. “No se trata de una mera declaración de intenciones, ‘Menores ni una gota’, es la filosofía que promueve nuestro trabajo y que está, desde hace 25 años, en el ADN del sector. Como certifica el hecho de que hayamos invertido más de 30 millones de euros en los últimos 25 años en el desarrollo de campañas destinadas a estos fines, con especial atención a la prevención del consumo de bebidas alcohólicas por menores” señala Bosco Torremocha, su director. La organización pide no criminalizar al producto, y prefiere no entrar en el veto al reclamo del “consumo responsable” hasta que el texto no se publique y pueda ser analizado con más detalle.

Este periódico ha contactado con Cerveceros España, la tercera gran asociación que engloba al sector de las bebidas alcohólicas, pero no ha obtenido una respuesta de su posicionamiento.

Sanidad pretende que la nueva norma esté aprobada lo antes posible, motivo por el cual solicitó que se aprobase en este último Consejo de Ministros del curso. Tendrá ahora que recoger alegaciones de la industria, como las mencionadas, de las sociedades científicas y de la sociedad civil para poder llevar de nuevo un proyecto definitivo al consejo a finales de este año o principios del próximo. De ahí tendrá que pasar al Congreso, donde la exigua mayoría del Gobierno hace prever una tramitación complicada. Toda regulación restrictiva con el alcohol tiene muy difíciles consensos.

Restricción de la venta y publicidad

La nueva normativa restringe al máximo toda publicidad de alcohol que vaya dirigida a menores y veta que se pueda consumir en lugares como colegios o cualquier otro centro destinado a adolescentes. En estos lugares no solo tendrán prohibido beber ellos (algo que ya sucede), sino también los adultos. Un ejemplo: en un partido de fútbol infantil, el bar no podrá vender cervezas a los padres. En un concierto para niños, tampoco. La filosofía detrás de esto es desnormalizar su consumo.

La norma, que en parte aglutina otras que ya existen en los ámbitos autonómico y local, sirve además para endurecer algunos aspectos de la comercialización del alcohol, para dar más herramientas a los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado para perseguir las conductas que vulneran la ley. Les permite, por ejemplo, hacer controles de alcoholemia para comprobar si los menores han bebido alcohol, y prevé multas, que podrán ser evadidas a cambio de programas de formación.

Con respecto a la publicidad, la norma veta los anuncios de bebidas alcohólicas en cualquier lugar a menos de 200 metros de colegios, institutos u otros centros destinados a menores. Esto incluye comunicaciones comerciales, como las sillas y las mesas de los bares con marcas de cerveza, por ejemplo, o la promoción de bebidas sin alcohol de marcas alcohólicas, como las cervezas o ginebras 0,0.


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