La muerte en Bucha, Premio Ortega y Gasset a la Mejor Fotografía
La imagen de Santi Palacios muestra la devastación que dejó el ejército de Putin tras su paso por la localidad ucrania
La primera incursión de las tropas rusas en la localidad de Bucha fue el 27 de febrero. Ese día, según contó Luis de Vega en su crónica en EL PAÍS, los rusos “se encontraron un infierno”, pues los ucranios consiguieron hacer retroceder al ejército de Putin. Sin embargo, unos días más tarde regresaron y tomaron la ciudad. La toma de Bucha se extendió hasta el 31 de marzo. Tras el repliegue ruso,...
La primera incursión de las tropas rusas en la localidad de Bucha fue el 27 de febrero. Ese día, según contó Luis de Vega en su crónica en EL PAÍS, los rusos “se encontraron un infierno”, pues los ucranios consiguieron hacer retroceder al ejército de Putin. Sin embargo, unos días más tarde regresaron y tomaron la ciudad. La toma de Bucha se extendió hasta el 31 de marzo. Tras el repliegue ruso, salieron a la luz las atrocidades cometidas en la ciudad, donde fueron asesinados al menos 420 civiles, muchos cadáveres se descubrieron con las manos atadas y con disparos en la cabeza.
Uno de los fotoperiodistas que estuvo allí fue Santi Palacios (Madrid, 37 años), llevaba en Ucrania desde el inicio de la ofensiva, entró al país por la frontera con Polonia, primero trabajo en el Oeste, luego en el Sur, hasta que llegó a Kiev a finales de marzo. Tras la salida de los rusos pudo documentar la masacre cometida en Bucha. La imagen que le ha valido el Premio Ortega y Gasset a la Mejor Fotografía muestra la calle Yablunska, la principal de la localidad, llena de cadáveres de civiles tirados a ambos lados de la calzada. Esta desolación marcó a todos los que estaban allí. “Era la primera vez que muchos ciudadanos salían de sus casas, algunos vecinos se saludaban después de un mes sin verse. Había un ciudadano ucranio cerca y nos pedía cuidado, pues no se sabía si habría bombas entre los escombros y los cadáveres”, cuenta Palacios al teléfono.
El trabajo de Palacios es útil para desmontar las falsedades difundidas por el Kremlin, que tras descubrirse la masacre indicó que las imágenes de civiles muertos en las calles no eran más que un montaje, esto mismo lo reivindica el fotógrafo. Indica que durante aquellos días se daba la misma veracidad a los bots que decían en las redes sociales que las imágenes eran falsas que a los profesionales de la información que estaban trabajando en el terreno y sirviendo de altavoz para los vecinos que estaban sufriendo la guerra.
Para su autor, la imagen ganadora del premio Ortega y Gasset, que forma parte de su cobertura para la revista 5W, es “un resumen de lo que nos encontramos en Bucha, la matanza que tuvo lugar allí y un resumen de lo que son los crímenes de guerra en 2022″; le gustaría que las imágenes no caducaran a las 24 horas de ser publicadas, que tengan más vida y, sobre todo, que las de la guerra en Ucrania, “sirvan para que los culpables cumplan con su responsabilidad” por haber matado a civiles durante la ofensiva.