El río Urumea de San Sebastián convertido en un vertedero: somieres, bicicletas o inodoros afloran en el centro de la ciudad
Una veintena de voluntarios participa en la última limpieza del cauce fluvial mientras el Ayuntamiento busca a los autores del vertido masivo que le llevó a recoger siete toneladas de desperdicios en marzo
Cuando la marea baja completamente, el cauce del río Urumea a su paso por San Sebastián deja al descubierto objetos y enseres domésticos de todo tipo que desconocidos han arrojado al agua a escondidas. En los últimos meses, sobre el lecho fluvial han aflorado somieres, inodoros, una caja registradora, microondas... Es lo más parecido a un vertedero sumergido. Este pasado domingo, una veintena de voluntarios peinaron el río y consiguieron sacar unos 300 kilos de residuos: neumáticos, conos de obra, plásticos, bote...
Cuando la marea baja completamente, el cauce del río Urumea a su paso por San Sebastián deja al descubierto objetos y enseres domésticos de todo tipo que desconocidos han arrojado al agua a escondidas. En los últimos meses, sobre el lecho fluvial han aflorado somieres, inodoros, una caja registradora, microondas... Es lo más parecido a un vertedero sumergido. Este pasado domingo, una veintena de voluntarios peinaron el río y consiguieron sacar unos 300 kilos de residuos: neumáticos, conos de obra, plásticos, botellas, lonas incrustadas en el fango, redes, cables, ropa... La iniciativa impulsada por la ONG Surfrider, denominada La costa y tú, en colaboración con la Diputación guipuzcoana, pretende monitorizar las basuras que se arrojan en los ríos y estuarios y que posteriormente llegan a las playas.
A solo dos cuadras del centro de la capital donostiarra, a finales de julio pasado se sacaron del Urumea un sillón, una bicicleta estática y otros restos de menor tamaño. El Ayuntamiento de la ciudad recogió a finales de marzo de este año 7.280 kilos de residuos en la misma zona del río y mantiene abierta una investigación para dar caza a los autores de este vertido.
En la limpieza del río donostiarra realizada este pasado fin de semana se retiraron desechos que llenaron cuatro carros de supermercado, asegura Unai Elizasu, responsable de la firma Arrauning, dedicada a ofrecer paseos por el Urumea. Esta firma puso las canoas y las piraguas que emplearon los voluntarios para rastrear el cauce fluvial. Elizasu comenta que encontraron el río “bastante limpio”, aunque el esfuerzo y las ganas de los participantes permitió almacenar “mucha más porquería de lo previsto”: “En el fango hay incrustada mucha basura que ha traído la marea, pero también objetos que han sido lanzados por la gente”, comenta. En las actividades de limpieza que suele organizar Arrauning rutinariamente, explica su responsable, han solido encontrar lavadoras, baños, somieres, bicicletas... abandonados por “los pirómanos del río”, les denomina Elizasu.
Idoia Fuertes, responsable de proyectos y ciencia en Surfrider España, se muestra sosprendida por “la cantidad de residuos encontrados”, un problema que “no es único en San Sebastián”: “Desde Surfrider creemos que hay que poner el foco en estos ambientes acuáticos para ponerlos en valor y protegerlos ya que albergan una gran biodiversidad y son los principales vectores por los que la basura marina llega a los océanos. Por ello, estamos realizando campañas para el conocimiento de este tipo de contaminación y así sensibilizar tanto a la ciudadanía como a las administraciones”.
Este domingo se recogieron principalmente residuos domésticos e industriales arrojados al Urumea. varios neumáticos, algún bloque de cemento, plásticos de envases alimenticios, zapatos, fragmentos grandes de madera trabajada, botellas de plástico y de cristal, mascarillas, redes... hasta totalizar unos 300 objetos. Aún así, muchos residuos se quedaron sin retirar por encontrarse enterrados en la tierra, explica la responsable de Surfrider.
Montaña de basura
La actuación de limpieza más importante en el Urumea se dio en marzo de este año. Las brigadas de limpieza del Consistorio donostiarra necesitaron ocho jornadas de trabajo para retirar una montaña de basura acumulada en la orilla oeste del Urumea, entre los puentes de Mundaiz y de María Cristina. Hubo que poner en marcha un operativo especial, con grúas que iban sacando los residuos abandonados en el río. En plena bajamar fue sacándose del lecho fluvial material variopinto, suficiente para equipar más de una vivienda: una placa vitrocerámica, tablas de planchar, más de una decena de tazas de váter, varios jergones, sillas, estanterías, muebles, una silla de ruedas, carros para bebés, una bicicleta... Más de 7.000 kilos de desechos almacenados junto a la desembocadura que unos meses antes, en enero de este año, había denunciado el grupo ecologista Eguzki.
Los servicios municipales emplearon en aquella ocasión a seis personas en las tareas de limpieza de la zona. Tres operarios equipados con trajes de neopreno, botas altas de agua, guantes anticorte y casco de seguridad bajaron al cauce y se encargaron de amarrar los residuos a unas poleas; otros dos trabajadores se ocuparon de subirlos a tierra y cargarlos en un vehículo para su traslado a un vertedero. La concejal de Ecología, Marisol Garmendia, califica de “inadmisible que haya personas que se dediquen a contaminar el río de esta manera”. Ya ha dado la orden para volver a rastrear el cauce y sacar del agua todos los materiales encontrados esta pasada semana.
El portavoz de Eguzki, Juan Mari Beldarrain, opina que “urge extremar la vigilancia y perseguir a los malhechores que han ocasionado este vertido clandestino”. Añade que los últimos residuos que se han hallado en el Urumea “no son nuevos”, sino una parte de los residuos que este grupo ecologista denunció en enero de este año. “Lo que ha pasado es que en marzo, cuando se sacaron más de siete toneladas del agua, no se hizo una limpieza completa”, añade. La aparición de este “vertedero submarino”, sostiene Beldarrain, es fruto de “la incompetencia y la dejadez de las administraciones implicadas”, dice, en alusión al Ayuntamiento de la ciudad, la Agencia Vasca del Agua (URA) del Gobierno vasco y el Servicio de Costas del Gobierno central. Eguzki ya había denunciado hasta ocho vertidos diferentes contra el Urumea durante 2021, aunque ninguno de la magnitud que presentaba la montaña de desechos encontrados a comienzos de este año.
Las sospechas apuntan a que los últimos vertidos proceden de los restos de una o varias obras en viviendas. Por la cantidad de objetos encontrados, se presume que han tenido que intervenir varias personas en el lanzamiento de objetos al agua. El Consistorio tiene previsto visionar las grabaciones obtenidas de las cámaras de seguridad y de tráfico de la zona por si permiten encontrar alguna pista e identificar a los autores. “Es increíble que haya personas que utilicen el río como un vertedero, sin conciencia medioambiental alguna, en lugar de llevar sus residuos al vertedero correspondiente”, se lamenta la edil Garmendia.