EE UU sufre con la pandemia la caída de la esperanza de vida más brusca desde la Segunda Guerra Mundial
El descenso, a los 76,1 años, se ceba especialmente con el grupo de los indios americanos y los nativos de Alaska
Las curvas de esperanza de vida de un país son el relato de su historia. En el gráfico de Estados Unidos se apreciaban la gripe de 1918, la Gran Depresión y la Segunda Guerra Mundial. Ahora, la pandemia deja una nueva muesca para la historia. La esperanza de vida al nacer volvió a caer en 2021 por segundo año consecutivo, hasta bajar a los 76,1 años, según ...
Las curvas de esperanza de vida de un país son el relato de su historia. En el gráfico de Estados Unidos se apreciaban la gripe de 1918, la Gran Depresión y la Segunda Guerra Mundial. Ahora, la pandemia deja una nueva muesca para la historia. La esperanza de vida al nacer volvió a caer en 2021 por segundo año consecutivo, hasta bajar a los 76,1 años, según los datos provisionales difundidos este miércoles por las autoridades de salud pública. En los dos primeros años de pandemia el retroceso ha sido de 2,7 años, el más brusco desde 1943, cuando cayó de 66,2 a 63,3 años en plena Segunda Guerra Mundial.
La esperanza de vida al nacer mide cuántos años más en promedio pueden esperar vivir los recién nacidos si los patrones de mortalidad en un año determinado se mantienen durante el resto de sus vidas. La caída a 76,1 años deja la esperanza de vida en el nivel más bajo desde 1996, según el Centro Nacional de Estadísticas de Salud. Son niveles no vistos desde ese año tanto para los hombres (cuya esperanza de vida ha caído hasta los 73,2 años) como para las mujeres (79,1 años). Esa diferencia de seis años entre ambos sexos es también la mayor desde 1996.
La pandemia, que ha dejado más de un millón de muertos en Estados Unidos, más que en cualquier otro país del mundo, no ha golpeado a todos por igual. En Estados Unidos se ha cebado de forma muy especial con la población india americana y los nativos de Alaska, el grupo en el que ha descendido de forma más dramática. Para ellos, ahora se sitúa en 65,2 años, tras un retroceso de 6,6 años acumulado entre 2020 y 2021. La esperanza de vida de un nativo americano es ahora la que tenía un estadounidense medio en 1944.
La pérdida de esperanza de vida también ha sido mayor entre los hispanos (4,2 años) y afroamericanos (4 años) que entre los blancos no hispanos (2,4 años) y la población asiática (2,1 años). El exceso de muertes en estos dos años de pandemia ha reducido más la esperanza de vida de los hombres (3,1 años) que de las mujeres (2,3 años).
La gripe de 1918
Pese a lo trágico del coronavirus y el brusco deterioro de las estadísticas, se queda muy lejos de lo ocurrido con la gripe de 1918, la mal llamada gripe española. En aquel año la esperanza de vida se hundió drásticamente, al pasar de 50,9 a 39,1 años, siempre según los datos del Centro Nacional de Estadísticas de Salud. Aun así, un movimiento de la esperanza de vida medido en años, como el de 2020 y 2021, refleja un repunte muy fuerte de la mortalidad.
La disminución de la esperanza de vida es el saldo entre el aumento de la mortalidad por unas causas específicas y el descenso en otras. Obviamente, la covid ha sido la gran causante del retroceso, con la mitad de la contribución negativa, seguida a gran distancia por los accidentes y sobredosis de drogas (agrupados bajo el capítulo de lesiones involuntarias), ataques al corazón y suicidios. Además de su efecto directo, es más difícil medir cómo ha afectado indirectamente la covid al tratamiento de otras enfermedades por la saturación de los servicios sanitarios.
En cambio, ha disminuido la mortalidad por gripe común y neumonías y enfermedades respiratorias no asociadas a la covid, seguramente por las medidas de prevención como el uso de mascarillas o la distancia social, impuestas por el coronavirus, pero beneficiosas para evitar otras enfermedades. También ha disminuido la mortalidad por párkinson y alzhéimer y la derivada de complicaciones en la salud de recién nacidos.
La brusca caída de la esperanza de vida durante dos años consecutivos aleja aún más a Estados Unidos de otros países occidentales. Los problemas crónicos de cobertura sanitaria, la obesidad y las relativamente altas tasas de homicidios sitúan al país lejos de los niveles de Canadá, Australia, Japón y los países europeos más desarrollados, donde la esperanza de vida se sitúa por encima de los 80 años (en España en 2020 fue de 82,4 años). EE UU registra ahora niveles similares a los que se encontraban en 2019 (antes de la pandemia) países como Marruecos, Argelia, China o buena parte de los países de Sudamérica.
Los datos publicados por el Centro Nacional de Estadísticas de Salud son provisionales, estimaciones tempranas basadas en los certificados de defunción recibidos, procesados y codificados, pero no dados por definitivos. La información de los certificados de defunción puede ser revisada, y se pueden recibir certificados de defunción adicionales hasta aproximadamente seis meses después del final del año. Las variaciones de los datos definitivos con respecto a los provisionales no suelen ser grandes en los principales agregados.