Una diócesis de Nueva Jersey acuerda pagar 87,5 millones de dólares a 300 víctimas de abusos de la Iglesia
El pacto es uno de los de mayor envergadura en un caso de pederastia eclesial en la historia de Estados Unidos
La diócesis de Camden, en Nueva Jersey (nordeste de Estados Unidos), ha alcanzado un acuerdo para resolver las denuncias de cerca de tres centenares de víctimas que acusaron a miembros del clero de abusos sexuales cometidos durante décadas cuando aquellas eran menores. El obispado se ha comprometido a pagar 87,5 millones de dólares (80,65 millones de euros) para detener la avalancha de demandas en el que ya se considera uno de los ...
La diócesis de Camden, en Nueva Jersey (nordeste de Estados Unidos), ha alcanzado un acuerdo para resolver las denuncias de cerca de tres centenares de víctimas que acusaron a miembros del clero de abusos sexuales cometidos durante décadas cuando aquellas eran menores. El obispado se ha comprometido a pagar 87,5 millones de dólares (80,65 millones de euros) para detener la avalancha de demandas en el que ya se considera uno de los pactos de mayor envergadura de la historia de la Iglesia Católica en Estados Unidos. Supera en cuantía al caso de Boston, de 2003, tal vez el más sonado, cuya investigación retrató la oscarizada Spotlight (entonces se pagaron 84 millones), pero queda por detrás de los de California u Oregón.
El obispo Dennis J. Sullivan ha expresado este martes sus “más sinceras disculpas a todos aquellos afectados” en su diócesis. “Rezo por todos los supervivientes y prometo mi compromiso continuo para garantizar que esto nunca vuelva a suceder”, ha añadido Sullivan, líder de una comunidad que comprende seis condados al sur de Nueva Jersey (colindantes por el Oeste con la ciudad de Filadelfia) y cuenta con 62 parroquias y unos 486.000 fieles.
El pacto recién alcanzado, que supone una compensación de unos 300.000 dólares por demandante, podría ser solo el principio. Incluso aunque sea aprobado por un juez especializado en quiebras, este primer paso no es necesariamente definitivo por las particularidades del sistema judicial estadounidense. Según han explicado los abogados de los demandantes a The New York Times, el acuerdo abre la puerta a nuevos litigios contra las aseguradoras que representan a la diócesis y a las parroquias o escuelas donde esos abusos tuvieron lugar. Uno de esos letrados, Jeff Anderson, que representa a 74 demandantes, ha definido la noticia como “un triunfo del coraje de los supervivientes, que han sabido mantenerse unidos y fuertes”.
Anderson da nombre a una firma especializada en defender a víctimas de pederastia que se sumó a la causa en 2019 y elaboró un informe en el que identifica con nombres y apellidos a 306 “sacerdotes, miembros de órdenes religiosas, diáconos, monjas y hermanos y hermanas” acusados de “conductas sexuales impropias”, en casos que se remontan a finales de los años cincuenta, llegan hasta la década de los noventa y se produjeron sobre todo durante los setenta y ochenta.
En España, según la primera base de datos de referencia sobre los abusos en la Iglesia católica, clasificada de forma exhaustiva por EL PAÍS, se tienen constancia de 633 casos, que afectan a 1302 víctimas, aunque según los testimonios recogidos por este diario estas pueden ser en realidad miles.
El acuerdo de Nueva Jersey llega más de dos años después de que el Estado cambiara sus normas para ampliar las opciones de denuncia para las víctimas de los abusos de la Iglesia. La legislación actual les permite presentar demandas hasta cumplir los 55 años o dentro de los siete años posteriores a la primera vez que repararon en que el abuso les causó daño. Antes solo podían denunciar antes de llegar a los 20 años de edad o hasta dos años después de tomar conciencia del perjuicio sufrido.
Ese cambio en la ley acarreó un aluvión de denuncias (unas 55, en total) que provocó que se declarara en bancarrota la diócesis de Candem, camino que han tomado otras 30 de Estados Unidos, según cálculos de BishopAccountability.org, organización independiente dedicada a vigilar y denunciar los abusos de la Iglesia en este país.