La ómicron llega a China: claves de su mayor ola de covid y cómo afecta al resto del mundo
El número de casos es todavía insignificante en comparación con las cifras de occidente, pero pone en entredicho la estrategia covid cero de este y otros países asiáticos y de Oceanía
China vive su mayor rebrote de covid desde el comienzo de la pandemia en Wuhan en enero de 2020. Aunque muchas ciudades contabilizan récord en el número de contagios, las cifras son insignificantes en comparación con otros países: desde el comienzo de la crisis ha registrado 724.248 casos y 8.365 muertes por covid, según datos de la Universidad Johns Hopkins; una cifras que la la Comisión Nacional de Salud china reduce a 116.902 y 4.636, respectivamente. España, con una población 30 veces inferior, ha notificado 11,2 millones de casos y más de...
China vive su mayor rebrote de covid desde el comienzo de la pandemia en Wuhan en enero de 2020. Aunque muchas ciudades contabilizan récord en el número de contagios, las cifras son insignificantes en comparación con otros países: desde el comienzo de la crisis ha registrado 724.248 casos y 8.365 muertes por covid, según datos de la Universidad Johns Hopkins; una cifras que la la Comisión Nacional de Salud china reduce a 116.902 y 4.636, respectivamente. España, con una población 30 veces inferior, ha notificado 11,2 millones de casos y más de 100.000 decesos. En el presente brote, que afecta a 27 de las 31 provincias de China, se han alcanzado 1.437 nuevos contagios y 907 casos asintomáticos en un día, aunque la ciudad de Pekín no computa como positivos en su informe diario a menos que manifiesten síntomas.
La diferencia de esta ola con respecto a las anteriores es la tendencia al alza en el número de asintomáticos, que está dificultando las labores de rastreo, una parte esencial de la política de covid cero, según la cual los pacientes infectados y sus contactos cercanos deben permanecer aislados y bajo observación, generalmente en un centro de cuarentenas. Las autoridades sanitarias asocian este enorme incremento de los casos asintomáticos (la semana pasada sumaron un tercio de los contagios) al aumento de la incidencia de la variante ómicron, que ya es la más predominante en el país, así como a la alta tasa de vacunación.
¿Cuántas ciudades se han confinado?
Los confinamientos masivos se han decretado en Changchun, (9 millones de habitantes), Dongguan (10,4 millones) y Shenzhen (17,5 millones). La población deberá someterse a tres rondas de pruebas PCR. En las urbes confinadas se ha decretado el teletrabajo y se han prohibido los desplazamientos.
Una de las capitales afectadas es Shenzhen, con el confinamiento de la ciudad más poblada y con mayor importancia económica que se declara en China hasta la fecha. Desde este lunes se prohíben todos los trabajos no esenciales y se han suspendido los servicios de transporte público.
Además de estos cierres, un centenar de complejos residenciales distribuidos por toda la nación se encuentran en confinamiento. Actualmente, hay 15 zonas clasificadas de alto riesgo y 287 de mediano, lo que se traduce en test obligatorios para sus residentes y, en muchos casos, cuarentenas.
¿En qué consiste la política de covid cero?
La mayoría de los países del mundo han tratado de mitigar las consecuencias de la propagación del virus y minimizar contagios con ciertas restricciones sociales. Es el caso de España y todo occidente. Otros, como China, Australia o Nueva Zelanda, han ido más allá y han decidido contener el virus: establecer medidas muy restrictivas ante los primeros contagios para cortar todas las cadenas de transmisión e impedir así que la covid se propague. Esto ha incluido confinamientos generalizados en grandes ciudades con apenas unas decenas de casos y un control estricto de las fronteras exteriores.
¿Qué otras medidas toma China?
El país se apoya en el rastreo de los contagios a través de aplicaciones móviles, en el aislamiento y la observación de los pacientes infectados y todos sus contactos cercanos, en las pruebas PCR obligatorias a todos los residentes de determinadas zonas, en los confinamientos y en las estrictas políticas de cuarentena en la frontera. Desde marzo de 2020, China apenas expide visados y todo aquel que entra al país debe pasar 21 días de cuarentena en una habitación de hotel (cuyo coste corre a cuenta del viajero). Desde el inicio de la pandemia, China no ha relajado medidas como la obligatoriedad de escanear el código QR de salud antes de acceder a locales o llevar mascarilla al tomar el transporte público. No obstante, en los últimos días, las clases online y el teletrabajo han regresado a ciudades como Shanghái, donde también se está restringiendo la movilidad de los ciudadanos y se están limitando los aforos. La mayoría de provincias recomiendan no viajar, y, de hacerlo, se debe presentar una prueba PCR negativa 48 y 24 horas antes de partir.
¿Qué resultados ha dado la política de covid cero hasta ahora?
Durante las primeras olas de la covid, los países que han seguido esta estrategia consiguieron impedir la transmisión del virus y reducir drásticamente la mortalidad. El plan podría haber salido bien si la covid se hubiera erradicado. Pero con la enfermedad cada vez más extendida y con variantes más contagiosas se ha mostrado poco sostenible en el tiempo. “La estrategia de covid cero ha resultado ser un cierto espejismo, como lo fue la idea de la inmunidad de grupo. Y, ciertamente, ante variantes más contagiosas y ante menos eficacia de vacunas e inmunidad no funciona”, opina Daniel López Acuña, exdirector de Emergencias Sanitarias de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Además, apareja consecuencias negativas intangibles de las cuales no se verán las secuelas hasta dentro de unos años. Por un lado, el aspecto psicológico, pues, aunque la población haya demostrado ser extremadamente disciplinada a la hora de cumplir con las restricciones, el escrutinio constante en la vida de los ciudadanos empieza a pesar. Por otro lado, con la estricta política de cierre de fronteras, la población china se está aislando cada vez más del resto del mundo.
¿Es posible aplicar la estrategia cero covid en una ola de ómicron?
Los datos muestran que es casi imposible frenar a la ómicron, el virus que más rápidamente se ha propagado en la historia de la humanidad. Australia, que llevaba casi dos años con el virus a raya, sufrió una explosión de casos a principios de enero. Lo mismo ha sucedido en febrero en Nueva Zelanda y Corea del Sur. Ahora es China la que está sufriendo un repunte, pero todavía con unas cifras ridículas en comparación con sus vecinos o con las que han sufrido los países occidentales. Según los datos del repositorio Our World in Data, la incidencia acumulada a 14 días es de 0,4 casos por 100.000 habitantes, mucho menos de lo que ha registrado España en cualquier momento de la pandemia (el viernes era de 430). Mar Faraco, presidenta de la Asociación de Médicos de Sanidad Exterior, ve muy difícil que en esta ocasión sea capaz de contener al virus, aunque reconoce que China es capaz de poner en marcha medidas “inimaginables en occidente”.
¿Cómo de extendida está la vacunación en China?
Según los últimos datos, el 87,4% de sus 1.402 millones de habitantes ha recibido la pauta completa de la vacuna. Al contrario que en Europa o Estados Unidos, la campaña de vacunación entre los ancianos se inició después de haber vacunado a gran parte de la población adulta, por eso preocupa que en esta nueva ola sean los mayores quienes corran más riesgo de contagiarse. Actualmente, de los 210 millones de personas mayores de 60 años del país, el 79,5% ha recibido las dos dosis.
¿Influye la inmunidad generada en China en la propagación del virus?
El hecho de haber tenido tan pocos contagios puede hacer más severa una ola de covid, ya que la inmunidad natural es prácticamente inexistente y los casos graves en personas vulnerables, que en otros lugares se han ido repartiendo a lo largo de las sucesivas ondas, se pueden concentrar ahora si la propagación es muy alta. Además, todas las vacunas se han mostrado menos eficaces cuanto más tiempo ha pasado del pinchazo y a medida que el virus ha mutado. “Ya hemos visto que la ómicron se contagia también con personas vacunadas y no impide la propagación, y esto aplica también para las vacunas chinas”, dice Faraco. A esto suma que el nivel de personas mayores con dosis de refuerzo en China es bajo, lo que puede aumentar la morbilidad de la covid.
¿Cómo puede afectar este confinamiento a la cadena mundial de suministros?
Shenzhen es, además del centro tecnológico más importante de China, una de las principales ciudades portuarias del país. El cierre que, en principio, se extenderá una semana, ya afecta al principal fabricante de iPhone y otros productos de Apple, Hon Hai Precision. Cuando el verano pasado las autoridades interrumpieron las operaciones en el puerto de Yantian durante cuatro semanas para hacer frente a un rebrote, se produjo un retraso en los envíos que tardó meses en solventarse. Yantian es el cuarto puerto del mundo y procesa aproximadamente el 90% de los envíos de productos electrónicos de China.
Muchos de los almacenes repartidos por la ciudad han cerrado. No obstante, los conductores de camiones que den negativo en las próximas horas tendrán permitido salir de Shenzhen, por lo que no debería afectar de manera notable el funcionamiento de la cadena mundial.
¿Cómo puede influir en el curso de la pandemia una gran ola en Asia?
La ola que están sufriendo en Asia y Oceanía se corresponde a la de ómicron que azotó a Europa y Estados Unidos a partir de las Navidades. Muchos expertos ya preveían que, ante la contagiosidad de esta variante, inevitablemente se iba a expandir por el resto del mundo, cosa que ahora está sucediendo. “Más que por lo que nos pase a nosotros, me preocupa lo que suceda a la propia China, donde han estado muy poco expuestos al virus”, responde Faraco, quien advierte de que cuanto más se propague, más riesgo hay de nuevas variantes. Coincide en este punto López Acuña: “Tenemos que pensar en no lanzar campanas al vuelo en Europa creyendo que todo ha terminado”. Al exdirectivo de la OMS le preocupa también el estancamiento, incluso el repunte del virus en algunos países occidentales y la relajación de las medidas en la mayoría de ellos: “Yo pienso que no se trata de algo pasajero, pero aún no podemos decir que sea el inicio de una séptima ola”.