La Iglesia vasca entona el ‘mea culpa’ por los casos de pederastia en su seno

El obispo de Vitoria reconoce que el clero ha “llegado tarde”. “Hemos mirado para otro lado”, afirma un sacerdote de Bizkaia

El obispo electo de Bilbao, Joseba Segura Etxezarraga (en el centro), antes de la toma de posesión de su cargo en enero de este año.Javier Zorrilla (EFE)

Juan Carlos Elizalde, obispo de Vitoria, es tajante ante las denuncias de abusos a menores en la Iglesia: “Jamás tuvo que haberse dado nada parecido (...) Pese a que todos hemos llegado tarde, lo más importante es que aún estamos a tiempo para lograr justicia, reparación, acompañamiento y prevención”, escribió en una carta pastoral la semana pasada. El sacerdote vizcaíno Carlos Olabarri, director de la Comisión ...

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Juan Carlos Elizalde, obispo de Vitoria, es tajante ante las denuncias de abusos a menores en la Iglesia: “Jamás tuvo que haberse dado nada parecido (...) Pese a que todos hemos llegado tarde, lo más importante es que aún estamos a tiempo para lograr justicia, reparación, acompañamiento y prevención”, escribió en una carta pastoral la semana pasada. El sacerdote vizcaíno Carlos Olabarri, director de la Comisión de Protección de Menores y Prevención de Abusos creada en 2019 por la diócesis de Bilbao, también ha entonado este fin de semana en una eucaristía el mea culpa por los casos de pederastia que se están investigando: “No andamos tarde; andamos demasiado tarde. Es verdad, hemos ocultado, hemos encubierto, hemos mirado para otro lado”. La Iglesia vasca asume de este modo sus pecados y se compromete a colaborar en el esclarecimiento de “estos crímenes”, según el prelado Elizalde.

El obispado vizcaíno ha informado este lunes de que ha recibido hasta ahora una veintena de denuncias de abusos, de las cuales seis afectan a sacerdotes diocesanos sobre los que ya se desarrollan investigaciones. La Vicaría General vizcaína dirigió este pasado fin de semana a los feligreses una carta que se leyó en las misas del domingo. “El hecho de que se trate de un problema extendido no nos exime de nuestras obligaciones morales específicas ante el conjunto de la sociedad”, decía la misiva. “Queremos escuchar a las víctimas, investigar, reparar y, sobre todo, sanar las heridas de quienes han sufrido cualquier tipo de abuso, independientemente del momento en el que se haya producido. Y ello porque el dolor padecido no prescribe”.

En una de esas eucaristías, Olabarri, párroco de Gernika, además de leer el comunicado oficial, hizo una breve introducción en la que proclamó: “Las únicas víctimas son los niños. No son la iglesia, ni los curas, ni la diócesis, ni las parroquias”. Además, admitió los errores cometidos por las instituciones eclesiales al afirmar que han hecho “las cosas mal”, aunque “eso no quita que lo que se está intentando hacer ahora tenga cierto valor”, aseguró en relación a las investigaciones que está tramitando la Iglesia. La diócesis de Bilbao ya había reconocido la labor realizada por el diario EL PAÍS en su Informe sobre casos de abusos de menores en la Iglesia española, publicado el 19 de diciembre de 2021 y que ya suma 611 casos de pederastia en el seno de la Iglesia y 1.246 víctimas.

Con el mismo tono de pesar y arrepentimiento, el obispo Elizalde asegura en la carta pastoral que lo sucedido es inadmisible, debe ser corregido y precisa de una investigación en la que tiene que colaborar la Iglesia. Es muy crítico con los religiosos y seglares que han podido intervenir en los casos de pederastia: “Esas personas que han aprovechado su posición en la Iglesia para cometer estos crímenes nunca debieron haber ostentado ninguna responsabilidad pastoral y mucho menos con menores”. Y añade: “lo que se ha hecho nos duele sobremanera y nos entristece profundamente y a la misma vez nos anima a estar atentos ante cualquier señal de sospecha ahora y en el futuro”.

El prelado de Vitoria afirma que en su diócesis se está trabajando para que “no se repita” este problema y garantiza que no se escatimarán esfuerzos en ello y “en acompañar a las personas que sufrieron estos atroces hechos en su niñez, hayan o no prescrito por la vía civil o haya fallecido el abusador”. “Esta Iglesia quiere caminar en la verdad, por muy incómoda que ésta sea, unas veces para unos y otras para otros. Decir la verdad, como ejercicio de transparencia y honradez, es una forma más de estar junto a las víctimas y demostrarles que no hay ocultación ni silencio ante lo que les sucedió”, señala en su misiva.

La diócesis de Vitoria, dice su máximo responsable, está tratando de “acompañar a las víctimas” al mismo tiempo que apoya que las investigaciones judiciales se lleven a cabo “con la colaboración de la Iglesia”. Elizalde opina que la propuesta de que el Defensor del Pueblo, como “figura independiente y autónoma”, dirija la redacción de un informe con la ayuda de expertos y de representantes eclesiales es “una medida más de transparencia y justicia”.

Si conoce algún caso de abusos sexuales que no haya visto la luz, escríbanos con su denuncia a abusos@elpais.es

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