La trama del falso oro verde: desmantelada una red que comercializaba aceite de oliva virgen extra fraudulento
La Guardia Civil interviene en Sevilla 50.000 litros de aceite no apto para el consumo que se embotellaba y etiquetaba sin control sanitario bajo una denominación de origen protegida
Para la mirada desprevenida del consumidor común que hace la compra de manera automatizada y que no se fija con atención en los productos que coge del supermercado, el envase y el etiquetado de la botella de aceite virgen extra que metía en el carro era el de una de las marcas comercializadas bajo una Denominación de Origen Protegida de la provincia de Sevilla. Pero al llegar a casa el sabor no tenía nada que ver. Las llamadas de clientes quejándose se multiplicaron tanto en la sede de la empresa como en la de la Denominación de Origen. Cuando les solicitaron una foto de la botella para locali...
Para la mirada desprevenida del consumidor común que hace la compra de manera automatizada y que no se fija con atención en los productos que coge del supermercado, el envase y el etiquetado de la botella de aceite virgen extra que metía en el carro era el de una de las marcas comercializadas bajo una Denominación de Origen Protegida de la provincia de Sevilla. Pero al llegar a casa el sabor no tenía nada que ver. Las llamadas de clientes quejándose se multiplicaron tanto en la sede de la empresa como en la de la Denominación de Origen. Cuando les solicitaron una foto de la botella para localizar el lote, los responsables de esta última constataron que el nombre de la etiqueta tenía trampa. “Era el mismo nombre salvo por una sola letra, lo que puede fácilmente despistar e infundir a error”, precisan a este diario fuentes del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida afectada.
Su denuncia ante la delegación de Agricultura y Consumo de la Junta de Andalucía ha propiciado el desmantelamiento por parte de la Guardia Civil de una red que comercializaba de manera irregular aceite de oliva virgen extra que, en realidad, era una mezcla de orujo con semilla (girasol). En el momento de su detención los responsables pretendían introducir en el mercado 50.000 litros de aceite fraudulento y tenían preparadas otras 50.000 etiquetas falsificadas listas para colocar en las garrafas que embotellaban.
Los investigadores han detenido a cuatro personas, que se encuentran en libertad con cargos por un delito contra la propiedad intelectual y contra la salud pública. Los encausados operaban en dos naves de envasado en las localidades sevillanas de Osuna y El Viso del Alcor y ya eran conocidos por parte de los responsables de la denominación de origen perjudicada. “Tenían antecedentes por fraude alimenticio. No era la primera vez que habían falsificado aceite”, indica a este diario. El grado de sofisticación de la red era tal que habían contactado con el fabricante que suministraba las garrafas para los productores del aceite original para garantizar que el de ellos fuese similar, explican fuentes de la investigación.
El aceite intervenido se distribuía en distintos comercios y portales de Internet para su venta en Sevilla y otras provincias, de acuerdo con la información facilitada por la Guardia Civil. Tampoco era apto para el consumo “por no existir trazabilidad y ser el resultado de la mezcla de otros aceites”, explican los investigadores. El embotellado y el etiquetado también se realizaba sin ningún tipo de control sanitario. El código de barras EAN pertenecía a unas libretas de bolsillo de una empresa de papelería con sede en Valladolid, explican fuentes de la investigación.
Desde el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida bajo la que los detenidos intentaron comercializar su aceite, reconocen que su departamento de calidad atiende a las llamadas de los usuarios que preguntan por el sabor de los aceites “En muchos casos es más por el sabor amargo y hay que explicarles que se trata de aceites procedentes de aceitunas recién cogidas, pero también detectamos muchos fraudes que ponemos en conocimiento de las autoridades, como en este caso”, explican las fuentes consultadas. “Estamos vigilantes ante cualquiera que pueda hacer un mal uso de nuestra denominación de origen, porque nuestra prioridad es proteger el reconocimiento de la marca y la calidad de un territorio”, añaden. Bajo el sello de su denominación de origen operan dos grandes envasadoras que comercializan 15 marcas de aceites.
Mayor control de la calidad en el mercado
Aunque la cantidad intervenida —50.000 litros de aceite, 24.400 embotellados en garrafas de cinco litros y 30.000 localizados en depósitos― es anecdótica, si se tiene en cuenta que al año se comercializan 500 millones de litros de aceite de oliva en España (según los datos de Anierac, la asociación nacional de industriales envasadores y refinadores de aceites comestibles), su director general, Primitivo Fernández, reconoce a este diario que cualquier caso, por mínimo que sea, provoca una mala imagen en el sector y que ellos son los primeros interesados en que se actúe con contundencia. Fernández explica que todas las empresas que forman parte de Anierac cada vez que detectan alguna anomalía la ponen en conocimiento de las autoridades competentes.
Desde la organización de consumidores Facua su secretario general y portavoz, Rubén Sánchez, reclama más inspecciones por parte de las administraciones y que se den a conocer las multas impuestas en los casos de fraudes en la comercialización del aceite de oliva. Con más de 2,75 millones de hectáreas de olivar, España es principal productor y exportador de aceite de oliva del mundo. El mercado sufre desde hace décadas frecuentes fraudes en el comercio por la falta de mecanismos por parte de la distribución y las envasadoras de mantener niveles de calidad, una situación que el decreto de calidad y trazabilidad del aceite de oliva y orujo de oliva que el Gobierno aprobó en verano del año pasado busca paliar. La nueva norma restringe el uso del término “virgen” y “virgen extra” y refuerza la prohibición de mezclar aceite de oliva con otros aceites.
“Nuestros productores han mejorado extraordinariamente los criterios y estándares de calidad del aceite de oliva”, explica a este diario Rafael Pico, presidente de Asoliva, la principal asociación de exportadores de aceite de oliva. “Ante casos como el de Sevilla, en el que se han mezclado los aceites, se debe actuar de manera contundente porque supone un perjuicio y tiene repercusión y afecta a nuestra imagen internacional”, sostiene.