Uno de los cinco condenados de La Manada admite por primera vez la violación en grupo de Pamplona y pide perdón a la víctima
José Ángel Prenda cambia su versión y reconoce por carta los hechos ocurridos en los sanfermines de 2016. La abogada de la joven ve “una maniobra para pedir beneficios penitenciarios”
José Ángel Prenda, uno de los cinco condenados en el caso de La Manada, ha reconocido la violación en grupo a una joven madrileña en los sanfermines de 2016 por la que fue castigado a 15 años de cárcel junto a sus amigos Alfonso Jesús Cabezuelo, Ángel Boza, Antonio Manuel Guerrero y Jesús Escudero. En una carta que ha adelantado El Periódico de Cataluña y cuya autoría ha conf...
José Ángel Prenda, uno de los cinco condenados en el caso de La Manada, ha reconocido la violación en grupo a una joven madrileña en los sanfermines de 2016 por la que fue castigado a 15 años de cárcel junto a sus amigos Alfonso Jesús Cabezuelo, Ángel Boza, Antonio Manuel Guerrero y Jesús Escudero. En una carta que ha adelantado El Periódico de Cataluña y cuya autoría ha confirmado a EL PAÍS su abogado Agustín Martínez, Prenda admite por primera vez los hechos por los que cumple prisión y pide además perdón a la víctima, una joven madrileña. De momento es el único que ha admitido las violaciones.
La misiva, escrita a mano en la cárcel de Puerto III (Cádiz), está fechada el 22 de julio y fue enviada a la Sección Segunda de la Audiencia de Navarra. “Por medio del presente escrito quiero manifestar a título personal […] mi total arrepentimiento por el delito por el cual cumplo esta condena y mi solicitud personal de perdón a la víctima por los daños causados, los cuales lamento profundamente, y así mismo a sus familiares directos”, dice la carta, a la que ha tenido acceso El Periódico de Cataluña. En la misiva, señala además: “Que, por favor, conste en mi ejecutoria y expediente penitenciario esta solicitud [de perdón] por escrito y se me dé copia de la misma”. El propio letrado de El Prenda, que se desmarca de esta carta en conversación telefónica, señala que cree que su cliente lo ha hecho para reducir condena y que le resulte más fácil acceder al tercer grado.
La joven a la que agredieron los cinco de La Manada recibió la noticia con escepticismo, tal como relata su abogada a EL PAÍS, que también ve “una maniobra” en esta actuación de El Prenda. “Lo único que ha considerado la víctima de este testimonio es que por fin ha reconocido el delito”, señala al teléfono la abogada Teresa Hermida. La letrada considera “que el perdón que está pidiendo es ficticio” y que se trata de “una maniobra para conseguir beneficios penitenciarios”.
Por ello, pide que esta carta sea revisada con cuidado. “La junta de evaluación de la prisión y el director, junto con el juez de vigilancia penitenciaria, deberán valorar si es un perdón sincero, pero no es creíble. Lo primero que pensé yo es que tenía una cara tremenda”, añade Hermida. Asegura además que esta carta manuscrita no cumple tampoco la función de reparar el daño de la víctima: “Hablé con ella cuando nos la notificaron. Ella aún lo está asimilando”. La abogada recuerda que no es la primera misiva que envía El Prenda y que la anterior, que escribió desde la prisión en 2018, en la que se dirigía a la víctima, le señalaba justo lo contrario, que era ella la que debía admitir que se lo había inventado: “A ver si algún día dices la verdad”.
En junio de 2019, el Tribunal Supremo elevó de nueve a 15 años la condena al considerar que el caso no fue un abuso sexual sino una violación en grupo. El tribunal, tras escuchar en una vista pública los recursos de las acusaciones y las defensas contra la sentencia dictada por el Tribunal Superior de Justicia de Navarra (que ratificó la de la Audiencia de Navarra), revocó las sentencias y calificó los hechos como un delito continuado de violación. Los magistrados aplican además dos agravantes que elevaron la pena: trato vejatorio y actuación conjunta de dos o más personas.
El Supremo estimó que la víctima sufrió una “situación intimidante” que hizo que ella misma “adoptara una actitud de sometimiento, haciendo lo que los autores le decían que hiciera ante la angustia e intenso agobio que la situación le produjo por el lugar recóndito, angosto y sin salida en el que fue introducida a la fuerza”. Los magistrados consideraron que los acusados se “aprovecharon” de estas circunstancias para atacar a la joven, que sufrió al menos “10 agresiones sexuales con penetraciones bucales, vaginales y anales”.
En diciembre de 2018, el Tribunal Superior de Navarra (TSJN) decidió mantener la condena de nueve años de prisión impuesta en abril de ese año por un delito de abuso sexual. El fallo incluyó un voto particular de dos magistrados, que solicitó que las condenas fueran por violación (agresión sexual con violencia o intimidación) a la joven madrileña, que tenía 18 años aquel 7 de julio de 2016. En junio de 2018, los cinco acusados habían sido puestos en libertad provisional hasta que la condena fuera firme, una decisión tomada por la misma sala de la Audiencia Provincial de Navarra que les había condenado. La sentencia por abuso sexual y no violación, y la posterior decisión de poner en la calle a los cinco miembros de La Manada, provocó una ola de protestas e indignación en las calles de España.