Más asesinatos machistas en 30 días que en los cuatro primeros meses de 2021
La violencia de género sigue disparada tras el estado de alarma. Igualdad ultima un diagnóstico e Interior crea una herramienta para aprovechar las denuncias de allegados
Los crímenes machistas se han disparado en poco más de un mes. Desde el pasado 17 de mayo han sido asesinadas 12 mujeres. En los primeros cuatro meses del año, otras ocho perdieron la vida a mano de sus parejas o exparejas en un goteo que parece incesante y que ha llevado a las instituciones, con el Ministerio de Igualdad a la cabeza, a elaborar un diagnóstico y buscar fallos y nuevas soluciones. La delegada del Gobierno contra la Violencia de Género, Victoria Rosell, ha señalado este jueves que uno de los ejes de ese diagnóstico será el de reducir de “la gran bolsa de violencia silenciada y q...
Los crímenes machistas se han disparado en poco más de un mes. Desde el pasado 17 de mayo han sido asesinadas 12 mujeres. En los primeros cuatro meses del año, otras ocho perdieron la vida a mano de sus parejas o exparejas en un goteo que parece incesante y que ha llevado a las instituciones, con el Ministerio de Igualdad a la cabeza, a elaborar un diagnóstico y buscar fallos y nuevas soluciones. La delegada del Gobierno contra la Violencia de Género, Victoria Rosell, ha señalado este jueves que uno de los ejes de ese diagnóstico será el de reducir de “la gran bolsa de violencia silenciada y que no se denuncia”. “Hay que avanzar en la detección”, ha dicho.
Distintos especialistas habían alertado de que la cifra se dispararía tras el fin del estado de alarma. Los meses de confinamiento estricto acabaron a mediados de 2020, pero hasta este 8 de mayo han seguido las duras restricciones que impedían moverse entre comunidades o hacerlo, incluso, entre barrios de una misma ciudad. Durante el confinamiento hubo menos asesinatos porque los agresores tenían el control sobre las víctimas: no necesitaban matarlas. Rosell señaló recientemente en una entrevista con este periódico: “La covid-19 es una pandemia sobre otra pandemia, la violencia de género. Al levantarse las restricciones, aflora la que había debajo”. Son 1.098 mujeres muertas desde 2003.
En ese listado que no cesa hay adolescentes que acababan de ser madres, como Rocío Caíz, de 17 años, asesinada y descuartizada por su novio en Estepa (Sevilla). Mujeres como Lucía Dotto, directora de una cadena de hoteles de lujo, a la que su hijo encontró muerta al volver de clase. O como María Teresa Aladro, Tere, a la que su exmarido mató con una escopeta de caza. Trabajaba en una residencia y se acababa de separar. En las imágenes de su entierro, su hijo, desconsolado, se abraza al abuelo materno. En memoria de todas ellas, con la indignación y la rabia a flor de piel después de que se conociera en apenas horas la suerte de Anna y Olivia, las niñas de Tenerife a las que su padre mató para después arrojar al mar, y de Rocío Caíz en Sevilla, miles de personas se lanzaron a las calles el pasado viernes en una convocatoria organizada de manera espontánea para concentrarse ante todos los ayuntamientos de España. “Nos están asesinando y nos queremos vivas”, clamaban las manifestantes, sobre todo mujeres de diferentes edades.
La última víctima se llamaba Consuelo. Tenía 81 años. Fue asesinada este martes en Madrid a martillazos por su marido, Eduardo. “Pasen, la he matado”, le dijo el anciano a los policías nacionales que llegaron a la vivienda. Según los primeros datos, Consuelo no había presentado denuncias, como ocurre con la mayoría de las mujeres asesinadas. El 80% de ellas nunca lo hicieron. Esa bolsa oculta de casos que nunca llegan a las instituciones es uno de los grandes agujeros del sistema que las instituciones buscan solucionar. “La vía policial y judicial es una puerta estrecha para algunas y a veces cerrada para las más vulnerables”, según ha dicho Rosell este jueves en una comparecencia institucional.
No acuden a la policía ni a los jueces por múltiples razones: no son conscientes del riesgo que corren, temen por su vida o la de sus hijos, no tienen red para irse y dejarlo todo atrás o desconfían del sistema, que muchas veces las revictimiza. El Ministerio de Igualdad está elaborando un diagnóstico sobre cómo mejorar la lucha contra la violencia machista. Tras la recepción de las diferentes aportaciones, están iniciando la fase de análisis, ha aclarado Rosell. No han fijado una fecha concreta para la presentación de los resultados de ese diagnóstico, que Igualdad anunció tras la semana del 17 de mayo, en la que fueron asesinadas cinco mujeres, una de ellas embarazada, y un niño de seis años. Aquella semana, con todo, no ha sido la más negra desde que hay datos, ha aclarado la delegada. Sería la quinta con cinco asesinatos de mujeres. En la semana del 19 de febrero de 2017, fueron asesinadas seis mujeres por sus parejas o exparejas.
Igualdad ha analizado con las comunidades autónomas, otros ministerios y distintas organizaciones cómo funcionan las herramientas existentes y cómo mejorarlas. La delegada del Gobierno, Victoria Rosell, ofrecerá los primeros datos de ese diagnóstico este jueves. El miércoles se han reunido con el Ministerio de Interior para analizar “vías de refuerzo de los protocolos y herramientas contra la violencia de género”, según una nota de Igualdad.
Han avanzado algunos datos de un proyecto que busca que sean otros quienes den la voz de alarma para protegerlas. Se llama Formulario Cero, estará listo “en las próximas semanas” y prevé que las medidas de vigilancia se activen también cuando quienes acudan a las comisarías sean los allegados, algo que sucede de forma muy residual porque el entorno no siempre sabe identificar el problema ni cómo ayudar. El objetivo, según la nota oficial, es “aprovechar los testimonios de los familiares o integrantes del entorno social de una mujer víctima de maltrato para generar mecanismos policiales de protección y ayuda, aunque esta decida no denunciar a su agresor”. El protocolo policial que siguen las mujeres que acuden a las comisarías, el llamado sistema VioGen, se centra en su respuesta a un cuestionario prefijado que, desde hace apenas tres años, incluye también preguntas específicas sobre el riesgo concreto que corren sus hijos.
Las denuncias del entorno siguen siendo muy bajas: apenas suponen el 2% de todas las que llegan a los tribunales. Lo recordaba recientemente la nueva fiscal de sala de Violencia sobre la Mujer, Teresa Peramato, en una entrevista con este periódico: “Es difícil de entender [el bajo número de denuncias del entorno]. Sabemos que las víctimas cuentan lo que sufren a su entorno y a los profesionales sanitarios”. Entre las llamadas que se hacen al 016, que fueron 8.239 en mayo, el 6,2% proceden de allegados. “Hay que hacer incidencia en toda la sociedad: podemos salvar vidas, podemos ayudar a las víctimas”, ha pedido Rosell.
La psicóloga experta en violencia machista Marisol Rojas lanza un mensaje para ese círculo cercano de las víctimas: “Les pido que tengan contacto con ella a diario, que estén pendiente de si algo ocurre, que tengan algún tipo de código por si la mujer maltratada no puede hablar en libertad”.
Rojas también da un consejo a otras víctimas que puedan encontrarse en una situación de riesgo: “Mi recomendación es que siempre estén atendidas por los servicios de atención a la mujer, que se vinculen a ellos y expresen siempre lo que les pasa y su situación. Tienen que tener apoyo familiar, vecinos, amigos que sepan la situación, gente que pueda ayudarlas en un determinado momento y que estén pendiente de ellas. Siempre pueden acudir a la policía aunque no se atrevan a poner denuncia. Pero dejar constancia de la situación que viven. El apoyo es importante, que sientan que no están solas”.
El 016 atiende a todas las víctimas de violencia machista las 24 horas del día y en 52 idiomas diferentes, al igual que el correo 016-online@igualdad.gob.es. También se presta atención mediante WhatsApp a través del número 600 000 016 y los menores pueden dirigirse al teléfono de la Fundación ANAR 900 20 20 10.