España comenzará a probar el sistema para el certificado vacunal el 10 de mayo
La Comisión Europea, que ultima los detalles técnicos del documento, calcula que estará “completamente operativo” el 1 de junio
El complejo sistema técnico del certificado vacunal de la Unión Europea, el documento destinado a facilitar los viajes de los turistas en este verano de transición hacia un continente inmunizado, se encuentra prácticamente listo. La solución consiste en una pasarela o puerta de enlace que conectará la información de los ciudadanos entre los distintos sistemas nacionales y comenzará a ser probada esta semana próxima, según indican fuentes d...
El complejo sistema técnico del certificado vacunal de la Unión Europea, el documento destinado a facilitar los viajes de los turistas en este verano de transición hacia un continente inmunizado, se encuentra prácticamente listo. La solución consiste en una pasarela o puerta de enlace que conectará la información de los ciudadanos entre los distintos sistemas nacionales y comenzará a ser probada esta semana próxima, según indican fuentes de la Comisión Europea. A partir del 10 de mayo, un primer grupo de 15 países de la UE, entre los que se encuentran España, Francia, Italia y Grecia, se incorporarán a las pruebas. El objetivo es que la solución técnica esté “completamente operativa” para este primer grupo de Estados el 1 de junio, según un alto funcionario europeo.
El certificado vacunal será un documento físico o digital con un código QR al cual estará asociada la información relacionada con la covid-19 de su portador: si ha sido inmunizado mediante inyección, si ha pasado la enfermedad y tiene anticuerpos, o el resultado de una prueba PCR reciente. La idea es que cualquier ciudadano pueda solicitar en cualquier Estado europeo que se añada esta información al certificado de modo que, tras una comprobación ―en una frontera, un aeropuerto o, quizás en el futuro, incluso a la entrada de un concierto― se pueda verificar y validar el contenido.
El desarrollo técnico del mal llamado pasaporte vacunal (la denominación oficial es Certificado verde digital) se puso en marcha hace seis semanas, después de que el Ejecutivo comunitario lanzara la propuesta llamada a reactivar la libre circulación, y ha discurrido en paralelo al proyecto legal (aún en fase de negociación) que regulará los usos y el alcance del certificado. La Eurocámara y el Consejo Europeo, los órganos colegisladores de la UE, tienen previsto sentarse a discutir los detalles del reglamento esta semana y se espera su adopción de forma urgente, en junio. La idea de Bruselas ha sido avanzar en ambos carriles ―técnico y legislativo― de forma sincronizada para que en cuanto la regulación entre en vigor, los sistemas puedan ser usados de inmediato por los ciudadanos, que tendrán un pie ya casi en las puertas de embarque. “El objetivo es que el sistema entre en vigor en verano; esto quiere decir antes de julio”, han apuntado fuentes del Ejecutivo comunitario. La fase de pruebas será en un entorno aún cerrado, entre los Estados y la Comisión, sin acceso de los ciudadanos.
La solución tecnológica, liderada por las firmas alemanas de servicios informáticos T-Systems (parte del grupo Deutsche Telekom) y SAP, enlazará entre los distintos sistemas nacionales la información de los portadores del documento, pero sin poner en riesgo la privacidad, mediante un método de claves encriptadas, según explican responsables del proyecto en estas compañías. “Es un sistema muy sencillo, pero también muy sólido que no puede ser hackeado”. El entorno desarrollado, al que también han contribuido con propuestas varios países, triangulará las claves públicas (pero no los datos personales) desde las distintas redes nacionales a través de una pasarela informática alojada en el Centro de Datos Corporativo de la Comisión, situado en Luxemburgo.
Aplicaciones
Las compañías tecnológicas alemanas han creado tres aplicaciones que serán clave para la puesta en marcha del sistema. Por un lado, han desarrollado una que permite expedir los certificados verdes. Por otro, han creado una aplicación “monedero”, similar a la que ya ofrecen algunos móviles (como Wallet, en los iPhone), donde los ciudadanos podrán almacenar los certificados. Y por último, se ha trabajado en un programa de validación, que posibilitará la lectura o escaneo de los códigos QR, y dará luz roja o verde (de ahí el nombre del documento) al viaje del ciudadano.
La Comisión ha puesto a disposición de los Veintisiete, en formato de código abierto, las plantillas de las aplicaciones desarrolladas, según han indicado fuentes comunitarias. Tanto la aplicación de tipo monedero como la de verificación de códigos QR estarán disponibles para su descarga por parte de todos los ciudadanos, y serán compatibles con los sistemas operativos habituales de móviles (Android e iOS).
Potencial para otros usos
En previsión de una posible generalización del uso del certificado para entrar a diferentes espacios o lugares, la solución tecnológica hará posible, siempre y cuando las legislaciones nacionales lo permitan, su uso para acceder a eventos privados, ya que las aplicaciones de verificación de códigos QR serán de descarga pública y, en teoría, cualquiera podría usarla. La solución tecnológica impulsada por Bruselas también hará “técnicamente posible” el vínculo con los sistemas similares de países de fuera de la UE, han añadido fuentes de la Comisión.
El Ejecutivo comunitario cuenta con un presupuesto que ronda los 45 millones de euros para poner en marcha este proyecto, entre los que figuran 11,5 millones de los contratos con las multinacionales desarrolladoras del sistema, y hasta un millón por país para ayudar a la implementación tecnológica y la conexión a la pasarela europea.
El arranque la semana que viene de las pruebas técnicas y de seguridad del sistema coincidirá con las discusiones entre el Consejo y la Eurocámara para ultimar el alcance de los certificados vacunales. La batalla entre ambos se prevé intensa y breve. Mientras el Parlamento propone que se exima de pruebas PCR y cuarentenas adicionales a los turistas vacunados, el Consejo (órgano que representa a los Estados miembros) pretende que los gobiernos se reserven la posibilidad de imponer restricciones a los viajeros, incluso a los que lleguen provistos de un documento que acredite haber recibido una vacuna contra la covid-19. Los eurodiputados, además, quieren que las PCR sean gratuitas para quienes se les exija de forma obligatoria al viajar, con el fin de evitar que el certificado covid sea discriminatorio.