Cuba vive el peor rebrote de casos y anuncia medidas drásticas contra la propagación de la covid-19
El Gobierno considera “alarmante” la subida de casos, sobre todo en La Habana
El escenario se complica día a día en Cuba durante la tercera ola de la epidemia de coronavirus, más aún en La Habana, donde se concentran la mayoría de los casos y las autoridades consideran “alarmante” la situación. Con las vacunas cubanas todavía en última fase de ensayos clínicos y el agobiante incremento de la presión sobre hospitales y centros de salud, en estos momentos con 25.000 ingresados, entre enfermos y pacientes sospechosos o en vig...
El escenario se complica día a día en Cuba durante la tercera ola de la epidemia de coronavirus, más aún en La Habana, donde se concentran la mayoría de los casos y las autoridades consideran “alarmante” la situación. Con las vacunas cubanas todavía en última fase de ensayos clínicos y el agobiante incremento de la presión sobre hospitales y centros de salud, en estos momentos con 25.000 ingresados, entre enfermos y pacientes sospechosos o en vigilancia por covid-19, los primeros días de abril han superado los peores pronósticos: desde hace una semana, el promedio es de casi 1.100 casos diarios, un 31% más que al cierre de marzo.
En la capital cubana, la tasa de incidencia en los últimos 15 días es de 343 casos por cada 100.000 habitantes, más del triple que en el resto de la isla. “Alarmante inicio de abril, con promedio diario de más de mil casos, la mayoría en La Habana. En próximas horas habrá medidas de cierre más drásticas, como ante el primer rebrote de covid-19”, anunció el presidente cubano Miguel Díaz-Canel, en un mensaje de Twitter.
Díaz-Canel aseguró que la “baja percepción de riesgo es el mayor peligro”, y advirtió que pasaran meses para que las vacunas cubanas estén listas para su uso masivo y “Cuba quede completamente inmunizada”. Según el presidente cubano, ya 90.000 voluntarios participantes en la tercera fase de los ensayos clínicos han recibido la segunda dosis de Soberana 02 y Abdala (las candidatas cubanos más avanzadas), y decenas de miles de personas más participan en “estudios de intervención controlada”, aunque, dijo, ahora “no basta con poner el hombro” sino que se trata de “poner actuación responsable”. “Por el bien de nuestras familias y de la Patria: distanciamiento, higiene y mascarillas”, recomendó.
Cuba acumula 81.640 contagios y 440 muertos desde el inicio de la epidemia, cifras que siguen siendo bajas en comparación con otros países del área como República Dominicana (más de 250.00 contagios y 3.300 muertos), Panamá (356.000 infectados y 6.100 muertes) o México (2.445.000 casos y 200.000 fallecidos). Sin embargo, para la isla caribeña, que durante los primeros nueve meses de la pandemia fue modelo de control y buen manejo de la epidemia -hasta el 1 de enero de 2021 Cuba registró sólo 12.056 casos positivos y 146 fallecidos-, el gran incremento de la propagación del coronavirus en las últimas semanas es algo extraordinario que ha hecho saltar todas las alarmas.
Las cifras de enfermos comenzaron a crecer exponencialmente a partir de mediados de diciembre, tras la reapertura de los aeropuertos y la llegada de decenas de miles de viajeros, en su mayoría cubanoamericanos que llegaron a visitar a sus familias. Las autoridades achacan el rebrote a la relajación de los protocolos de seguridad y de las medidas preventivas de salud y de distanciamiento social, tanto de los particulares como de las instituciones, lo que ha provocado que 10 de las 15 provincias cubanas que habían avanzado hacia la normalidad hayan regresado a la fase epidemiológica, entre ellas La Habana.
Cierre de bares en La Habana
Desde hace dos meses, en la capital cubana rigen diversas medidas restrictivas y de contención, que incluyen el cierre de los bares, restaurantes, lugares de ocio y playas, la suspensión de todas las actividades docentes, el toque de queda a partir de las nueve de la noche y la limitación del horario del transporte público. Se ha reducido además la llegada de vuelos desde países con tasas altas de propagación de la epidemia y es obligatoria la cuarentena en hoteles para los turistas o el aislamiento obligatorio en centros estatales para los contactos de casos confirmados. Ninguna de estas medidas ha logrado detener la propagación de los contagios.
El gobernador de La Habana, Reinaldo García Zapata, afirmó que los lugares donde se está generando mayor transmisión son “los hogares con aislamiento domiciliario y los centros de trabajo”, señalando que en las instituciones laborales “la indisciplina e incumplimiento de los protocolos sanitarios, el exceso de trabajadores y la información no oportuna de casos positivos han creado una situación compleja”.
Aunque las autoridades no hablan directamente de las grandes colas que a diario se forman frente a las tiendas y comercios, derivadas de la aguda escasez de alimentos y artículos de primera necesidad -Cuba atraviesa en estos momentos una de las peores crisis económicas de su historia, con una caída acumulada del 11% del PIB el año pasado-, este es uno de los factores que más preocupan y dificultan el control de la transmisión del coronavirus.
El problema de las colas es imposible de resolver en estos momentos, pues el Estado no puede garantizar el suministro estable de mercancías y la gente tiene que salir a la calle a diario para garantizarse la subsistencia. Para más problemas, esto ocurre justo cuando el país ha iniciado una compleja y traumática reforma monetaria que ha hecho que se dispare la inflación y que los cubanos pierdan buena parte de su poder adquisitivo.
Ante estás dificilísimas circunstancias, el Gobierno cubano ha puesto el pie en el acelerador para conseguir una vacuna propia que le permita inmunizar a su población, algo que pretende conseguir antes de fin de año.
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